Amor instantáneo [Libro #2 Saga Destinos]

34. Ashley

RHETT

Nunca pensé que podría ser tan feliz hasta que vi los delgados brazos de Ava cargando a Ashley hasta el jardín para jugar con ella. 

Cuando Ashley llego a casa sentí un pellizco en mi estómago. Nunca había traído a a ninguna chica a casa y al ser Ava la primera no sabía como iba a reaccionar. Hace menos de veinticuatro horas había estado aquí su madre reclamándola como si tuviese derecho sobre ella después de haberla abandonado con apenas unas horas de vida. ¿Cómo podría encajar a Ava en todo esto?

—¿Quién eres?—Ashley juzgó con la mirada nuestras manos unidas.

—Soy Ava.

—¿Eres la novia de papá?—vi como la cara de Ava cambió por unos instantes antes de volver su mirada hacia mi buscando ayuda.

—Sí—intervine por ella—Así que debes de comportarte bien con ella.

Ashley dio un par de pasos hacia Ava mientras la examinaba de arriba a abajo.

—¿Ese pelo es tuyo o es una peluca?

—Es mío—le aseguró Ava.

—¿Y yo porqué no puedo tenerlo así?—Ashley inflo sus mofletes en señal de protesta—¿Puedo tocarlo?—Ava se agachó a su altura. Ashley acercó su mano al pelo rojizo de Ava y comenzó a tocarlo suavemente—No quema—murmuró para si misma pero todos la habíamos oído y soltamos una carcajada—¿Puedo peinarte?—pero antes de que pudiese presentar a Ava formalmente a mis padres, Ashley tomó su mano y la arrastró hacia su habitación sin palabra alguna.

Una hora después ambas siguen allí. He intentado acercarme varias veces para ver si Ava sigue viva, sé como puede ser Ashley y no confío en que la primera toma de contacto entre ambas sea buena. También sé que Ava odia que le toquen el cabello así que no sé si tengo más miedo por Ashley o por Ava pero ambas me sorprenden saliendo de la habitación con Ava tomando en brazos a Ashley hasta el jardín para continuar jugando. Ava tiene su pelo intacto mientras Ashley tiene varias trenzas decorando su cabello. Parece que Ava le ha dado la vuelta a la situación y ella acabó siendo la peluquera. No sé como lo habrá conseguido porque Ashley no es que sea una niña fácil de tratar.

—¿Piensas presentarnos a tu novia en algún momento?—mamá golpea mi costado con su codo juguetonamente—Parece que a Ashley le ha caído bien.

—Sí, eso parece—mi mirada sigue sobre ambas. 

Mamá camina hacia ellas y se presenta a Ava. Ava toma su mano pero mamá la envuelve entre sus brazos haciéndola sentir incómoda. Ava me busca con la mirada y yo tan solo me encojo de hombros. Mamá siempre ha sido muy cariñosa y dar abrazos es lo que más le gusta. Ashley empuja a Ava para entrar en el abrazo y veo como hacen un sándwich las tres. Tomo una foto de este momento porque sé que me servirá para torturar a Ava en un futuro. Tiene una cara de pánico digna de guardar para el recuerdo.

Mamá toma de la mano a Ashley y entra en casa dejándonos a Ava y a mi solos por un momento. Ava se acerca a mi con su rostro todavía preso del pánico y aunque lo intenta ocultar no es nada buena en ello.

—Estás presa del pánico—le digo a Ava leyendo sus pensamientos.

—¿Tanto se nota?—traga saliva.

—Un poco—admito—Pero es normal. Demasiadas emociones por hoy y Ashley no es fácil de tratar.

—No es Ashley—niega—Ni tú madre envolviéndome entre sus brazos hasta dejarme sin respiración.

—¿Entonces?

—Soy yo—Ava desvía su mirada hacia el suelo y de nuevo vuelve a mirarme—Nunca he sido de las que le gusta conocer a la familia de su novio y mucho menos pensaba en tener hijos. Lo veía como algo lejano y no me importaba en realidad no ser madre. Pero ahora contigo todo es diferente. Después de cuatro años enamorada de ti decides poner tus ojos sobre mi haciéndome dudar de todo a mi alrededor. Ocultándole lo nuestro a Noora y haciéndole daño a Ezra. Después apareces con una hija y una madre tan cariñosa que me hace dudar sobre si yo podría ser así. Mi madre nos abandonó—admite avergonzada—Supongo que no fui lo suficientemente buena hija para ella y formó otra familia. Si no supe hacerlo como hija, ¿Cómo puedo hacerlo como madre? No creo que Ashley se merezca a un desastre como yo.