Capítulo 5

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Capítulo 5: "¿Snow?"

Ashton Novan

–Ashton ¿Te das cuenta, de que llevas mirando la misma botella de plástico vacía? – asiente lentamente con mi cabeza – Ashton, oye – Jules sacude s mano frente a mi rostro.

Parpadeo rápidamente y volteo mi rostro hacia el suyo.

–¿Perdón?

Jules me mira con fastidio y un poco de cansancio.

–Te das cuenta, de que estoy aquí porque tú me llamaste ¿verdad? Porque – se acomoda en su sitio –Porque podría irme a casa ahora mismo y dejarte solo en este auto.

–Jules, no vamos a morir por estacionarnos aquí ¿lo sabes no? – le explico, tratando de tranquilizarlo.

–Sí, Sony Heaven sale y te ve aquí. No vivirás, literal. Ashton – susurra en un pequeño grito.

Sí, estábamos frente a la imponente casa de los Heaven. Y, no. No tenía miedo.

Jamás había sentido tanta curiosidad por un grupo de personas como esta familia. A pesar de haberme amenazado, no me interesaba en lo más mínimo si tenía consecuencias o no. Quería saber, entender y así poder hablar con Autumn. No me cuadraba nada de esto.

En aquella foto, se veía tan... feliz. Hoy solo veo tristeza y dolor en su semblante. Sí, es cierto. No la conozco, no sé muchas cosas, pero sé que nadie merece pasar por el calvario que ella parece estar viviendo.

Esperaría a que ella salga, ella o alguno de sus hermanos. Hablaría con Heaven, hoy mismo.

Autumn Heaven

–Autumn, ¡Maldita sea, abre! – aporrean mi puerta.

Sonrió con sarcasmo, aunque sé que no me pueden ver. Les levanto el dedo corazón y me doy la vuelta, hacia mi ventana.

–¿Qué parte de "jódete Sony, jódete Newt" no comprenden? ¡Eh, babosos! ¿Qué maldita parte? – grito llena de rabia.

–¡¿El jódanse, o la parte de sus malditos nombres?! ¿Eh?

Ellos se calmaron, dejaron de golpear la puerta. Suspiré.

De pronto la cerradura cedió, alguien entro. Imposible, soy la única con una llave además de... ¡Mierda!

–¿Qué significa el hecho de insultar a tus hermanos? También me vas a insultar a mi ¿Eh, Heaven? – detrás de ella observo a mis dos hermanos con la cabeza hacia abajo.

Mi hermana, Snow Heaven, entra y cierra con llave. Toma asiento en mi escritorio y levanta una de sus cejas de manera inquisidora.

–¿Qué carajos haces aquí? – escupo con cólera. Todo mi respeto hacia ella se fue a la mismísima mierda cuando se largó.

Ella coloca su dedo índice sobre sus labios y me mira con presión.

–Así le diriges la palabra a tu hermana mayor, estamos mal Autumn – me reprende.

Le miro con sorpresa. Aplaudo lentamente.

Ella se sorprende, alisa su falda blanca y se levanta con el teléfono en la mano.

–Ya pasaron varios años del hecho de que ella ya no está, esta actitud no tiene sentido. Es hora de parar, de seguir con la vida y detener este comportamiento–me sonríe con lastima, pero en sus ojos veo enojo– Tienes que dejar esto ¿comprendes?

Le sonrío.

–Te voy a explicar esto muy lentamente; decirle a alguien con depresión "solo supéralo y sé feliz" es como decirle a alguien con una pierna rota que corra al maldito hospital, decirle a alguien con un desorden alimenticio "solo come" es como decirle a alguien con claustrofobia que vaya a un estúpido armario y cierre la puerta, decirle a alguien que se auto-mutila "solo para de hacerlo" es como decirle a un drogadicto que se siente en una habitación llena de drogas y no toque ninguna. ¿Cómo puedes juzgar algo que no entiendes?

Snow se levanta y retira, con las manos en alto y los ojos vidriosos.

Miro por la ventana y un auto de color azul está estacionado enfrente de mi casa, diviso al conductor y al copiloto. ¿Qué haces aquí? Eh, Novan.

Ashton Novan

–Créeme cuando te digo, ¡que te vio! – me susurra Jules.

Le hago la seña de silencio, y frunzo mi ceño.

–No Jules, no. Ella solo miraba el horizonte – intento convencerle, y a mí también.

Sí, ella se asomó. Sí, ella me vio. Solo intento de convencerme de lo contrario.

–Ashton, puedes explicarme otra vez ¿Por qué estamos aquí? Ósea, sí eh hablado como dos veces con ella, pero no le veo ni pies ni cabeza a este espionaje– me reprocha apuntándome con el dedo acusador.

Jules, cuando le dije que dejaría que conduzca no tuve que explicarle por qué ni a donde. Solo lo hizo, cuando se dio cuenta que era casa de Autumn entró en pánico.

–No moriremos, solo tenemos que esperar que... ¡Ah!

Autumn estaba mirándome a través del para brisas, brazos cruzados y ojos llenos de preguntas. Ya me jodí.





Nota de Autora: Hola mis niños, perdón el retraso pero ayer estaba agonizando en mi lecho de muerte, así que hoy les traigo el capítulo. Espero que les guste, yo amo escribir desde el punto de vista de Autumn, me fascina su forma de ver las cosas, la vida y a su familia. 

Me despido mis niños, un abrazo y un beso del tamaño de siete universos. 

PUM, TOMA.

Breathing Love ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora