Capítulo 13: El fin de una larga espera

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Frente a la parrilla, Bakugo sostenía las pinzas para darle la vuelta a la carne en cuanto estuviera sellada por uno de sus lados. En su otra mano, sostenía una cerveza fresca para mitigar el calor que hacía ese sábado. A su alrededor, la gente con la que jugó al golf esa semana bebía de sus cervezas y conversaba de negocios.

¡A Izuku se le daba bien ser el anfitrión perfecto! Sacaba cervezas y conversaba animadamente con todos ellos sacando información necesaria para la misión. ¡Hasta había conseguido que su vecino le dijera el gimnasio al que iba! Bakugo sonrió antes de dar un sorbo a su cerveza. De verdad que a Deku se le daba bien eso de socializar. Una simple excusa de que quería apuntarse a un gimnasio y ya tenía al vecino en su punto de mira.

Al volcar su cerveza sobre sus labios para dar otro sorbo, ni una gota cayó dentro de su boca: estaba vacía. Bakugo la apartó de su rostro y la miró deseando otra. Le gustaba la cerveza y entonces, como si Izuku le hubiera leído la mente, le trajo un botellín.

Bakugo dejó la botella a un lado y elevó la mano para agarrar la nueva que Izuku le traía.

— Finge un poco más de romanticismo, cielo – susurró Izuku sabiendo que todos allí esperaban ver a una pareja acaramelada y hasta el momento, ni siquiera les habían visto juntos durante la barbacoa.

Bakugo observó el ambiente. Algunos invitados miraban de reojo esperando entender si realmente eran o no una pareja. La gran mayoría había venido con sus esposas. Bakugo les observó. Casi todos las agarraban por la cintura o las tenían cerca mientras conversaban, bromeaban, comían y bebían. Sonrió y entonces, pasó su brazo tras la cintura de Izuku para atraerle hacia él mientras con la otra mano, agarraba el botellín de cerveza y acercaba su rostro al de Izuku, rozando su nariz con suavidad contra la suya. Izuku se sonrojó ante ese leve contacto.

— Gracias por la cerveza, churri – susurró Bakugo.

— De... nada.

¡Completamente avergonzado y sorprendido!, así se había quedado Izuku al ver esa faceta de Bakugo. Nunca creyó que realmente pudiera fingir un noviazgo, pero al verle tan romántico como en ese momento, sintió algo que jamás había sentido antes. Le amaba, pero no quería ser un obstáculo para él.

Bakugo le odiaba desde niño y lo peor de todo, nunca había tenido ni una oportunidad con él, pero de haberla tenido, tampoco estaba seguro si habría aceptado estar junto a él. Bakugo necesitaba una buena chica que pudiera darle descendencia y él no podía ni podría. Lo mirase como lo mirase, no se veía suficiente para estar a su lado aunque intentaba convencerse a sí mismo de que su relación como amigos iba mejorando. Subir al buggy con él fue muy divertido, aunque les habían prohibido volver al campo de golf.

— ¿Mejor así? – preguntó Bakugo empujando con su mano la espalda de Izuku para acercarle un paso más.

— S-sí, mucho mejor – susurró Izuku.

Izuku se alejó entonces de su "novio" para seguir manteniendo ocupados a los invitados y de paso, aprovechar para entablar conversación tanto con la mujer de su vecino, como con el individuo al que debían vigilar. Bakugo aprovechó cuando Izuku se giró para dar el toque de gracia a su actuación, depositando una palmada en el trasero de su chico justo cuando se marchaba.

Aquel gesto pilló tanto de improviso a Izuku, como a la vez, le sorprendió gratamente que Bakugo finalmente, estuviera metiéndose en el papel de novio cariñoso. Para ser sincero consigo mismo, empezaba a gustarle aquella farsa porque esos días de vigilancia serían los que más cerca estaría jamás de Bakugo.

— Y dime, Bakugo, ¿cómo os conocisteis?

Tanto su vecino como su jefe, acababan de llegar cerca de la barbacoa para hacer compañía al cocinero. Bakugo sonrió. Le preguntaban por su relación y era algo normal, una conversación trivial.

Redescubriendo el amor (Boku no hero: Baku-Deku-Baku)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora