Al día siguiente me vestí con unos pantalones blancos, una camiseta negra y un buzo bordo con unas botas negras.
Baje de la mansión la cual estaba con pocos habitantes y fui a la cocina a hacerme algo de desayunar.
—Buen día princesita. —dijo la chica con la que choqué ayer.
—No molestes por favor. —dije abriendo la nevera.
—No quiero molestarte, quiero presentarme.
Ella pareció algo sincera.
—Soy Amelie Granford. —dijo ella haciendo una reverencia lo cual me precio algo sarcástico.
—Mira no se si me odias o si te caigo mal pero no me agradan las bravuconas, así que deja la falsedad que conmigo no va. —dije y ella rodó sus ojos.
—Se nota que eres una Capricornio y me agrada tu actitud, sabes que no soy falsa, ni que fuera cancer o libra. —dijo y reí.
—Bien, soy... bueno ya lo sabes.
—Florence Venticcius.
—Si. —me hice un café con unas tostadas mientras ella se cocinaba pancakes.
Cuando termine me fui de ahí.
Al salir encontré a Pierce. Le hable anoche a su numero quedando en esta hora en vernos.
—Buen día tonta. —dijo el, llevaba un pantalón negro liso, con una camiseta pegada a su torso blanca, podían notarse sus abdominales y buen físico, su cabello estaba algo desordenado, se notaba más claro en el sol.
—Todos me respetan menos tu, si llego a ser Reina como dices tu, mandaré a que te corten la cabeza. —dije riendo.
Comenzamos a caminar.
—Espero por mi bien que no, su majestad. —bromeó.
—Por cierto... me gustaría saber sobre...
—¿Algo de este mundo te interesa? Que milagro...
—Sobre Pierre. —me apresuré en decir. Pareció no esperar ni respuesta.
—¿Que quieres saber de él? —pregunto ahora.
Caminamos saliendo de la academia. Un auto volador estacionó y me abrió la puerta para subir.
—¿El es de Aries cierto? ¿Tu cuantos años tienes?
—Si, el es de Aries. Yo tengo diecisiete, y el dieciocho. —dijo sentado al otro lado del auto.
—Oh, bueno cambiando de tema... ¿porque todos quieren citas conmigo? ¿Acaso pretenden casarse y ofrecerme cosas?
El me miro.
—Si, así es.
—¿Hablas en serio? ¿A que edad se supone que debo Reinar?
—En cuanto cumplas dieciocho.
—¿Hay alguna forma de contactar con mi mundo mediante un celular o algo que se le acerque?
—Claro que si mundana, hay conexiones especiales y celulares de ultima gama que tiene esa conexión.
—¿Y cuánto crees que cuesten? Deberé negociar con mi madre.
—Por dios, eres millonaria aquí, puedes obtener lo que sea.
—¿Millonaria?
El asintió.
Conversamos un poco más y estacionamos en frente de una enorme torre de ladrillos blancos viejos.
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PRINCESA POR SORPRESA.
AdventureHistoria de Florence Venticcius. TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS AL AUTOR. PROHIBIDA LA VENTA, COPIA, Y/O DISTRIBUCIÓN DE LA NOVELA.