- ᴄᴀᴘ 2

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Una vez más está en casa.Jamas creyó llegar a ese punto de su vida,su madre incluso al enterarse de la noticia sintió mal pues ahí fue cuando supo que jamás la hija de su sangre necesitaba de ella ni lo hará pues la niña en la que la veía sin futuro ahora estaba creciendo.

Hoy es día de compras con Amy,ni más ni menos saldría a la tienda.Se puso un abrigo y salió,abordó el ascensor.Presiono el último botón y comenzó a bajar.Salió y busco el mercado más cercano.Una vez que lo encontró entro,agarro una canastita,su lista y a buscar.

— Aver,veamos....leche,huevo,caja de galletas....— se repetia a si misma mientras agarraba las cosas y poniéndolas en esa canastita,pasó al siguiente pasillo de cosas higiénicas.

— Jabón,shampoo,crema corp- fue interrumpida por un golpe en su espalda,alguien la empujó,al voltearse y ver a ese erizo de espaldas se quedó sorprendida."¿Que hace aquí?" ¿No es obvio? Comparando.El erizo se dio vuelta y se topó con unos ojos que lo veían,sonrió y luego habló.

— Vaya,quién diría que te encontraría aquí.Hasta pareces que me estás siguiendo...— le dijo con una sonrisa algo picara.

— ¿Qué? ¿¡Yo!?.— le exclamó indignada.

— Si,vivimos uno enfrente del otro,vamos al mismo trabajo y comparamos en el mismo lugar...¿Qué falta?,¿Dormir en la misma cama?,¡Jaja!.— rio hasta el final.

— Cada quién puede estar en donde se le antoje.—

— Pero ya es mucha coincidencia que solo tú te cruces por donde vaya.—

— Pues no es el único lugar donde comprar ¿Sabes?,ahora sí me disculpas iré a seguir mi camino sin estar contigo.— pasó a un lado de el sin verlo ni dirigirle la palabra,el la miraba confundido;ella seguía con sus compras.

— Arroz,frijol....— se repetía de nuevo retomando su lista de compras.

Pan.— dijeron al unísono y agarrando al mismo tiempo ella y otra vez ese erizo,ambos se miraron para luego soltar el pan.

— ¿No te cansas de seguirme?.— le dijo aburrida y algo cansada.

— Oye...solo hago lo que dice la lista.— le mostró la larga lista.

— Eres molesto.— le dijo suspirando.

— Mio.— agarro la bolsa y sonrió victorioso,aquella chica rosada lo miro con fastidio.

— Bien,todo tuyo.— mejor se fue para evitar discutir otra vez.

Se fue dejandolo ahí,fue a la caja,pago y directo a casa.Pero antes de entrar pensó,que mejor si no quería toparselo otra vez subiría mejor las escaleras,y eso hizo.Comenzó a subir escaleras y más escaleras;al tercer piso escucho unos pasos atrás de ella,volteó y otra vez era el.

— ¿¡QUÉ!?.— grito el con boca abierta.

— Y dices que soy yo la que te sigue.—

— Pues...yo creí que estabas en el ascensor,por eso tome las escaleras.— apenas podía hablar,pues las pesadas bolsas lo agotaban.

𝗘𝗺𝗯𝗮𝗿𝗮𝘇𝗮𝗱𝗼𝘀 𝗽𝗼𝗿 𝗮𝗰𝗰𝗶𝗱𝗲𝗻𝘁𝗲.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora