~Tierra Roja~

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CAPITULO VI

La corriente arrastró a Nathan y Kenna a un santuario decorado con craneos y tesoros que homenajeaban a una figura femenina de oro. Había una extraña y escasa luz natural que se filtraba del exterior.

—Mira esto— Llamó Kenna mientras ahogaba su asombro en un silbido. —La reina roja. "Los que se arrastren hacia nosotros se salvaran del final".— leyó, Nathan se acercó al escrito y analizó sin comprender el contenido.

—¿Qué final?— Preguntó Nathan, intrigado por conocer la historia de la ciudad.

—Las civilizaciones de antes estaban repletas de profecías. Alguna debió incitar a los mayas a construir una ciudad subterránea que los protegiera de aquel destino.

—Busquemos a Lara— Sugirió. Por mas interesante que le resultara la historia detrás de aquella ciudad, no podía perderla de vista si quería terminar su trabajo. Ahora sus prioridades eran distintas al igual que sus motivaciones.

—Tienes razón, será mejor que...—Kenna revisó su cuerpo buscando armas sin exito —No tengo nada, ni siquiera el radio.

—Yo tampoco.

Concluyero que Lara avanzaria y que podrían encontrala más adelante, por Juntos avanzaron por el único túnel que había contrario al rio que los había arrastrado a ese punto.


Lara despertó del noqueo, adentro de un vagón de tren antiguo que servía como celda, tenia las puertas soldadas, lo que impedía al detenido escapar y una de las puertas había sido remplazada por una reja elaborada con herrería que permitía supervisar el interior. Buscó idear maneras se salir y cuando estuvo a punto de rendirse, el destino hizo que pisara una tabla del suelo que se desprendió, además de mostrarle una forma de salir, aquella tabla escondía en el inferior otro escrito.

Diarios de un Desconocido
NOCHES DE ARREPENTIMIENTO: 2/4

Encontramos varios rituales tallados en piedra resguardados en el santuario de un dios que desconozco. Debí haber tomado esas clases de maya que me pasaron por la cabeza...
Bueno ahora ya no puedo hacer nada, no hemos tenido acceso a información respecto a esta investigación, lo único que nos ha externado James son una parte de los escritos de Richard Croft que describen el lugar, parece que nunca encontró los artefactos o si lo hizo lo guardo en su mente. Por ahora las escritos que tenemos nada más nos mantienen dando vueltas.

me he conectado con el mundo exterior en mucho tiempo, tuve un mal rollo desde que James no nos permitió tener traductores y ahora que he visto los murales de muerte y poder esto huele mal. El confía en mí pero no es reciproco.

Al terminar de leer, los pasos alguien acercándose a la celda hicieron que Lara escondiera el diario y evitara evidenciar la tabla que le permitiría escapar. Por la manera particular de moverse al caminar y aquella rutina diminuta para quitarse los guantes de curro previa a pasar sus manos entre su cabello, le hicieron identificar a Lara de quien se trataba.

—Lara Croft— Pronunció con gozo al verla detrás de aquellas rejas. Su enorme sonrisa mostraba sus enormes dientes que contrastaban con el castaño de su cabello quebrado. —Nunca pensé que saldrías del loquero— comentó en tono burlesco. Lara se limitó a responder y a mirarlo. Cuando este se percató de la furia de Lara, habló de nuevo —Es una broma.

—Jodete Abraham.

—Por lo que veo, puedo afirmar que sigues molesta conmigo— Comentó manteniendo la firmeza burlesca de su semblante. Lara quería golpearlo, la sangre le hervía del coraje. 

—Saboteaste todo el trabajo de investigación que le tomó años a mi padre.— Confesó ella.

—¿Por que piensas que lo hice yo?— Preguntó buscando eludir su responsabilidad en sarcasmo.

—Dime, ¿cómo has llegado aquí?— Preguntó de manera retórica, Lara puso su cara frente a la de Abraham, demostrando la determinación y valentía que tenía para enfrentarlo. Abraham era consciente de ello, por ello aprovechaba tenerla encerrada.

—Investigaciones— El hombre sacó un cuaderno de bitácoras de su chaqueta, era uno de los tantos que robaron de Richard Croft. Lara nunca lo había leído, pero por la forma y color exterior del cuaderno, evidentemente que se trataba de información más extensa. Ella lo observó con recelo negándose a arrebatarle el libro, ya que no estaba en posición de hacerlo, supo que no era inteligente.

—Intentaste matarme— Lara añadió a la lista de razones de su molestia.

—Para ser exactos quería privarte de libertad pero pusiste resistencia... Pero bueno, no hizo falta, ahora te tengo aquí— La naturalidad con la que las palabras de Abraham son amaban como bromas resultaban desconcertantes, tanto que para distraerse de aquella inquietud que le ocasionaba a Lara, decidió tratar de arrebatarle el libro de portada carmesí. Y como se lo había esperado ella misma, falló. Ante la molestia de realizar dicho acto que previamente había considerado como inútil, pateó los barrotes frente a ella, sin esperarse que uno de estos de doblara desprendiéndose un poco.

—¿A caso no te lo han dicho?— preguntó Abraham montándose en un trono de superioridad intelectual —La ira es una emoción primitiva y tú ímpetu es prueba de ello.— comentó sintiéndose orgulloso por su egocentrismo.



Nathan observó una pintura, mostraba a una criatura de la que caía una lagrima gigante. Al salir del tunel llegaron a una especie de coliseo invertido de 120 metros, 22 pisos, cada piso poseedor de 70 miradores con su respectivo tunel que conectaban a distintos sitios de la ciudad.

—Nathan— lo llamó Kenna, sacudiendo la mano para que se acercase al mirador. Al fondo se mostraba una estructura que podía distinguirse por la distancia. Pero era visible que se encontraba rodeada por los hombres de Craken.

—Debemos quitarles algo que nos sea util. Quiero que los distraigas, mientras me acerco a ellos.

—No se como hacían esto en tus tiempos, pero primero; vas a tardar horas en bajar, en segundo lugar; hay muchos pisos antes de que llegar a estos tipos. ¿Como piensas que llegarás al suelo?

—Tendremos que desender saltando de mirador en mirador.

—Estamos a mas de minimo 100 metros del suelo. Hay muchas posibilidades de que te vean si bajas así.

—Entonces ¿Que sugieres?— Nathan se giró para analizar el túnel por el que habían llegado, y seguido a ello analizó los miles de miradores similares al de donde estaban parados. Era más que seguro que cada mirador tendría su respectivo túnel que conectaría con distintos puntos, y caminar por ellos les supondría más tiempo para llegar al objetivo. No supo que responder y finalmente así fue como el descenso comenzó.

Cuando Lara se dio cuenta que ya no había nadie cerca, terminó de desprender el barrote flojo y lo metió debajo de la tabla donde encontró el diario. Prosiguió a pegar un salto que desprendió por completo la tabla del suelo, consiguiendo de esta manera una salida de aquel vagón. Se arrastró hasta donde los hombres habían establecido un campamento y saqueó las tiendas de campaña para hacerse de algunas armas. Se dirigió hacia un tunel y aprovechándose de la oscuridad se alejó.

El silencio era abrumador y se acompañó únicamente del mínimo sonido que sus suelas daban con el suelo a cada paso que daba. Era complicado avanzar pues chocaba con paredes y ciertos objetos que no lograba distinguir, así avanzó hasta dar a una pared que por la textura suave se percató que se trataba de una cortina de lianas, demasiado gruesas y pesadas para avanzar entre ellas con facilidad.

Dos Mejor Que UnoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora