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Capítulo 20

Capítulo 20: "Más cicatrices"

Autumn Heaven

El reloj y su bendito tic tac me va a volver loca, y no es un decir.

Son las siete de la mañana y pronto llegará Fitz para que podamos ir a verlo. Pero en lo único que puedo pensar es en cómo me latía cuando lo vi ahí, en esa camilla, sin vida.

En cómo se me estancó mi respiración, tanto que tuve que sostenerme de Jules para no caerme.

Mi maldito corazón, latía desbocado. Mi mente imaginaba los cien peores escenarios y todos me dolían cómo si ya fueran la realidad.

Sus palabras que me dijo en aquella escalera, mientras le daban esa descarga de voltios, era lo único que se repetía en mi cabeza.

"—Lamento ser un ignorante en esto, no poder hablarte de esto sin pensar que puedo meter la pata si llego a decir algo erróneo—"

Él quería ayudar.

"—¿Qué ganas haciéndote daño, Heaven? —"

—¡Una embolia! — le grito a mi reflejo y me río, no sé por qué.

Una embolia pulmonar casi le arrebata su vida, sin pensarlo, sin desearlo. A él, que se medica, que hace terapias, procedimientos médicos y que se preocupa por seguir viviendo.

¿Por qué a personas así los sentencian a una enfermedad terminal? ¿Y por qué a mí, que deseo la muerte, se me hace tan difícil alcanzarla?

Me siento una basura por envidiar algo así, algo tan horrible.

Cubro mi rostro con ambas manos, es tan bajo lo que acabo de pensar y sentir. Envidiar y desear para ti mismo la miseria y agonía de guíen que no la soporta, es posiblemente lo peor que he hecho hasta ahora.

Antes de que pueda seguir con mis divagaciones, tomo la píldora que me dejaron mis hermanos, la voy a necesitar.

Un golpe sordo viene de la puerta de la oficina en la que estoy.

Trago el medicamento y voy a abrir la puerta, allí está Fitz y me sonríe.

—¿Lista para ver al zombie? — su sonrisa se agranda mientras lo dice.

Asiento y cierro la puerta tras de mí, siguiéndolo.

Caminamos al elevador, ya que él no puede usar las escaleras. Marca el cuarto piso, donde se encentra terapia intensiva.

—Kol me dijo que ya le iban a retirar el tubo, a eso de las siete y media, seguro llegamos con tiempo —me explica mientras frota su dedo pulgar sobre los otros dedos, un tic.

Le confirmo en voz baja y él me da una sonrisa de boca cerrada.

Cuando el elevador llega a nuestro piso, entramos al pasillo y vemos las decenas de puertas y movimiento, sin causar demasiado ruido.

A lo lejos veo a Kendra, la enfermera se acerca a nosotros con una carpeta y una tableta en sus manos.

—Ashton está en la habitación 420, en ese pasillo —señala al de la izquierda y nosotros le agradecemos.

Cuando llegamos a la puerta de dicho cuarto, la mujer mayor que ayer estuvo en la sala de emergencias está parada afuera.

Junto a Jules la saludamos y ella corresponde, luego Fitz toca la puerta, despacio.

La puerta es abierta por el padre de Novan, y aquí me doy cuenta que en lo único que se parecen es en la estructura ósea de su rostro, de seguro se ha de parecer a su madre.