Piedad
Gracias a Dios y al dinero que obtuve de la venta de la casa que mi padre me dejó; hemos pasado unos meses de tranquilidad económica.
Digo económica porque Ethan se la pasa hostigando con ayudarme con lo que a él le parece justo. $300 dólares mensuales por los dos niños, me dijo que si no tengo capacidad de pago para vivir aquí, que me vaya de la casa, a los niños los tuve que cambiar de escuela pues no podía pagar la otra en donde pasaron toda su vida. Pienso guardar el dinero de la herencia a plazos fijos para que mis niños puedan ir a una buena universidad.
No quiero que Ethan sepa que cuento con esa ayuda ya que se va desentender más de sus hijos.Jamás imaginé que me odiara tanto al punto de llevarse de encuentro a sus propios hijos, ¿Eso es lo que una mujer gana al ser sumisa, fiel y digna?
Él me fallo, él me maltrato, él me rompió y a cambio tengo más odio de su parte; todo a cambio de ser una ama de casa que jamás pedía nada, que no le discutía nada, que no esperaba nada más que un hogar.
¡A la mierda Ethan y su puto odio que se lo meta por el culo! Cómo ya no me puede joder como antes, pensó que yo me quebraría o le iba a rogar cuando no tuviéramos que comer, ahora esta que brinca de rabia; por mi que se le reviente una vena de la cabeza.
Mi cumpleaños está por llegar en un mes y con ella la navidad, así que siendo esta la primera libre de la bestia, se que la pasaremos bien.
Dejo a los niños en la escuela y me voy a mi cita anual con mi ginecólogo, detesto hacerme la citología, siento que estoy siendo violada. Pero bueno, es algo necesario y muy importante.
Llego al consultorio y mi querido Dr. Solane me recibe con una dulce sonrisa; es un hombre mayor como de sesenta y tantos años, muy respetuoso, profesional y me ha visto desde que tuve a Dayanna.
—¿Cómo has estado Vania?
—Mejor Dr. El papá de mis hijos ya entendió, luego de casi un año que esto se acabo. Estamos mucho mejor.
—Lamentó mucho cuando un hogar se rompe. Pero en tu caso me siento feliz porque no era lo que merecías.
—Lo sé... Yo solo quiero vivir en paz al lado de mis hijos.
—Bueno niña, ahora a revisarte, colocate la bata que está en el baño y luego te acuestas para que realizamos el examen.
Entro al baño y comienzo a desvestirme, luego tomo una de las batas que están dobladas en una repisa y no tengo idea porque me la pongo si al final el Dr. la abre por completo y no solo la bata...
—¡Lista!
—Perfecto, ahora acuéstate acá y coloca tus pies a cada lado. Quiero que te relajes, esto será rápido.
Hago lo que mi médico me dice, pero es en vano porque me pongo tan tensa que tengo que clavar mis uñas en la camilla. Me duele horrible cuando él realiza el examen pélvico. Luego de tomar la muestra para la citología, realiza un ultrasonido para chequear mis ovarios y gracias a Dios no hay ovarios poliquisticos.
—Buena chica, todo está bien por acá, eso pasa cuando te cuidas mucho.
—O en mi caso que no coges mucho...

ESTÁS LEYENDO
Resiliencia
Storie d'amoreSiempre he pensado que las princesas no existen y que este mundo es para las guerreras. Yo... Soy una de ellas porque no tuve elección. Todas las malas decisiones nos pasan factura en algún momento; la pregunta es, ¿hasta cuando se terminan de paga...