¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
— ¿Cuánto tiempo te quedaras aquí?.— Pregunta Kio algo incomodo en ese sillón, sonrió de lado, sigue siendo el mismo desde hace dos años.
— Llegue para quedarme, y espero que ella logre aceptarme... .— Tomo su mano, se ve tan tranquila en esa cama y eso me entrega aunque sea algo de paz y felicidad.
— Ella siempre te amo y siempre te amara, Hossler.— Me regala una sonrisa tierna y llena de sinceridad.— Y créeme, ella nunca quiso hacerte daño.
En ese momento observamos como Bae comienza a removerse incomoda en esa cama, su fiebre no ha bajado desde el momento en el que me llamo sentí una angustia al pensar que algo le pasaría. En ese momento comienza a balbucear...
— Vete Hossler.— Su voz sale en un susurro, pero logramos oírlo.
— Creo que hasta dormida te quiere fuera.— Comenta Kio con una notable sonrisa de malicia.
— Cállate y ayúdame, trae un paño frio.— Le digo de mal humor, sus chistes nunca me gustaron si se tratan de mi.
— Solo lárgate.— Vuelve a decir con tristeza en su voz y se le escapa un sollozo. Cariño solo es una pesadilla pero no me alejes de ti cuando despiertes.
— Bae.— La llamo.— Vamos nena, despierta.— Y observo como intenta abrir sus ojitos preciosos que me enloquecen.
— Jaden... .— Veo como algunas lagrimas recorren por sus mejillas y las limpio con mi mano, ella me abraza con necesidad cosa que correspondo con mucho amor.
— Tranquila nena, no iré a ninguna parte.— Acaricio su cabello con dulzura y aspiro su delicioso aroma.
— Tampoco te dejare irte tan rápido, Hossler.— Comenta aun en mis brazos, sonrío ante su comentario. No sabe lo mucho que la extrañé.
— ¿Que sucedió, por que estás tan asustada?.— Pregunto preocupado.
— No es nada, pesadillas... .— Veo su nerviosismo y me corre la mirada.
Decido preguntarle qué está sucediendo, pero Kio se me adelanta.
— Otra vez con tus pesadillas, Bae.— Comenta cansado.— Dos años y aún...
— ¡Kio basta!.— Su voz sale molesta, algo raro le está pasando y lo averiguare.
— ¿Nena, podemos hablar de las pesadillas?.— Pregunto lo más calmado que puedo, ella suspira y asiente. Señal para que Kio se valla, lo observo y logra entender.
— Okey, nos vemos mañana tortolitos.— Se va por la puerta muy feliz, por favor que nunca cambie este idiota.
— Primero iré por un baño.— Me afirma con nostalgia, solo asiento y me dirijo a la cocina para preparar algo de cenar.