Capítulo 36

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El Oficial Garret habla poco y nada, nos lleva al otro lado del campo, cruzamos un lago y vemos cinco cabañas, el oficial nos hace pasar y al entrar vemos, doce literas de cada lado.

Son veinticuatro camas en total, eso quiere decir que son, veinticuatro compañeras.

- Esta es su nueva habitación, su litera correspondiente es la número cuatro- nos señala la del medio - La cabaña cuenta con baños de tres duchas, y son dos baños en total, arriba de cada cama hay uniformes limpios, tienen diez minutos para arreglarse y acomodarse para después ir al campo, diez minutos soldados- nos mira por última vez antes de desaparecer.

Leila suelta una risa divertida y me mira.

-¡Qué guapo!- chilla y río. Totalmente de acuerdo con mi amiga. -Elijo la de arriba- grita y niego antes de salir corriendo y subirme rápidamente.

- Te jodes Soldado- me burlo y rueda los ojos. Nuestras maletas y nuestras cosas ya están aquí así que sólo trato de sacar mi ropa y acomodarla lo mejor que puedo en el armario. Apago mi celular y lo guardo en el armario. Lo bueno de esto es que se cierran con llave.

Guardo la llave en la esquina de la cama, nadie se dará cuenta que la escondo ahí así que me parece perfecto.

Recojo el uniforme camuflado y me pongo los pantalones que son tres tallas más grandes que la mía, por suerte traigo un cinturón negro y me lo colocó, me pongo la chaqueta arriba de mi blusa blanca sencillona y esta me queda sumamente suelta.

-Oh vamos- me quejo.

Trato de arreglarlo y me colocó las botas, Leila ya se encuentra lista y ambas salimos rápidamente de la cabaña.

Creo que nos hemos pasado de los diez minutos.

Leila va haciéndose una trenza en el camino y cuando llegamos nos ponemos en fila rápidamente.

-Soldado Miller y Franco, llegan tarde- habla el oficial Garret, entonces Leila se apresura a hablar.

- Lo siento Oficial, tuvimo...

No termina la frase por que el oficial se para frente a ella callándola.

-¿Acaso le pregunté? ¿Acaso le di el permiso para hablar?- Leila niega -Nadie habla sin que yo lo permita, nadie hace o deja de hacer sin que yo lo diga, nadie desobedece mis órdenes, nadie me falta el respeto y nadie me desafía, es bueno que vayan sabiendo que yo estoy aquí para entrenarlos y eso voy a hacer, no quiero quejas, ni reproches. Hago mi trabajo con toda la mano dura que se requisite. Quien me desobedezca o haga lo que estoy diciendo se gana castigos y Créanme, los míos son los peores-

Palidezco al imaginar lo que este señor nos hará pasar.

Tampoco decirle señor, es un chico joven, tendrá unos veinticuatro años.

- La hora del desayuno es a las cinco, el entrenamiento comienza a las cinco y media, por lo que a las cinco ya deben estar cambiados, bañados y listos para el día- habla para todos -La hora del almuerzo es de 13:00 hasta las 30, luego tienen treinta minutos más de descanso, lo pueden utilizar para limpiar la ropa, limpiar las habitaciones o dormir un poco, a las dos en punto, comienza nuevamente el entrenamiento, recuerden que puede ser físico o mental, y la hora de la cena es las siete, las luces se apagan a las ocho y nadie debe salir de las cabañas, todos tienen que dormir a esa hora, y quien desobedezca gana castigo. Así son las reglas y es para todos- habla.

-Están divididos por grupos, mujeres y hombres, cada uno de ellos tiene un guía del sexo opuesto- habla - Cadete Masón ven aquí- habla y un chico rubio se posiciona a su lado -Grace- llama y una chica también rubia va hacia el frente.

Caricias Fingidas © [#1]✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora