ɪx. ʟᴜɴᴀ ᴅᴇ ғᴜᴇɢᴏ

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Los días pasaban, y con ellos, el ajetreo en la preparatoria con la planeación del festival del otoño. Al final decidí no participar en ninguna actividad, pero la profesora me terminó asignando un papel extra de un hada que realmente solo estaría viendo y escuchando, por lo que no tenía que preocuparme por aprenderme nada.

El asunto de Lennox seguía insistente en mi memoria, pero no se lo había contado a nadie, mucho menos a Chris. Insistiría en que era una alucinación, iba a preocuparse al ser ya demasiadas y al final terminaría llevándome él mismo con algún médico, quien a ese punto seguramente me enviaría directo a un manicomio. Todo era demasiado confuso, en mi cabeza podía escuchar fragmentos repentinos de la conversación con Ethan en mi primer día en la clase de química avanzado, pero no podía haber sucedido, no tenía ningún sentido, considerando que ese día estuvo lleno de trabajo e incluso un examen. Alucinación, sí, lo repetiría hasta convencerme a mí misma de que eso había sido.

Ethan.

Las cosas con él se estaban tornando demasiado raras.

No convivíamos todos los días, ni hablábamos por mensajes al terminar la escuela, seguíamos sin saber casi nada el uno del otro, pero por alguna razón no conseguía sacarlo de mi mente, ¿por qué? Porque podíamos pasar incluso días sin dirigirnos la palabra o la mirada siquiera, pero cuando lo hacíamos, todo resultaba inesperado. ¿Cómo describirlo? Nuestros encuentros eran fugaces, pero rebosantes de intensidad, de sensaciones, de emociones encontradas. Pláticas surrealistas acerca de todo y a la vez, de nada, como aquella vez en que casi tropiezo en medio de la cafetería, de no ser porque él alcanzó a sostenerme, sus ojos chocolate clavados en mí de una forma tan abrumadora, dejando un vacío cuando me separé de él y se marchó, sin pronunciar palabra alguna. Éramos como una bomba de tiempo, esperando el momento exacto para explotar, como fuego y pólvora.

Y yo era la maldita pólvora.

Examiné con cuidado la hoja verde que encontré aquel día en el bosque y tomé valor. Necesitaba respuestas y no resolvería nada tan solo ocultándome entre los árboles como espía y escuchando conversaciones ajenas. Mi madre siempre decía que lo mejor era hablar las cosas de frente -en su mayoría lo utilizaba como excusa para sacar a relucir mis defectos y rebajarme- y después de pensarlo mucho, supe que tenía razón.

No había puesto a prueba mi nivel de osadía hasta que me vi caminando con la frente en alto y pasos firmes hacia el patio trasero de Rottenhill Prep, tapizado de césped y rodeado de árboles que daban una buena sombra. Era un lugar pequeño pero acogedor.

Liam Lennox se encontraba justo ahí, solitario, como era de esperarse. Su cabello rubio peinado delicadamente en una media coleta, dejando unos cuantos mechones rebeldes sueltos al frente de su rostro. Estaba recargado bajo la sombra de un frondoso nogal de hojas marchitas, en la misma posición del bosque, solo que esta vez no examinaba las plantas, el lápiz en sus manos fluía con delicadeza sobre el papel del cuaderno encima de sus rodillas. Dibujaba.

Su concentración fue perturbada cuando dejé caer la hoja verde sobre su cuaderno, esta fluyó en el viento suavemente y recayó sobre el papel. Él suspiró, arqueó una ceja y alzó la mirada, pero sus ojos no reflejaron sorpresa ni nada parecido, más bien daba la impresión de que sabía con exactitud que esto sucedería.

A simple vista, Lennox parecía un chico inofensivo y tímido, causando a la vez cierta ternura, entonces abría la boca y sus afiladas palabras te revelaban frialdad y un crudo sentido del humor mezclado con sarcasmo, o tal vez solo era agradable con quienes quería serlo y hasta el momento, yo no estaba en la lista. Incluso sentía que le desagradaba.

—Linda hoja —mencionó observándola en el cuaderno. Después la tomó con cuidado y la dejó reposar entre el montón de hojas secas que se encontraban a su lado, reluciendo por ser la única verde y no anaranjada. Volvió su mirada al dibujo y me ignoró por completo.

EL REINADO DE APPÓCALIVE ¹Donde viven las historias. Descúbrelo ahora