I

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-A ver, ¿qué tenemos acá?
- ¡Es Jung Wooyoung! Nuestro gay favorito.

-Seonghwa, Hyunjin, dejenlo en paz, se los advierto.-Habló el rubio amigo de Wooyoung.
-Déjalos, Yeosang. No me importa.
-Pero a nosotros sí nos importa, Woo.-Dijo esta vez Mingi.-Y hasta que estos idiotas no te dejen en paz...

-¡Callate de una vez! ¡Nosotros haremos con él lo que se nos de la gana!-Amenazó Hyunjin.

Wooyoung dejó escapar un gemido de terror.
Sabía lo que aquellas palabras significaban.
Lo golpearían... De nuevo.

-¡Ni se les ocurra tocarlo!-Mingi escondió al más pequeño de estatura detrás suyo.
-¿Y qué pasará si lo hago? ¿Qué me harán?- Preguntó Seonghwa, con una sonrisa típica de villano de película.
-No querrás saberlo, Park Seonghwa.-Yeosang ya se estaba preparando para hacer puré a ese idiota.

Seonghwa y Hyunjin se miraron y dejaron escapar una fuerte carcajada al unisono. Luego, Hyunjin miró a Seonghwa y este asintió, aún con su sonrisa de villano.
Fue entonces cuando Seonghwa sujetó del cabello a Wooyoung con una mano, lo hizo retroceder hasta los casilleros y luego enterró su rodilla en su estomago. Un grito de dolor escapó de los labios de Wooyoung y, cuando el chico lo soltó, cayó al suelo jadeando, intentando recuperarse del golpe. Lagrimas ya resbalaban por sus mejillas.

-Maldito mari...

Pero Seonghwa no pudo culminar su frase, pues Yeosang ya se había lanzado sobre él y estaba golpeandolo con todas las fuerzas que tenía mientras Mingi intentaba detener a Hyunjin.

-¡Corre Woo!-Gritó el rubio.

Wooyoung no dudó ni un segundo en hacerlo. Con el estomago aún doliéndole, corrió y corrió hasta llegar al estacionamiento. Una vez allí buscó las llaves de su auto desenfrenadamente hasta dar con ellas. Un minuto después, Wooyoung surcaba las calles en dirección a su casa a máxima velocidad, con lágrimas en los ojos y un terrible dolor en el vientre.
Al llegar, como siempre, la casa estaba vacía.
Su madre y su padrastro solían trabajar hasta muy tarde, y Jiwoo, su pequeña hermana, era cuidada por su tía durante las tardes. Wooyoung suspiró. A veces deseaba poder llegar, abrazar a su madre y contarle lo que había sucedido... Pero no podía.
Y cuando tenía la oportunidad de decirlo, no lo hacía. No lo hacía porque tenía miedo de que lo llamasen cobarde. Ya tenía bastante con todos en la escuela (Exceptuando Yeosang, Mingi y un par de gays) llamandolo "estúpido maricón". No quería ser el estúpido maricón cobarde.
Triste y adolorido, subió a su habitación y empezó a llorar.

-¡Eres tan estúpido! ¡¿Por qué no dejaste que Hyebin te besara esa vez?! ¡¿Por qué, idiota?!-Se gritaba a si mismo, llorando sobre su cama.

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-Vamos Wooyoung, se que quieres hacerlo.-Decía Hyebin mientras lo mantenía preso entre los casilleros y sus brazos.

Wooyoung se sentía asqueado por el repugnante olor dulce del perfume de la chica, por sus labios demasiado cerca de los suyos, por sus brazos demasiado finos para su gusto...

-Hyebin yo... No, No quiero.-Dijo Wooyoung con nerviosismo en su voz.
-Vamos Woonie, sólo un beso.
-No, ya... Ya te lo dije.-Decía intentando empujarla. Pero le aterraba lastimarla al ser más fuerte que ella.
-¿Por qué no?

Wooyoung se quedó callado. Sabía lo que sucedería si lo decía. En Estados Unidos había cambiado de escuela tres veces por esa razón.

-El que calla otorga, Woonie.

Y lentamente, Hyebin acercó sus labios a los de Wooyoung. Él apretó los ojos fuertemente, esperando que al abrirlos todo fuese una muy mala pesadilla. Pero no era así. Sus bocas casi se tocaban y Wooyoung estaba aterrado. Cuando Hyebin rozó sus labios ligeramente con los suyos, Wooyoung no pudo contenerse.

El Chico de la Ventana. woosan (Adaptación)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora