Completamente sonrojado, Izuku caminaba hacia la puerta. No estaba seguro si aquella interrupción había sido una suerte o una desgracia. Pocas veces podría sentir los labios de Bakugo sobre los suyos y de hecho, no esperó sentirlos jamás. Le resultaba realmente extraño que hubiera ocurrido algo semejante. Siempre creyó que Bakugo no podría sentir nada por él y quizá sólo había sido un pequeño desliz por su parte. Llevaban algo más de una semana viviendo juntos en esa misión y podría haberles afectado estar fingiendo ser novios ese tiempo para confundir sus sentimientos.
No podía negar que ese beso le había hecho feliz y le había gustado, pero a la vez, le hizo sentir una mala sensación en su interior. Por alguna razón, pese a todo lo que vivieron de niños y ese carácter orgulloso y altanero que tenía Bakugo, nunca dejó de admirarle y de quererle hasta cierto punto. Era su mejor amigo y hubo un tiempo donde deseó mucho más. En el fondo, aún le quería, pero también pensaba en su amigo y en que tendría que formar una familia que él jamás podría ofrecerle.
El timbre sonó de nuevo. Ese ruido provocó que Izuku elevase el rostro y acelerase el paso intentando evitar pensar en lo que acababa de suceder pese a que parecía imposible.
— Voy, voy – comentó Izuku para que la persona al otro lado supiera que ya estaba en camino a la puerta.
La abrió. Era el vecino. La primera idea que le llegó a Izuku a la mente fue que se había olvidado algo.
— Hola – susurró Izuku con una sonrisa.
— Verás...
— Se te ha olvidado algo, ¿verdad?
— La chaqueta. Creo que la dejé en el recibidor.
— Pasa, la buscaremos.
Tras la pared de la cocina que daba al comedor, Bakugo esperaba con un botellín de cerveza en su mano mientras miraba el frutero de la encimera. Podía escuchar la conversación desde donde estaba, pero no estaba demasiado centrado. En este momento, sólo podía pensar en que se había dejado llevar por un impulso. Ver herido de nuevo a Izuku, por pequeño que hubiera sido ese corte en el dedo, le hizo preocuparse como las últimas veces que resultó herido en las peleas. Odiaba verle así y simplemente... no había podido evitar que sus sentimientos salieran.
Se sentía imbécil creyendo que, seguramente, había asustado a Izuku. Debía detestarle, odiarle por cometer todos esos errores con él de niño y que nunca supo subsanar. Todavía no sabía cómo hacerlo. Esperó hasta que escuchó de nuevo la puerta. Su vecino había recogido su chaqueta y se marchaba. De nuevo, se quedaban solos con el ambiente tan extraño que habían creado entre ambos tras ese beso. Sentía la tensión y tras esa interrupción, no sabía cómo abordar el tema de nuevo para dar una explicación a lo ocurrido.
Izuku entró. Su rostro sonrojado le indicaba a Bakugo lo cohibido que estaba su compañero con lo que había ocurrido y su silencio le daba mala sensación. Se había equivocado al besarle o al menos, era lo que sentía.
Ambos se miraron fijamente, levemente sonrojados y sin saber qué decir. A ninguno se le ocurría una forma de iniciar la conversación sobre lo que había sucedido. Bakugo movió la mano, provocando así que la cerveza que sostenía se moviera levemente en círculos como si comprobase cuánta le quedaba en el botellín. La miró. Estaba prácticamente acabada.
— Me voy a la cama – susurró finalmente Bakugo evitando el tema. Pulsó con el pie el mecanismo de la papelera y en cuanto la tapa se abrió, lanzó el botellín dentro. Huía, pero era lo único que se le ocurría en ese momento.
— Sí, yo también necesito dormir – susurró Izuku evitando el tema. Era plenamente consciente de que cuando su compañero evitaba hablar del asunto, era mejor dejarlo a cabrearle.
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Redescubriendo el amor (Boku no hero: Baku-Deku-Baku)
Fiksi PenggemarResumen: Por una misión, Bakugo y Deku se ven obligados a fingir una relación amorosa, pero las cosas no son tan fáciles. En su convivencia, no sólo resurgirán sus problemas no arreglados, sino futuros problemas que les llevarán a redescubrir sus se...