Cansado de que Malia se meta a su habitación todas las noches y haga lo que ella quiera con él, a Stiles se le ocurre ausentarse de su cuarto un par de noches, para ello debe encontrar un lugar donde poder quedarse a dormir barajando las opciones qu...
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Stiles despertó, estaba oscuro y hacia frío, se sentó desorientado buscando indicios del lugar en el que se encontraba, sus manos tocaron el suelo al enderezarse, algo se pegó a ellas, las observo en la escasa luz, era tierra. Miro hacia arriba, el cielo abrazándolo todo con una hermosa luna resplandeciendo que brindaba la poca iluminación al lugar, estaba en la intemperie. Observó a su alrededor entonces, su vista ajustándose mejor, frondosos troncos y arboles lo rodeaban generando sombra acompañando al color negro de la noche, por lo que no podía ver demasiado, apenas y podía distinguir lo que tenía en frente.
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Se levantó del suelo, se miró así mismo notando que llevaba la misma ropa con la que se había ido a dormir, estaba sucio y desarreglado, había perdido una de sus zapatillas mientras que la otra estaba llena de lodo ¿Había comenzado a caminar sonámbulo de nuevo? Si era así era una muy mala señal, ya que eran los primeros indicios de la posesión que había tenido en el pasado, significaba que estaba un paso mas cerca de ser controlado por el Nogitsune.
No dejaría que eso volviera a pasar, lucharía con todas sus fuerzas, pero por el momento debía volver a casa con Derek, al loft con Derek, se corrigió internamente. Esperaba que el mayor no notará su sonambulismo o comenzaría a hacer preguntas.
Miró a los lados buscando ubicarse, pero no parecía reconocer el lugar, a lo lejos una linea de luces se veía a gran distancia, debían de ser las luces del pueblo. Sacudió el pie descalzo intentando quitar un poco de lodo y emprendió camino hacia aquel destino.
La brisa helada se paseaba poniéndole la piel de gallina, se abrazó a si mismo frotándose intentando crear un poco de calor, búhos y algunos que otros insectos cantaban en la oscuridad, algunos brillos que esperaba fueran luciérnagas, las hojas meciéndose, todo le daba muy mala espina, el ambiente era digno de una película de terror, estaba preocupado de pisar alguna planta con espinas o ser atacado por algún animal salvaje. Unos metros adelante entre las raíces robustas de un árbol un brillo llamó su atención, se acerco hasta el mismo, una botella de alguna cerveza de mala calidad estaba olvidada y vacía, la levantó golpeándola con fuerza contra el tronco rompiéndolo, el pico intacto en su mano generaba un buen agarre mientras que los bordes alargados del cristal roto lucían filosos, esto sería suficiente como arma por el momento como precaución.
