LVI

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—¿Ya terminamos, Yeosang?—Preguntó a su mejor amigo, viendo como una nueva tanda de galletas salía del horno, sintiéndose completamente agotado, una fina capa de harina cubriendo su rostro.

—En realidad, Woo, aún falta la mitad...—Respondió Mingi.

—¿¡La mitad!?

—Sabes que mi familia es bastante grande, Woo...—Respondió Yeosang encogiéndose de hombros, como si no fuese la gran cosa.

—Pero Yeosang... Con todas estas galletas podrías acabar con el hambre a nivel mundial.

—Vamos, Woo, no es para tanto...

—¡Han sido tres horas haciendo galletas, Yeo!—Yeosang y su novio ignorándolo por completo, unas pequeñas sonrisas amenazando con salir de sus bocas.—¿Saben qué? Esto es aburrido... Yo...—Estaba completamente cansado.—A la mierda las galletas. Sigan ustedes y yo me iré... Ya hice demasiado trabajo. Los veo pronto. Feliz navidad.—Se despidió, intentando salir del lugar antes de que sus amigos volvieran a atarlo con cuerdas a una silla para que haga la "prueba de calidad" de las galletas.

Y por prueba de calidad hablamos de meter tres galletas en la boca del pobre Wooyoung.

(...)

Cuando Wooyoung llegó a casa minutos después se encontró con su novio sentado sobre el sofá, mirando al vacío, pequeñas lágrimas rodando por sus mejillas y la pequeña Jiwoo intentando consolarlo.

—Está bien, San. Está bien.—Le decía dulcemente, acariciando sus brazos.

—¿Quieres algo de té, San?—Era su madre que, atravesando la puerta de la cocina, se acercaba a él silenciosamente.

Su novio simplemente negó con su cabeza.

—San...—Susurró al verlo, entrando rápidamente al lugar, cerrando la puerta a sus espaldas fuertemente. Al instante se arrodilló frente a él, limpiando dulcemente sus lágrimas con sus pulgares.—¿Qué sucedió?

Pero San no respondió. Parecía estar en algún tipo de profundo transe.

—Su amigo Hyeongjun estaba en el mismo estado. Tuvimos que llamar a Seonghwa, su hermano, para que viniera a buscarlo... Tu padre casi lo golpeó con la sartén en cuanto lo vió. Él no olvida ni perdona facilmente.—Le explicó su madre.

—¡Mamá! ¡Ve al grano!—Suplicó alterado, viendo como su novio fijaba sus ojos en él pero no parecía darse cuenta de que estaba allí.

—Creo que es por KQ Fellaz... Se separaron... Ya sabes...

Wooyoung lo comprendió de inmediato y abrazó a su novio fuertemente.

(...)

Luego de llevar a su novio a la habitación que compartían y buscar algo de helado de chocomenta para calmar el dolor en su corazón de fan, Wooyoung se metió bajo las sábanas junto a él, de inmediato rodeándolo con sus brazos.

—Come un poco, Sannie.—Lo incitó, tomando una gran cucharada de helado y conduciéndola a la boca de su novio, quien mantuvo sus labios sellados.—Vamos, San. Te ayudará con tu depresión.

—No quiero.—Susurró con tristeza, tomando las sábanas y cubriéndose hasta la cabeza, abrazándose fuertemente al cuerpo de Wooyoung y usando su cuello como escondite.

—Vamos, San. Estamos en víspera de navidad. No puedes estar triste.

—Sí puedo.—Afirmó.

—Bien, está bien, pero al menos come algo de helado. No quiero que se derrita.

—Bien.—Accedió de mala gana sacando su cabeza de entre las sábanas, sus ojos hinchados mirando fijamente a Wooyoung.

El Chico de la Ventana. woosan (Adaptación)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora