El Chico de la Ventana. woosan (Adaptación)

XXIX

Luego de media hora Minho y Jisung se habían marchado. San estaba un poco más tranquilo, pero aún así preocupado por Yeosang y Mingi. No comprendía porqué el chico rubio había reaccionado de esa manera. No es como si hubiese hecho algo malo. Solo había besado a Mingi durante cinco segundos. No era tan grave.

Tal vez estaba molesto consigo mismo porque pensaba que el beso podía significar que había engañado a su novia. de la cual solo había escuchado hablar un par de veces. La verdad es que Yeosang no hablaba mucho de ella.

Una hora después, San aún seguía observando a través de la habitación con su mano derecha apoyada en el vidrio y esperando que Wooyoung apareciera allí para decirle que todo estaba bien.

Mingi ya no estaba allí, pues se había marchado luego de comprobar que San estaba bien. Dijo que necesitaba pensar. Tal vez también se sentía culpable por haber besado a su amigo. Es decir, él también tenía novia y no era nadie más que la prima de Yeosang, el chico con el que se había besado. Seguramente estaría pidiéndole disculpas a la pobre Karina en aquellos minutos.

Finalmente, el chico se cansó de pensar. No podía soportarlo más. Tomó una de sus muchas chaquetas de cuero y se dispuso a salir, no pensando en que aún traía la ropa con la cual había llegado a casa luego de salir del hospital, las cuales eran solo unos pantalones de pijamas grises, una camiseta blanca demasiado grande y pantuflas de gato.

Bajó las escaleras, sentándose en el último escalón para tomar aire durante diez minutos. El estado de su corazón no era el mejor para salir, pero aún así necesitaba saber que era lo que había sucedido con su novio y su amigo y porqué aún no regresaban.

—¿Qué estás haciendo acá, San? Deberías estar descansando...—Preguntó colocando una mano sobre el hombro de su hermano, apartándola cuando el chico de mechón blanco comenzó a chasquear sus dedos.

—Jongho, yo... Yo quería...—Intentó mentir, pero realmente no era bueno para eso y la falta de oxígeno tampoco lo ayudaba.

—No me mientas, Choi.

—Quiero ver a... Wooyoung.—Susurró débilmente, el aire volviendo lentamente a sus pulmones y su corazón regularizando sus latidos.

—Mamá no te va a dejar salir...—Le dijo.

San suspiró decepcionado.

"Idiota. Idiota. Idiota. Debiste haberlo sabido. Eres un idiota, Choi. Quieres verlo y no se te ocurre un mejor plan. ¡Yo también quiero verlo, idiota! ¡Yo soy tú! ¡Debiste haberlo planeado mejor!"

—Tal vez podría ayudarte...

—¿Es en serio?—Preguntó rápidamente elevando la mirada, jamás mirando a su hermano a los ojos.

—Puedo distraer a mamá para que logres salir sin que ella lo sepa... Pero necesito un favor.

—Eres el mejor hermano del mundo, Jongho... Bien, tal vez no del mundo, pero eres bueno.

—Lo sé.—Rió.—Ahora ve por tu chico.

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Encontró a Wooyoung y Yeosang sentado en la acera frente a la casa de ambos, el chico rubio recostando su cabeza en el hombro de su amigo mientras Wooyoung hablaba con él y le secaba las lágrimas dulcemente.

Suspiró.

No era tiempo de pensarlo, pero aún así se cruzó por la mente de San que aquella era la primera vez que estaban cerca después de la pelea, del ataque, del hospital.