Capítulo 42

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Al terminar de ducharnos me visto con algo comodo y me acuesto en mi cama pensado en lo de hace unos minutos.

Leila estaba rara, ella me abrazó y ahora pensándolo bien si parecía una despedida.

La pregunta es ¿Por qué habría de despedirse si no había ningún motivo? Ella sabía algo, tal vez la amenazaron y nunca dijo nada pero algo sabia.

---¿Que pasa?--- pregunta Tanner secando su cabello con una toalla gris.

Niego pensativa.

---Solo Tengo sueño--- Le sonrio y me dejo caer en mi cama.

Mañana es su velorio y tengo que armar las fuerzas necesarias para no romperme más de lo que ya estoy.

No pasa nada madi, yo... sólo te amo. Sabes que por ti doy mi vida entera.

Esas palabras llegan a mi y entonces me doy cuenta que ella sabía de esto, ella dio la vida por mi, ella prefirió morir antes de que yo lo haga.

¡Joder! Esto me duele.

Suspiró y cierro los ojos tratando de conciliar el sueño y no pensar tanto, necesito descansar o juro que no aguantare tanto dolor.

---Descansa--- susurra Tanner acurrucandose en mi espalda, suspiró y entrezala nuestras piernas mientras me abraza contra el.

--Tu también--- murmura y siento un pequeño y delicado beso en mi hombro que hace que mi piel se erize.

Me acurruco sobre el y dejó que el calor de su piel y su olor me logré tranquilizar y así logró cerrar los ojos y dormirme profundamente.

*

Despertar es volver a la realidad, a la cruel y terrible realidad. Despertar es afrontar el mundo en el que vivimos.

Luego de grandiosos sueños llenos de fantasía tocar despertar y que la realidad nos pegue tan fuerte que no seamos capaces de asimilarla.

La muerte de un ser querido es terrible, un abuelo/a, un padre/a, una/o hermano/a, algún amigo o amiga.

Nunca se logra superar del todo por mas que pasen los años, Siempre va a hacerte falta esa persona y es la peor agonía que puede existir.

Saber que nunca vas a volverla a ver. La muerte nos da una enseñaba y es qué, la vida es corta y que nuestro destino es morir.

A la edad que sea, a la hora que sea y cuando sea, tan repentino como eso y tan doloroso como se imagina.

Tanner entra al comandó y dejó caer mi cuerpo al asiento, la gente va llegando y todo aquí grita que estamos de luto.

No sólo por Leila, si no por todos los que murieron el día del ataque, esos hijos de puta dejaron un terrible desastre.

---Debemos bajar--- habla Tanner dando palmadas en mis piernas, lo miró y asiento sin decir ninguna palabra.

Salgo del coche y me arregló mi chaqueta negra, saco de mi bolso mis gafas de sol y me las colocó.

No es muy necesario ya que no hay sol, el día esta nublado y triste, pero mis ojos se encuentran irritados e hinchados, no dejaré que nadie los vea.

Caricias Fingidas © [#1]✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora