~Lamento de Drake~

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CAPITULO IX

—Es hermoso —Expresó boquiabierta Lara bajando de los hombros de Nathan, habían destellos por toda la cueva reflejándose de cristal en cristal.

—Lo es —Coincidió admirando el brillo de las geodas, así como el rostro de Lara Croft iluminado en ellas. Él remordimiento hizo ánimo de presencia en su interior, sentía empatía por ella sobre todo porque estaba a punto de tener una hija, y no podía imaginarse a su hija sola en una situación como en la que Lara se había metido.

Croft se arrodilló para observar como la luz reflejada por los cristales conectaba a través de los tallados del suelo. El sistema del suelo seguía recorriéndose para permitir mayor entrada de iluminación. El espectáculo de luces entre las geodas era asombroso.

—Bueno, —Lara se puso de pie para continuar de expresar lo que tenía —Será mejor que nos apresuremos —le extendió una mano a Nathan, ayudándolo a ponerse de pie.

Caminaron a la orilla de la cueva para descender, de repente el sistema de los cristales se detuvo cuando Lara ya estaba colgada de las piedras con el pico incrustado en la pared. Nathan seguía arriba.

—¿Qué paso? —Preguntó Lara. Nathan regresó para echar un vistazo.

—No sé...

Kenna, quien seguía bajo en el centro, observó al último rayo de luz golpear con el pilar que estaba frente a él. Y presenció que el suelo comenzó a descender formando una enorme estructura piramidal y en menos de veinte segundos la pirámide que se había formado empezó su acenso para dejar mostrar su estructura completa. Los hombres de Craken emprendieron la caminata en dirección a la pirámide que no había ascendido como se había visto, la ciudad estaba diseñada como una plataforma que ascendía o descendía rodeando la pirámide.

—¡Nathan!, Funcionó. —Notificó Lara emocionada tras presenciar de propia vista la revelación de la pirámide colgada con el pico de escalada. —Veo la pirámide y el pedestal se abrió —Nathan se asomó por la orilla para observar. Los dos comenzaron el descenso, cual sería una distancia mayor a la del ascenso, pues la ciudad había descendido alrededor de 65 metros.

—¡Menuda mierda! —Exclamó con una risa nerviosa Nathan —¿Podremos respirar ahí abajo?

—Eso espero —Respondió Lara de la misma forma, mientras desendía.

Al llegar a la altura en la que solía estar la ciudad antes de que descendiera, se recargaron en la pared escondiéndose entre la maleza, había un hombre armado que les apuntó.

—Mierda —susurró Nathan.

Lara disparó rápidamente a los muchos tanques explosivos detrás del hombre, ocasionando una masiva explosión que terminó con la inundación total de la ciudad. El agua entró con mucha fuerza arrasando la mayor parte las paredes, inundó la ciudad.

—¿Qué hiciste? —Preguntó Nathan sorprendido observando que nada les cayera de la parte superior.

—No pensé que... —el agua comenzó a romper la pared de piedra— ¡Kenna! —gritó Lara para verlo, él sostenía en manos la grieta, y se mantenía en la punta de la pirámide.

—¡Sube! —Gritó Nathan jalándola del brazo porque la fisura en la pared por donde entraba el agua se expandía cada vez más en dirección a ellos. Su intento desesperado de escapar del agua escalando con pico fallo y la corriente de agua se los llevó.

El agua formó un remolino debido a la fuerte presión con la que chocaba al verterse en la ciudad. Juntos lucharon contra la corriente para encajar el pico de escalada en la pared, cuando lograron hacerlo escalaron hasta llegar a una base de piedra superior y presenciaron desde la altura como el agua inundaba con rapidez la ciudad.

Dos Mejor Que UnoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora