XLII

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Choi San sabía que todo lo que estaba haciendo estaba mal.

Desde la primera vez que había besado a Emma, la dueña del departamento donde se habían hospedado en Nueva York antes, durante y después de su trasplante de corazón, lo supo.

Resumiré todo lo sucedido para no aburrirlos con todo esto.

Dígamos que a Yoona la mujer mayor le parecía un buen partido para su hijo. Tenía dinero, era guapa, estaba disponible y por último, pero no menos importante para la mujer, era una chica. ¡Ni en un millón de años tendría una oportunidad como esa de nuevo!

Luego del trasplante de corazón exitoso y la recuperación de su hijo, la mujer decidió que era tiempo de jugar sus cartas.

Lo alejó de Minho y Jisung, de Jaemin y Jeno. Incluso de Hyeongjun -Que aún consideraba su amigo, pues no se había quedado suficiente tiempo como para escuchar la verdadera razón por la cual se había acercado a Wooyoung y a él meses atrás-. Cambió su número de teléfono e incluso le prohibió hablar con Hongjoong luego de recibir una llamada del padre de este. Quemó sus discos de KQ Fellaz, incluso el que Yunho le había regalado en su cumpleaños, y también cualquier cosa relacionada a ellos. Desechó sus gorras y beanies, sus chaquetas y sus calcetas infantiles, sus camisas a cuadros y su patineta. Lo obligó a teñir su característica mechita blanca por su color natural de cabello. Tiró todo lo que podría hacerlo parecer "raro".

Finalmente, la mujer comenzó a hablar con su hijo y, después de varias charlas llenas de mentiras y amenazas disfrazadas, Yoona terminó convenciendo a San de que olvidar su "experimento" con Wooyoung y comenzar una relación seria con la mujer con dinero sería la mejor opción.

Besarla fue asqueroso para el chico la primera vez. Luego terminó adaptándose. Sus labios eran demasiados toscos, poco suaves, y sus besos estaban llenos de rudeza. No le gustaba. Pero era lo que tenía que hacer para mantener a su madre feliz.

Luego de "formalizar" su relación con Emma, la chica comenzó a exigir cosas a los padres del chico como si de un producto se tratase. Ropa reveladora. Maquillaje. Predisposición.

Seungyoon no estaba de acuerdo con todo esto, y sus hermanos tampoco, pero Choi Yoona sí, y los demás temían por la salud física de San, así que se abstenían de hacer o decir cualquier cosa.

Durante esos ocho meses San tuvo que acostumbrarse a ser tratado y visto como un vulgar pedazo de carne, su madre jamás haciendo nada para detenerlo.

Fue por eso que, al saber que volverían a Seúl luego de tantos meses, su nuevo corazón casi se le salió del pecho. Volver a Seúl suponía alejarse de esa vida. De su tortura. Volver a ser parcialmente libre.

Como puede apreciarse, la inocencia característica en la mente de San seguía allí, completamente intacta.

Librarse de aquella mujer no iba a ser tan fácil como pensaba.

Choi Yoona, manipuladora como siempre, había logrado que Emma accediera a acompañarlos.

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Durante el camino, San se mantuvo pensativo, sus piernas cubiertas por un pantalón demasiado ajustado siendo acariciadas por las huesudas manos de Emma sin control alguno.

Aún así, aunque esto era asqueroso y degradante, el chico podía ignorarlo, pues cosas más importantes que un toqueteo al que ya estaba acostumbrado ocupaban su mente.

Estaba pensando en Jung Wooyoung...

Tal vez ya era feliz con esa chica, al menos un poco, con suerte ella no lo maltrataba.

El Chico de la Ventana. woosan (Adaptación)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora