Capitulo Diecinueve.

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Florence pov.

—¿Y como haz estado? —pregunte entusiasmada a Alya.

—Mejor ahora que tú estás aquí. ¿Cuánto te quedarás?

—Hasta el domingo. —dije y ella sonrió.

—Podemos vernos mañana. No. Debemos vernos mañana. —dijo ella pero mañana deberíamos abrir la caja.

—Pasado mañana. Tengo que hacer algunos trámites con Pierre. —dije y ella sonrió mirándolo. Yo estaba sentada con ella y el estaba en frente con su celular algo serio.

—¿Trámites? Dímelo dime que ya no te llamaré Maria. —habló en código y reí.

—Ya no me llamo María. —dije y ella pegó un grito ahogado y reí, Pierre nos miró confundido.

—Bueno pues yo tampoco. —dijo ella.

Grite emocionada. —¿Bruce?

—Así es. —ambas gritamos riendo y ahora Pierre nos miró dejando el celular.

—¿Que me estoy perdiendo? Cuéntenmelo así gritó también.

Alya y yo reímos.

—Tranquilo galán yo puedo hacer gritar a tu novia también. —dijo Alya y la empuje tapando su boca ruborizada riendo.

—Que amiga tan atrevida tienes, amor. —dijo y me ruborice aún más.

Conversamos y cenamos allí. Era la chica más feliz en este instante, Alya y Pierre se llevaron bien y ambos bromeaban.

No necesitaba nada mas.

Luego de esa situación incómoda con Chad todo se aliviano, la cena fue tranquila, volvimos a casa y le dije que mañana haría o posible por ir a verla a su casa.

Decidí que dormiríamos en la habitación de mis padres ya que la cama era más grande.

—¿No será raro dormir en la habitación de tus padres? —preguntó Pierre.

Cierto.

—Bien lleva el colchón a mi habitación, debemos arreglárnosla en el piso.

—Mejor. —dijo el y acomodo todo.

Luego de un rato me tire a dormir con el. Al día siguiente me desperté pero el no estaba durmiendo y roncando como usualmente está cuando me despierto.

Eso me asusto. Me levante y baje rápido a buscarlo. Estaba cocinando. Habían bolsas del súper.

—Es mi oportunidad de hacerte un desayuno como lo suelen hacer aquí los novios, ¿no? —murmuró el a espaldas mientras cocinaba unos hotcakes.

—Luces de este mundo, de verdad.

—Las misiones aquí de más joven me hicieron conocer este mundo.

Espere que termine el desayuno. Busque en el armario una pala y salí ansiosa al jardín.

—Nos es necesario la pala. —dijo el haciendo un hechizo de viento y huevo en la tierra. Llegue a ver una caja metálica y la saqué. La abrí desesperadamente.

Habían cuatro cartas dos decían que eran para mi y las otras para mamá. Las deje en la caja y nos sentamos en el banco del jardín.

—¿Estás preparada? —preguntó Pierre mirándome. Asentí y abrí la que numeraba como Uno.

Querida Florence, o debería decir Reina. Lamento no haberte contado nada como primer punto. Si estás leyendo esto probablemente he muerto antes de que te contase yo mismo la verdad. Yo quiero que sepas que se cuanto odiaras irte de tu fiel y hermoso mundo al mío que está lleno de cosas que te atormentarán, pesarán, dolerán, y todo lo que termine en "ran".

PRINCESA POR SORPRESA.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora