Capítulo Doce.

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Luego del día en el que Pierre me abandonó Nix entro a mi habitación con un pote de helado y varias películas en dvd.

—El idiota me dijo que pelearon. No soy Brie pero puedo escucharte cuánto quieras. —dijo y tome el pote de helado.

—¡Es un idiota! Me dejo porque bese a su yo de veintiséis y todo porque estaba ebria y el...

—Wow, wow espera un segundo. ¿Besaste al tipo que te obligo a ir con el?

—El no me obligó era el trato por dejar a mamá libre.

—Si pero un trato no es trato si secuestran a un ser querido para cumplir por las buenas lo que piden. No lo defiendas Florence.

El tenía razón.

—Nix, me he visto a mi misma allá. Y mi destino era horrible. Logró perturbarme, me dijo que ser buena y bondadosa no era una virtud y que ser así me llevaría a terminar como ella.

—No lo harás, era otra realidad.

Hablamos de todo lo que pase allí, el parecía escucharme pero por más que intentaba concentrarme en mi relato no podía dejar de sentirme angustiada por Pierre.

—El en serio me dejo, ¿no es cierto? —hable mientras Nix estaba sentado al lado mío.

—No te merece, y tu no debes estar triste por él, aquí tu no perdiste nada, el se perdió a una gran y hermosa...

—¿Princesa? —pregunte y tome un poco de helado.

—Persona. —corrigió. Sonreí.

—Gracias Nix, eres un gran amigo. —le dije y el sonrió.

—Lo se, pero no le digas a las chicas que estoy aquí viendo películas románticas y tristes comiendo helado o pensarán que soy gay, y yo tengo una reputación que cuidar. —dijo el y me reí.

—Será un secreto. —dije riendo— Se que quieren cuidarme pero nadie vendrá a secuestrarme, haz algún hechizo en toda la mansión por favor o que alguien lo haga así estamos todos a salvo. Y también que todos este. Alerta a todos por favor no quiero que a nadie le suceda nada.

Nix se fue y camine hasta la ventana. Abrí la cortina y mire a su ventana. Había una luz tenue en su habitación. Estaba sin camiseta y pintando o eso es lo que logré ver. Note como miró hacia aquí y me agache evitando que me mirara. Luego de unos minutos volví a subir la cabeza y el había puesto una cortina azul tapando su ventana.

Si me vio.

Pasas ron dos días y no bajaba ni para comer, había perdido el apetito y probablemente unos kilos más, a pesar de que me veía más en forma debido al entrenamiento, mi abdomen estaba plano antes lo tenía con unos rollitos. Y mi trasero estaba más ¿firme? No se, también mis piernas.

La puerta sonó y fui a abrir.

—Vine con Beth porque Nix nos contó que necesitabas amigas con quien desahogarte. —dijo entrando con un pequeño carrito. Beth entro y sonreí algo avergonzada.

—Ya estoy bien... —dije pero la voz se me corto.

—Tu no estás bien. —dijo Beth.

—Han pasado dos días, no te vi bajar a almorzar y no aceptaste comida cuando te traíamos se termino. Es hora de que te duches y cambies de actitud. Vamos dale a la ducha que apestas. —dijo Brie llevándome al baño.

—¡No quiero ducharme! Quiero llorar y estar en mi burbuja. —dije y ella me encerró en el baño.

—¡No saldrás hasta que estés limpia, nosotras arreglaremos tu cuarto! —gritó al otro lado Brie.

PRINCESA POR SORPRESA.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora