Capítulo 63

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TANNER JANSSEN

Mi pecho sube y baja con fuerza, el sudor recorre cada parte de mi cuerpo y el frío se cuela en mis huesos.

Mis ojos la ven desaparecer y siento un terrible miedo ensima.

No puedo quitar su rostro de mi cabeza, su mirada de miedo y de decepción, esos ojos que antes me miraban como si fuera lo más hermoso en su vida, me miraban como si fuera lo peor que existe. Me mira con odio y no se que más me duele, si que me odie o haberla lastimado de esta manera.

Es algo que nunca me lo perdonare, cometí un error con este plan, no lo pensé bien y eso costó la vida de muchas personas, más su sufrimiento.

Luego de que desapareciera, me tardé tres semanas en encontrar la manera de contactarme con Marcelo, lo pensé bien y lo razóne con madurez pero no salió como lo pensé, no pensé en cuanto le afectaría, estaba cegado, sólo quería encontrarla.

En mis planes nunca estuvo que Marcelo me pidiera algo así, matar a su madre, nunca pensé que llegaría a tanto.

Pero lo subestime demasiado.

Flashback

Me acomodó el traje mientras bajo de mi carro y miro la carta donde está escrita esta misma dirección.

Miro el lugar donde me encuentro y estoy en un callejones oscuro y cerrado, un galpón grande se sitúa frente a mi y dos hombres controlan la entrada.

---Ya estoy aquí--- murmuró acomodandome el micrófono que se encuentra en mi oído.

---Bien, hazlo, actúa sereno y lo más tranquilo que puedas, Marcelo suele ser muy astuto y si se da cuenta que es un plan no tardará en acabarte--- habla Matteo del otro lado y aprieto mis dedos.

Eso no me tranquiliza.

Pero Bueno, aquí vamos.

Comienzo a caminar con la cabeza en alto y me detengo frente a la puerta, les muestro la tarjeta y me dejan entrar siguiendome.

Apenas entramos noto que es una discoteca y no hay nadie en el lugar más que Marcelo y sus hombres.

---¡Tanner!--- exclama el viejo al verme y sonrió forzosamente. ---¿Cómo estás? Toma asiento, ponte cómodo--- me invita a sentarme frente a el, en un sofá color negro y obedezco. ---¿Quieres algo de beber?--- pregunta.

En ese momento mi garganta exige algo fuerte, como un tequila, un ron o un whisky. Pero inmediatamente niego, no puedo arriesgarme a que le coloquen algo al tragó.

---Gracias, pero estoy bien--- le sonrió quitando mis lentes.

---De acuerdo, ¿y bien? Te escuchó--- mueve su mano indicandome que hable y bebé de su vaso.

Caricias Fingidas © [#1]✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora