8. El partido

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AVA

Noora y Sky caminan tomadas del brazo un par de metros por delante mia dirección a los vestuarios. Grayson invitó a Noora a ver el partido y es que a mi chica nunca le ha gustado el fútbol. Las veces que ha estado en las gradas ha sido porque la he arrastrado hacia ellas. Desde pequeña soy una apasionada del fútbol. Es lo que tiene que tu padre sea entrenador en la Universidad de Cambridge desde hace casi veinte años. Todas las tardes me obligaba a quedarme sentada en las gradas mientras él entrenaba al equipo. Mamá trabajaba hasta tarde y con el sueldo de ambos no podían permitirse una niñera. Cuando a papá lo hicieron fijo y le subieron el sueldo pensaron en contratar a una pero ya era demasiado tarde. Me negaba a no asistir a los entrenos de papá. Me crie entre adolescentes hormonados apasionados del fútbol. ¿Cómo no iba a acabar enganchada por uno de ellos? Mi vida siempre fue un cliché y mi época en la universidad no iba a ser para menos. A día de hora todavía sigo yendo a ver los entrenamientos de papá aunque nadie lo sabe, ni siquiera Noora. ¿Cómo voy a admitir que mi padre entrena al equipo rival de mi universidad? No quiero que todo el odio del campus caiga sobre mi. Suelo inventar algún cosa de fotografía o de cualquier cosa que se me venga a la mente antes de decir la verdad.

Noora y Sky se acercan hacía la puerta del vestuario y yo me quedo algo más atrás apoyada en la pared. Mi aspecto es tan horrible estos últimos días que he decidido tomar el outfit habitual de Noora y esconderme bajo una sudadera ancha, que Grayson regaló a Noora, y ocultar mi rostro bajo la capucha de la misma.

—Noora—Rhett sale de los vestuarios y mira asombrado a Noora. Por la mueca de confusión de su rostro puedo afirmar que no esperaba que ella estuviese aquí—No sabia que venías—mira a Sky.

—Grayson me invito—contesta Noora.

—Debe estar por terminar—asegura. Rhett no ha puesto su vista en mi en ningún momento. No sé si no me ha visto o simplemente ha decidido ignorarme. No sé nada de él desde que nos vimos en el callejón hace algunas semanas—Espero que esta noche le des la recompensan que merece el mejor jugador de mi equipo. Si no hubiese sido por él no hubiésemos ganado.

—Eso mismo dije yo—Sky interrumpe en la conversación haciéndose notar—Ay, perdona. No me he presentado— tiende su mano a Rhett—Soy Sky.

—¿Sky? ¿Como el cielo?

—Sí, mis padres son amantes de la naturaleza y todo eso y quería dejar constancia de ello.

—¿Es por eso que llevas tu pelo azul?—Ezra aparece y no es hasta ese momento en el que Rhett se da cuenta de mi presencia y la mirada de ambos chicos cae sobre mi. Mis piernas comienzan a temblar y los nervios a apoderarse de mi cuerpo. Ezra mira a Rhett y después me mira a mi para volver su vista a Sky cuando ella le habla.

—¿Quieres que lo sea?—pregunta juguetona y Ezra eleva una ceja. Sky envuelve su cabello en uno de sus dedos creando un tirabuzón inexistente intentando ser seductora pero desde fuera solo se ve una situación ridícula.

Noora carraspea la garganta y vuelve su mirada hacia mi. Me mira con ojos tristes, como intentando pedirme disculpas cuando es Sky la que se está abalanzando sobre él. Una sensación extraña acapara mi estómago. ¿Son celos? ¿Tengo celos de qué Sky esté tonteando con Ezra? ¿Hice mal en dejar a Ezra? ¿Debería haberle ocultado la verdad y seguir como si nada? Estas preguntas llenan mi mente y decido irme de allí antes que alguno de ellos pueda nublar mi juicio y acabe llorando como una magdalena delante de todos. Ya soy protagonistas de las habladurías del campus no quiero que la situación se agrave aún más. A paso decidido salgo de los vestuarios para tomar el camino de vuelta a la residencia. Miro hacia atrás y veo como Rhett pasea junto a Sky hasta la salida y de nuevo sentimientos encontrados surgen en mi interior. Sky habla animadamente con Rhett mientras él asiente y sonríe sin parar ni prestarle mucha atención a lo que le está diciendo. Su mirada está sobre mi. Sky no nota que estoy a un par de metros de ellos y no me molesto en que lo descubra. Sigo mi camino hacia la residencia sin avisar a ninguna de las chicas. Coloco los auriculares en mis orejas y pongo Spotify aleatorio. Olivia Rodrigo llena mis oídos y siento como si me hubiese estado esperando para comparecerse de mi.

Amor instantáneo [Libro #2 Saga Destinos]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora