Capítulo 12

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CAPÍTULO 12

Caigo rendida en el asiento mientras trató de regularizar mi respiración, Tanner gruñe y cae sobre mí escondiendo su rostro en mi cuello.

Me quedo procesando lo que acaba de suceder mientras miro el techo del carro mientras mi respiración se va calmando poco a poco, tanner se remueve sobre mi y sus ojos grises se fijan en mi.

Es entonces cuando teniéndolo tan cerca noto lo guapo que es, y no lo digo de broma, es literalmente precioso.

Una sonrisa se dibuja en sus labios y me besa antes de salirse de mi y acomodarse la ropa.

Sigo cada uno de sus movimientos con mi vista y entonces el ríe.

---¿Que tanto me ves?

Niego sonriendo.

---¿No puedo verte?

El se encoge de hombros y se acerca a mi una vez que terminó de arreglar su ropa.

---Puedes verme todo lo que quieras--- besa castamente mis labios y rio.

Ojeo el carro por dentro y quedó fascinada, el tapizado es blanco y por lo que comprobé es muy cómodo.

Miro los vidrios y entonces surge una duda.

---Tanner---

---¿Mmm?--- responde.

---¿Los vidrios son polarizados?--- se detiene y me mira.

---No lo son--- Responde sin más.

¿Qué?

---¿Es una broma?--- preguntó indignada y se encoge los hombres negando.

---¿Por qué bromearia?---

---¿Estás loco? ¿Por qué rayos no me dijiste nada?--- hablo alterandome.

¡Mierda!

Suspiro y busco mi ropa.

---No preguntaste--- responde sin darle importancia.

---¿Y?--- preguntó sin poder creer esto ---Teniendo en cuenta lo que paso podrias haberme dicho antes de meterme en está porquería --- me quejó sintiendome furiosa.

---Lo siento, no lo pense--- murmura disculpandose.

---Claro que no lo hiciste, solo piensas en ti y en tu polla dura, no te importa que haya gente que nos vea---

---¿Qué importa la gente? Tu puedes disfrutar de tu sexualidad como te dé la gana, no debes pedirle permiso a la gente.

---Que a ti no te importe no significa que a mí tampoco, esto no es gracioso, debiste decirme--- hablo acomodando mi ropa con rapidez.

El asiente mirándome.

---Lo se, lo siento---

Asiento enojada, sus disculpas ya no valen de nada.

Recojo mi ropa y me doy cuenta que no me sacó las bragas por lo que las miro y... ¡Están rotas!

Miro a Tanner y golpeo su hombro fuerte.

---¡Oye!--- se queja

---Me debes una tanga--- gruño.

El sonríe apenas.

---Prometo comprarte otra.

Por supuesto que si lo hará.

Me cruzo al asiento copiloto y sin mirarlo digo.

---Llevame a casa--- pido sin esforzarme en ser buena.

El asiente en silencio y arranca el carro.

Suelto un suspiro pesado y saco mi móvil para escribirle a Cristian, realmente necesito su ayuda para mudarme pero es inevitable sentirme avergonzada.

Caricias Fingidas © [#1]✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora