Redescubriendo el amor (Boku no hero: Baku-Deku-Baku)

Capítulo 11: Aprendiendo golf

Una extraña mueca dubitativa fue lo que Izuku dejó escapar. Sus labios se fruncieron, su nariz se movió ligeramente de un lado al otro como si sufriera un cosquilleo y finalmente, sus ojos se entornaron viendo la pequeña pelota blanca todavía sobre el césped. Seguía inmóvil y en sus manos, mantenía el palo de "madera". Miró el palo, quizá era el incorrecto. Desvió la mirada entonces hacia la bolsa de los palos: diez hierros y cuatro maderas. El profesor le había comentado que la "madera" era para golpes largos, el "hierro" para golpes intermedios y finalmente, el "putter" para embocar la bola.

— Qué torpe eres, Deku.

Se escuchó la risa de Bakugo tras él pese a que cubrió su boca de inmediato con la mano al sentir el codazo de Shoto en su cintura como si le dijera que se callase.

Deku suspiró. Se había fijado muy bien en la postura tal y como le había dicho el profesor, pero al tratar de golpear, no le dio a la pelota. El palo había pasado por arriba; no era fácil pese a que lo pareciera.

— Supongo que no se me da nada bien – se rascó la cabeza Deku con una inocente sonrisa que sonrojó de inmediato a Bakugo. Iba a intentarlo de nuevo, así que visualizó la bola una vez más y se concentró en golpearla.

El silencio reinó una vez más para intentar conseguir que su compañero se concentrase, sin embargo, Bakugo ladeó la cabeza como hacía un perro cuando algo le llamaba la atención. Shoto al verlo, sonrió.

Allí en el campo de golf todos vestían elegante pero con ropa algo deportiva: polos y bermudas. Ellos habían venido en pantalón de deporte y camiseta corta como puros novatos. Shoto miró en la dirección que Bakugo lo hacía: el trasero de Deku bien marcado bajo ese pantalón corto oscuro al estar encorvado hacia la pelota.

— Le estás mirando el trasero – susurró Shoto. Bakugo se ruborizó y desvió la mirada al instante.

— ¿De qué hablas? Yo no hago esas cosas.

— Claro que lo hacías – sonrió Shoto.

¡Volvió a fallar! La pelota seguía en el césped y a Bakugo, se le escapó de nuevo una carcajada mal camuflada. Deku se giró hacia él y entornó los ojos antes de volver a desviarlos a la dichosa pelota. ¿Por qué no podía acertar? Dudó y pensó hasta que el profesor se acercó a él.

— Tranquilo, es normal no acertar las primeras veces. La posición es muy antinatural y hay que ensayarla muchas veces hasta que te sientas suelto con ella. ¿Quién es el siguiente para probar?

Un escalofrío recorrió todo el cuerpo de Bakugo. Tras ver la penosa actuación de Izuku Midoriya y reírse de ella, ahora no podía fallar él, pero también era su primera vez en un deporte tan pijo. Ahora tenía miedo a cometer el mismo error que Deku. Miró a Shoto para decir claramente que iniciase él, pero el muy bastardo le estaba señalando. Shoto tenía el mismo miedo que él a dar un mal golpe y que se riera.

— Bastardo – dijo entre dientes Bakugo al ver que el profesor ya le indicaba con la mano que le siguiera y le pasaba un palo con la otra mano.

Agarró el palo y se dispuso a buscar la posición adecuada para golpear la pelota. Su mente recordaba la explicación y la teoría sobre el "Swing". Era el giro completo, un movimiento circular de los brazos, hombros y cadera. La espalda debía mantenerla recta y los brazos girarlos algo más de una circunferencia. Con las rodillas ligeramente flexionadas y los pies a la altura de los hombros, debía dejar los talones en el suelo y sólo levantarlos al final del giro. En esa postura, finalmente, juntaría la rodilla izquierda a la derecha al mismo tiempo que el pie giraba totalmente en la dirección de la bola. Lo hizo.

La pelota se quedó estática y su rostro fue un poema justo antes de escuchar una risa tratando de camuflarse. Era la risa de Izuku.

Bakugo se giró con cara de pocos amigos y en ese instante, Izuku desvió el rostro e intentó no reírse aunque sin éxito. Enfadado como estaba Bakugo, inició de nuevo el golpe, ocurriendo lo mismo. Imitó el movimiento una vez más y cada vez, más rápido, intentando golpear la pelota tantas veces y con tanta rapidez que Izuku supo lo enfadado que estaba con que algo no le saliera bien.