🌑capitulo 1🌑

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Observar y observar a aquellos seres, era lo unico que hacía, y aveces le encontraba divertido, ver como discutían y arreglaban sus problemas con tontas disculpas y volviendo a reir, el en algún momento fue así tal vez, o capaz tuvo una vida de mierda, quien lo sabría, todos sus recuerdos fueron borrados hace aproximadamente cuarenta años.

El no creía que sus flechas pudiesen dar amor verdadero del todo, despues de ver enamorarse naturalmente por arte de magia a personas sin ser flechadas, vivían juntas, sonreían juntas, y morían juntas. Ojala hubiera tenido alguien así.

Y ahora solamente jugaba en una nube mientras esperaba a su dios, el cual se hacía llamar Sugawara, no tenia idea de como lo llamaban los mortales pero ese era el nombre por el cual se hacía llamar en aquel lugar.

—¿Estan en una reunión?—Le preguntó Nishinoya un angel el cual debería servir a su dios, pero su dios era demasiado bueno que lo trataba con demasiada consideración.

Sip, no creó que tardeen mucho, o tal vez tardeen una hora más quien sabe, ya sabes quien esta.—Visualizó el templo completamente vacio y algo sombrió, se notaba demasiado que estaba aquel hombre aquí. Casi nunca se presentaba por el lado soleado.—He escuchado que lo seres de la oscuridad dan mucho mejor sexo que los de aquí, imaginate el mismisimo diablo.—Bromeó divertido haciendo sonrojar al contrario.

Hey respeta, es nuestro mayor. Y ademas callate tu no me vengas con que Un DIOS no te ha tocado ni un pelo.—A pesar de ser seres con un unico proposito solían liberar energías, y pasarla algo bien, pero principalmente para desacumular toda aquella energía que dolía, o simplemente hacerlo solo, tal cual lo hacía Shoyo.

No lo digo por mi, yo estoy perfecto, lo digo por ti. Desde que entraste aquí nisiquiera haz liberado energía bien, no me vengas que estas bien, lloriqueas todas las noches de dolor.—Hinata desvió su mirada comenzando a volar levemente hacía otro sitio por los pasillos.

Metete en tus asuntos, Yuu.—Le sacó la lengua desapareciendo por fin de la vista de aquel otro angel molestó. Le gustaba pasearse por el templo en tales condiciones, tan tranquilo y melancolico sin que alguien pudiera juzgarle lo que hacía. Abrió sus ojos de golpee al sentir como chocaba con algo, al principio pensó que era una pared o algo por el estilo. Pero al ver que sus manos no tocaban más que unas abdominales morenas se heló por completo.

Se apartó rapidamente de un aleteo y volvió a congelarse al ver de quien se trataba, un pelinegro de piel semi morena, unos cuernos negros al igual que su cola y alas, todo digno de un diablo, que solo traía una prenda misteriosa que era una especie de calsa en su piel y sin nada de su torso para arriba.

Era la primera vez que veía al diablo.

¡Lo siento Señor!—Se sonrojo al instante al verle, era completamente guapo, ademas de grande, le doblaba y casi triplicaba su tamaño, a su igual se sintió completamenta asustado, era la primera vez que veía a alguien con semejante poder, si quisiera lo podía evaporizar en dos segundos.

¿Me tienen miedo aquí tambien?—Dijo casi en voz baja con molestía chasqueando la lengua y Hinata cambió su mirada y actitud confundido. Pero la interrupción de otro ser le salvo de aquella situación.

Hey hey satanas, ¿Ya te marcharas? No me agrada tu presencia aquí.—Bromeó el dios más importante de la Luz, Oikawa.—¿Acaso quieres llevarte a uno de mis angelitos? Si es lo que desea projimo podría llevarselo.—El cupido pegó un pequeño saltito del susto y se tensó ante aquellas palabras y ante la repentina mirada del diablo posada en el.

Solo arreglen los inconvenientes y no sean un dolor de culo.Dijo friamente abriendo sus alas y yendose por su camino, el angel respiró un poco sin bajar la guardía sabiendo que aún se encontraba un dios con el. El cual se retiró sin decirle nada, para esos dioses solo era una cucaracha facil de pisar.

Se dio cuenta en un instante de que su dios ya debería estar disponible y aleteó rapidamente sus alas en busca de este, el cual por suerte estaba en lo que se decía ser su palacio propio.—Oh Hinata que suerte que llegaste.—El peligris sonrió batiendo una gran olla.

¿Que prepara Señor Suga?—Hinata se acercó como un niño pequeño teniendo cuidado de no cometer algún error y ser una complicación o molestía para este.

El mayor no era más que el dios del amor y la salud, preparaba posiciones, medicinas, toda magia que podía ser fundamental en el mundo humano y podía ser llamada un repentino milagro en la curación, pero principalmente hacía tambien posiciones para los seres de este mundo, como para tener relaciones sexuales o sentir más amor hacía tan persona. De todo tipo.

El contenido de esta formula y para que es es totalmente secreta.—Hizo una sonrisita traviesa sin dejar de agregar cosas a aquel liquido.—Tambien para quien es, pero podría decirte para quien es solo si me ayudas.—Hinata retitivas veces asintió emocionado.—Dime, ¿Estas disponible esta noche? A noser que tengas que salir con alguien.—Shoyo dudó un momento, normalmente por la noche su energía se desalborotaba creando una erección y haciendo doler todo su cuerpo, teniendo dificultases para atenderse.

Pero si lo hacía rapidamente no le veía el inconveniente, lograría llevarse mejor con su dios y obtendría su confianza.

Asintió decido y el peligris festejó contento, quitandose un gran peso de ensima.—Gracias me quitas una gran preocupasión, esto es para Satan.—Se heló al escucharle, no hubiera creído que lo veria dos veces en menos de veinticuatro horas, aunque ver su rostro y su cuerpo era como una obra maestra.—No te es un inconveniente ¿Cierto?—Preguntó mientras servía aquello en una botella bastante bonita con detalles.

Para nada. Me hes un honor ayudarle.—Asintió envolviendo el pedido.—Asegurate de salir de noche sin que nadie te vea, no quiero generarle inconvenientes al supremo.—Hinata asintió nervioso, ojala las cosas salieran bien, y saldrían bien, o eso es lo que el esperaba.



Cupido y Satan [kagehina]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora