Capítulo 19

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Capítulo 19: "Es hora de despertar, pequeño huracán"

Ashton Novan


Termino de regar los narcisos de mamá y voy corriendo cuando escucho mi nombre.

—¡Ashton!

Su voz es de mis sonidos favoritos en el mundo, a pesar de sonar tan cansada y triste, para mí es como si un ángel me hablara.

Me quito los zapatos naranjas llenos de barro en la entrada y salgo disparado a su habitación.

Comienzo a subir las escaleras y siento mi pecho pesado. Me tomo unos segundos a respirar y vuelvo a correr camino arriba.

—Mamá, mamá

Cuando llego a la puerta francesa corro a empujarla y ahí está ella. Ya no siento miedo a todos los cables y tubos que la rodean, papá dice que son para que ella siga con nosotros y no se la lleven al hospital.

El hospital es un horrible lugar, no quiero que ella vaya.

—¡Mamá! ¡En tus flores había una oruga! — me acerco saltando a su cama.

Ella me sonríe.

—¿Una oruga?

—¡Sí! Y era enorme, mamá — le hago un gesto con las manos— La puse en el árbol para que no se comiera las flores.

Mamá me estira su mano para que la tome.

—Bien hecho, cariño — su voz es débil, se debó cansar cuando me llamó.

Me subo a cómo puedo a su cama y me siento en su regazo, mientras ella acaricia mi cabello que es igual de rubio que el suyo, casi platinado.

—Papá dijo que hoy veremos una película ¡Hasta Rose se sentará con nosotros! — le digo con felicidad, a lo que ella ríe.

No pasa mucho en cuanto su risa se convierte en una fuerte tos.

—¿Llamó a papá?

La tos va cesando y ella niega; —No preocupes a tu papá, ya lo está mucho ¿no, pequeño?

Asiento, dándole la razón.

—Esmeray ¿me pareció que tosías? —papá pasa el umbral con un vaso de agua, seguro para mamá.

—Todo está bien, Kol— ella le sonríe — ¿no es así, Ash?

Asiento mientras rodeo mis brazos a su cintura, mi cabeza en su pecho.

Papá se nos une y se coloca a un lado de mamá.

Me siento completo, sano.

Cuando voy a decirle algo más a mamá siento una corriente eléctrica por todo mi cuerpo.

—Es hora de despertar, pequeño huracán —su fría y pálida mano me acaricia la mejilla.

Niego mientras mis ojos se humedecen.

—Quiero quedarme contigo, no me obligues a volver, mami — su sonrisa es triste, pero a la ves refleja felicidad.

Otra descarga en mi cuerpo me hace estremecerme.

—Es hora de volver y despertar, Ash. Vamos, tú puedes.

Sollozo mientras me aferro con fuerza a su camisón, ella sigue acariciando mi mejilla, enjuagando las lágrimas que caen de mis ojos.

—Tú y solo tú puedes hacerlo, vuelve cariño.

—No... m-mamá

Nuevamente la corriente recorre mi cuerpo, ésta vez más fuerte.

Breathing Love ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora