28. primeras veces

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Rhett

De nuevo me encuentro solo otro fin de semana. Avery tuvo que volver a casa a mitad de semana por un problema familiar y asegura no volver hasta el domingo o lunes. Algunos amigos de Luka aparecieron en el último momento arrastrándolos con él a alguna parte y dejando a Adele, su madre, muy preocupada. Por lo que me cuenta Ava, son los chicos con los que antes solía salir. Problemáticos y drogodependientes. 

Por otro lado, Ezra volvió a salir con su maleta a cualquier lugar. Nos vemos el domingo murmuró sin mirarme. Tal y como hizo la semana pasada. 

Aunque se siente extraño que la casa esté así no he perdido el tiempo en invitar a Ava. No nos vemos hace casi una semana. Cada vez que quería ir a verla ella tenía algo que hacer. No sabía si era una excusa o simplemente eran tareas atrasadas. Últimamente pasamos mucho tiempo juntos y suele quejarse sobre la carga de tareas apiladas en su escritorio. Así que tomé la opción de no desconfiar de ella y dejar mis inseguridades lejos. Todos nos sentimos inseguros en algún momento de nuestra vida aunque no tengamos motivos para ello. La sociedad nos hace creer que nunca seremos suficientemente para nadie y mucho menos para las personas a las que queremos. Así que me paso los días luchando contra ese pensamiento que me ahoga cada vez que veo a Ava y recurre a mi mente de forma que me nubla el pensamiento. 

Ava me envía un mensaje avisándome de que está en la puerta de casa así que corro hasta ella y la dejo pasar. Lleva consigo una pequeña mochila donde deduzco que trae sus pertenencias para pasar el fin de semana aquí y suplico que el pijama se le haya olvidado. Necesito verla con mi camiseta paseando por el pasillo de casa. No creo que haya nada que me pueda gustar más. Ava me da un beso en la mejilla y entra en casa. Se dirige a mi cuarto a dejar sus cosas mientras me dice algo que no soy capaz de oír. Mi mente se nubla cuando veo su pequeño y redondo culo marcado en esas diminutas mallas de hacer deporte. Su sudadera corta no deja mucho a la imaginación. Su estómago plano se deja ver y solo pienso en pasar mi lengua desde sus pechos, pasando por su estómago para después acabar adentrado en su coño. Mi polla empieza a despertar y me recrimino interiormente. Quería que este fin de semana fuese algo más que sexo pero cuando estoy con ella mis hormonas no dejan de fluir en mi interior.

—¿Me estás escuchando?—pregunta Ava saliendo de mi habitación y uniéndose conmigo en el salón.

—No—admito avergonzado. 

Ava me mira y eleva sus cejas. Su boca forma una especie de O cuando su mirada cae sobre el bulto de mis pantalones. 

—No quiero saber en lo que estabas pensando—se deja caer en el sofá—Te estaba preguntando que si veíamos una película y que si querías pedir algo o cocinábamos en casa.

—Podemos hacer algo ligero—me dejo caer en el otro sofá—Y si quieres podemos ver alguna película.

—¿Tienes palomitas?—pregunta.

—¿En que momento Noora Dahl ha poseído tu cuerpo?

—Oye, que ella no es la única que puede comer palomitas—se queja—Tengo antojo de ellas. Mi período esta al caer y solo me apetece comer.

Mierda. Mi maratón de sexo de fin de semana ha acabado antes de empezar.

—Chaval, no te preocupes. Todavía puedo hacerte una mamada—dice como si hubiese leído mis pensamientos.

—No esperaba menos—digo bromeando—¿Eres de las que le gusta acurrucarse y llorar viendo películas de amor?

—No—niega.

—Bueno, yo creo que sí—me dirijo a la cocina para buscar palomitas. Ninguno de nosotros comemos a excepción de Avery. Miro en su estante pero no hay nada. Vuelvo al salón para darle la mala noticia a Ava pero no parece importarle mucho. Se acurruca en el sofá mientras busco algo en Netflix.

Amor instantáneo [Libro #2 Saga Destinos]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora