Hela.
Desde que salí a ese escenario y me topé con semejante adonis mi temperatura corporal se ha mantenido alta y no he parado de pensar en lo bueno que esta y las maneras en que jugaría con él.
Si, de ese tipo de juegos con cama incluida.
Encontrarme con unos glaciares azules, cabello castaño perfecto para jalar, y unos labios exquisitos... ni que decir de su cuerpo, cuando sosteniéndome la mirada se quitó el saco y los músculos se marcaron al compás de sus movimientos tensándose en el acto.
¿Quién diría que el magnate iba a estar como dios lo manda?
A pesar de que quería comérmelo, mi espectáculo dio el resultado que esperaba, en solo minutos lo tenía en mi mano. Así que era hora de seguir en el plan.
Había estado dispuesta a quitarme las ganas con un rubio que no paraba de lanzarme miradas lascivas, y sin querer me encontré con el castaño y su acompañante en la pista.
Y ahora henos aquí, en una batalla de miradas en donde ninguno baja la guardia.
Puedo ver cómo me mira, con deseo, a pesar de disimularlo perfectamente; y yo estoy dispuesta a dárselo, pero no sin verlo caer.
Muevo mis caderas rozando el culo con el rubio, lo tengo embelesado, como a todos los hombres y mujeres que tienen suerte al elegirlos para pasar el rato.
Me sigue el juego de miradas que lanzan fuego, retándome bailando con la pelirroja, tomándola por las caderas. Sonrío.
Me rio internamente, lo tengo.
Muerde el lóbulo de la oreja de la chica y mi sonrisa se borra, le lanzo una mirada glaciar, mira que para nada me ha gustado eso, nadie se come lo que yo caliento.
Parece que se queda quieto por milisegundos y sale lejos de la pista.
Mira tú que los rusos son raros, pero no creía tanto.
Se ha de haber ido a pajear al baño.
Me concentro en mi presa anterior, dispuesta a disfrutar lo que queda de mi noche, bailamos por un rato más, lo tomo de la mano y nos dirijo al pasillo oscuro que da a los baños.
No me apetece llevarlo al pent-house, principalmente porque no llevo a nadie ahí, siempre los llevo a los privados, pero hoy quiero algo rápido y beberme la barra, ya he cumplido con mi parte de la misión.
Lo estampo contra la pared y tomo sus manos por detrás de la espalda, me regala una sonrisa juguetona, paso mi nariz por su cuello, mordisqueo el lugar arrancándole suaves gruñidos.
Cuando comienza a subir la temperatura un carraspeo nos interrumpe, a decir verdad, un carraspeo muy fuerte e intencional.
—Largo—le ordena el ruso a mi presa— ahora.
ESTÁS LEYENDO
ÍMPETU
ActionHela Emerson, líder segunda de la banda criminal más sonada del momento, "Las Nórdicas" hace justicia a mano propia de aquellos que no tienen voz ni voto, rastrea a sus presas y toma lo que considera propio. El mismísimo cielo en sus ojos te inspira...