Amor instantáneo [Libro #2 Saga Destinos]

33. La verdad

AVA

Siento que esta situación es tan irreal que tengo que pellizcar varias veces mi muslo para darme cuenta de que no estoy en un sueño, que es Ezra, mi ex-novio, el que me está llevando a casa de mi actual novio y su ex-mejor amigo,  con el cual dejó de hablarse durante meses por mi culpa.

—Estamos llegando—dice Ezra, quien no ha abierto la boca en todo el camino. En un principio pensaba que Avery vendría pero a última hora dijo que no. Se excusó diciendo  que debía terminar un trabajo para última hora y aunque creo que fue una excusa poco creíble lo preferí así. No quería sentirme más incómoda en este momento de lo que ya me siento—Estamos aquí.

Ezra y yo bajamos del coche y caminamos hacia la casa de Rhett.  A pesar de que apenas son unos metros siento como si hubiésemos andando kilómetros. Todo pasa lento a mi alrededor y cada paso me resulta agotador.

—No lo juzgues—me pide Ezra antes de entrar—Solo mantén tu mente abierta. Yo lo comprendí y tú eres mejor persona que yo.

Rhett nos abre la puerta. Su aspecto es un total desastre. Ojeras acompañan su rostro junto con unos ojos hinchados a causa de un mal sueño. Se nota agotado y me dan ganas de saltar sobre él y abrazarlo.

—Os dejo solos—murmura Ezra—Estaré en la cafetería más cercana que encuentre de aquí. Llámame cuando quieras volver.

—Gracias.

Ezra asiente y se aleja a paso ligero de casa de Rhett. Mi mirada está sobre Ezra. Esta situación me resulta incómoda y no sé como mirar a Rhett a los ojos.

—¿Entras?—dice Rhett llamando mi atención.

—Mmm... sí,claro—Rhett me deja pasar y me guía hasta el salón donde me espera un café junto con un par de galletas.

—Fue cosa de mamá—dice Rhett—Accedió a dejarnos solos para hablar a cambio de dejar algo de comer para ti. Mamá es partidaria de atiborrar a las visitas con galletas.

—Parece agradable.

—Lo es. ¿Quieres sentarte o...?—Rhett calla por un par de segundos—Esta situación es ridícula. Estamos aquí para hablar sobre lo ocurrido y estamos divagando. Sé que es incómodo después de lo mal que me comporté contigo cuando me dijiste sobre tu posible embarazo pero tengo una excusa—los nervios de Rhett aumentan—Bueno, no es una excusa pero eso es lo que me digo para no sentirme una mierda de persona.

—Rhett—intento decir algo para calmar sus nervios.

—No—niega—No me interrumpas. Quiero decirte esto ya porque sino no sabré como hacerlo—limpia el sudor de sus manos en los pantalones—No sé como decir esto por que bueno mmm... nunca he tenido que decirlo en alto—Rhett empieza a divagar mientras mis nervios aumentan. Yo también tengo cosas que decirle pero me siento incapaz de hablar con él hablando sin parar y divagando sobre el tema—Soy padre—dice rápidamente.

—¿Qué?—balbuceo. ¿Rhett es padre? ¿He oído bien?  

—Se llama Ashley, tiene cuatro años y un corazón débil. 

—¿Un corazón débil?

—Sí—asiente.

Busco a tientas el sofá y me dejo caer lentamente en él. Creo que necesito sentarme para escuchar toda la historia.

—¿Quieres que empiece por el principio?—se sienta a mi lado.

—Por favor—le pido.

—Tenía diecisiete años cuando conocí a Jessica. Ella era la vecina nueva del barrio. Todos los hombres del barrio estaban locos por ella y los que lo negaban simplemente mentían. Se había mudado a Windsor después de una separación dolorosa y estaba aquí para comenzar su vida de cero o eso es lo que decía. Jessica tenía diez años más que yo pero con diecisiete años no es lo que más me importaba. Ella comenzó a tener interés en mi y eso aumentó mi ego adolescente. No sé como consiguió mi numero pero comenzamos a mensajearnos y a vernos a escondidas. Yo pensaba que estaba enamorado de ella mientras ella solo jugaba conmigo. Los últimos meses que pase con ella siempre estaba borracha cuando llegaba a casa. Decía que había tenido un mal día en el trabajo y que necesitaba beber unas copas. No le di importancia. Los mayores de mi alrededor siempre lo hacían. Pero un día Jessica desapareció sin decir nada dejándome destrozado. Ocho meses después de eso me llamaron del hospital. Jessica había tenido un bebé y lo había abandonado. Dio mis datos antes de abandonarla en el hospital.