Durante el descenso, Lara y Nathan tomaron una dirección contraria a la de Abraham y sus hombres. Tal vez devolver el ojo a su lugar haría que Ah Puch regresara al sueño. O, al menos, eso parecía dictar la intuición: quizá no bastara para vencerlo, pero sí para debilitarlo. Nadie sabía exactamente a qué estaban a punto de enfrentarse, pero luchar contra el dios de la muerte requería tomar todas las precauciones posibles.
—No puedo morir. Hay personas que me esperan —dijo Nathan, casi sin darse cuenta de que lo había pronunciado en voz alta.
La preocupación lo devoraba por dentro. Ahora tenía que asegurar su regreso con Helena.
—No van a esperar demasiado, Nathan —respondió Lara, posando una mano sobre su hombro con una sonrisa que intentaba infundirle ánimo.
—Ser padre... quedarme en un solo lugar... eso me asusta...
Enfrentar a una deidad ancestral teniendo en mente a su nueva familia lo puso sensible. Lara se percató de eso.
—Y aún no sé si es egoísta pensar que me duele dejar todo esto de la aventura atrás, extrañarlo incluso, cuando en el otro lado de la balanza están Helena y mi hija. ¿Acaso no les estoy dando la importancia que merecen?
—No creo que sea egoísta pensarlo. Estás en un proceso donde tus prioridades están cambiando, y eso no te hace egoísta.
—¿Tú crees?
Lara miró a Nathan. Era consciente de que no lo conocía a fondo, pero su convivencia se sentía como una amistad de años. Con la imagen que se había formado de él, jamás imaginó verlo con lágrimas en los ojos. Estaba asustado; en su mirada se reflejaba el miedo de un niño. Lo entendió: a ella le pasaba igual. El poder de una deidad siempre escapa más allá del umbral de la capacidad humana; enfrentarse a una también la hacía sentirse pequeña.
—Sí, creo que el hecho de que te lo cuestiones y reconozcas que ahora tu familia tiene más valor que aquello que alguna vez fue lo más importante para ti, habla de madurez. De asumir responsabilidad. Estás reconociendo que lo que estás por construir con tu familia vale más. Egoísta sería decidir abandonarlas o ni siquiera cuestionártelo. Pero no las estas abandonando y te lo cuestionaste.
—Viví muchos riesgos, obsesionado con tener un legado por sentir que no tenía raíces... como si quisiera probar que soy valioso, o importante... o bueno.
—Y lo eres. Te prometo que vas a regresar con tu familia, Nathan. Ahora que te conozco un poco mejor y me has compartido algo de tu vida, puedo ver que estabas buscando una última aventura, ¿no?, para comprobar que tenía más valor...
—Sí — Le mintió. Nathan la miró y le dio la razón, aunque sabía que estaba equivocada. En realidad, él terminó ahí porque lo habían contratado, y el miedo le había hecho sacar a la luz un dilema interno que no había sido capaz de expresar
—Y me da gusto saber a qué conclusión llegaste. —Le dijo con una sonrisa amistosa.
—¿Querías una última aventura? Por eso viniste, ¿cierto? —Él asintió, mintiendo.—No eres egoísta, Nathan. No permitas que la nostalgia nuble tu cambio. Saber que tu familia es lo más importante, y preocuparte por si estás honrando eso como deberías, no te convierte en alguien egoísta. Solo demuestra que quieres hacer lo correcto.
Nathan guardó silencio. Procesaba sus palabras con lentitud, como si cada una abriera una puerta dentro de sí mismo.
—No puedo imaginar cómo será cuando llegue mi última aventura —agregó Lara, mirando al frente, sin detener el paso.
—Después de dormir a ese dios... ¿qué harás tú? —preguntó Nathan.
—El portal nos trasladó de un lugar a otro sin hacernos daño. Si mi madre atravesó hacia algún otro sitio... necesito saber a dónde fue.
ESTÁS LEYENDO
Dos Mejor Que Uno
AdventureNathan Drake ha sido contratado por un hombre peligroso para sabotear a Lara Croft. #163 Ciencia Ficción 27/ Nov/2019 #206 Videojuegos 28/Mar/2019 #217Accionyaventura 21/Enero/2022 #57Accionyficcion 21/Enero/2022 #1 Tomb Raid...
