🌑capitulo 2🌑

9.4K 934 701
                                    

Vio la luz de la luna reflejar todas las nubes, tambien el cielo allí se oscurecía debes en cuando, Hinata se puso su caracteriztica capa para cubrir su rostro y voló sigilosamente hacía la puerta que conectaba ambos mundos. Nunca en todos sus años cruzó aquella puerta y se sentía realmente asustado.

Pero se armó de total valor y cruzó sin que nadie le viese, debía hacerlo para ganarse un mejor lugar en aquel cielo. Y juraría que se imaginaba el infierno como describían en el mundo de los mortales, todo lleno de llamas, rojo y como cuevas tenebrosas.

Pero sus ojos brillaron encantado allí, todo estaba llenó de arboles los cuales contenían velas rojas, blanca y amarillas debido a la oscuridad del infierno, era demasiado bonito para sus ojos y le gustaba mucho más que aquel colorido cielo en el que vivía.

La gente comenzaba a mirarle, debido a que allí no podía pasar desapercibido ni de broma, alli el, su alma, brillaba, como si fuera una lampara masomenos. Se apresuró para entregar lo pedido, y se adentró en aquel templo negro con diferentes estructuras a las de los dioses.

Disculpa, ¿Por donde se encuentra el Diablo?—Un semi rubio le miró con una ceja alzada y molestía, tenía unas pequeñas alas dignas de un demonio. Se limitó a señalarle con un dedo por donde ir, sin ganas de guiar al intrusó del angel.—¡Gracias, te lo agradezco mucho!—

Y si, esa gran puerta demandaba claramente que al cruzarla estaba el ser más poderoso de todo el inframundo, quizó tocar la puerta pero se abrió sola dejandole pasar. A paso tensó sin saber si debía volar o no, caminó adentrandose en la gran habitación, y allí estaba aquel hombre, viendole fijamente sentado en una silla tallada en piedra. Se sonrojó al instante por lo guapo que era el contrario y se detuvó unos metros de distancia de el.

Buenas noches Señor, le traigo el pedido del Dios Sugawara.—Extendió aquella botella y al instante el mayor chasqueo los dedos indicandole a sus demonios que agarrasen el frasco.—Si me di-

¿Porque eres naranja?—Le interrumpió de la nada sin dejar de mirarle, casi ofendiendole.

E-este... Así me hicieron Señor.—Frunció el ceño y pensó que hizo algo mal, temiendo por su vida, tal vez no volvería a casa hoy. Aunque al instante ignoró aquel hecho esperando a que dijera algo y le permitiera irse, ya que comenzaba a sentir un poco de dolor en su cuerpo, pero nada que preocuparse.

Deja la formalidad, ¿Porque todos los angeles incopetentes me hablaban de esa forma?—Se quejó pero por alguna razón relajo al cupido el cual lo tomó como que actuase con naturalidad y eso era lo que quería el pelinegro.—Todos tienen colores blancos, celestes o azul y rosa. Pero tu eres naranja, ¿acaso eres algo especial o que?—Se notaba que este hablaba como se le placía con total arrogancía pero era claro de ver que era su forma natural de hablar.

Soy un simple cupido, aunque no muy bueno para ser sinceros. Nunca note ser naranja pensé que era mi cabello pero mi alma tambien... ¿es raro?—Tal vez había hablado demas pero se quedó algo en silencio poniendole nervioso.

Es... Destacable.—Se quedó confundido ante aquellas palabras pero por alguna razón lo sintió como un cumplido extraño. Siguió esperando en su lugar si decía algo más totalmente tranquilo.—Puedes marcharte.—Porfin despegó la mirada del individuo pero volvió a dirigirla hacía el confundido de que luego de unos segundos no se movía.

Este mordía su labio mirando al suelo tratando de controlarse, pero una especie de lubricante desde su entrada comenzó a escurrirse levemenre entre sus piernas. El diablo se paró de golpe acercandose hacía el, y Hinata se tensó al verle caminar hacía el.

Y-yo l-losiento, me retirare, e-e-es solo un incoveniente mio, disculpeme.—Pudo controlarse un poquito para poder decir ello mientras levantaba la mirada y miraba aquel cuerpo acercarse completamente hacía el. Intentó volar para poder marcharse pero cayó inutilmente sintiendose completamente debil. El gran brazo del pelinegro evitó que cayera al suelo.

¿Cuanta energía haz acumulado para terminar así?—Trataba de despegarse de aquel gran cuerpo pero sus manos en aquellos pectorales no ayudaban para nada, su respiración comenzaba a fallar mientras jadeaba del dolor.

Desde que... Renací... Porfavor señor... Dejeme atenderme y no complicar más las cosas.—Apenas pudo formular aquellas palabras y el contrario chasqueó la lengua molesto por lo que dijo.

¿Que te vas a atender tu? Si por lo que se ve no supiste atenderte nisiquiera una vez bien como se debe, angel inutil.—Le cargó como si nada hacía aquella piedra donde se sentó anteriormente y se sentó el primero y lo sentó ensima suyo, apoyando su espalda en su pecho donde era muy facil tocar todo el cuerpo vulnerable de aquella criatura.

Comenzó a quitar aquel pequeño short sacando aquel pequeño miembro que palpitaba de dolor, y lo emvolvió completamente con su mano debido al tamaño de esta y de aquel pequeño miembro.

Nunca había tocado siquiera a un angel, ni visto como se descontrolaban debido a la acumulación de energía, pero si sabía que eso no era normal la manera en la que se había puesto este, estaba demasiado pasado de tanto acumular, y claro, que todas las noches se ponga del mismo estado no era normal.

Hinata agarraba firmemente de los antebrazos del de piel semi morena, temblando por el tacto en su parte intima, una unica mano subía y bajaba con un ritmo constante sin pausa alguna.—Ah... Señor S-satan, Por favor... Dejeme termina-ar ahmi.—Trataba de hablar pero el contrario simplemente ignoraba lo que decía y se ocupaba de ayudar a terminar aquel asunto, despues de todo todos los seres tenían que liberarse, si este angel luego por tener mal estado por ello terminaría siendo problema de el. Pensó en que sería igual que atender a un demonio, y recordó anteriormente que un liquido se escurría por la pequeña entrada de este.

Era igual que hacerlo con un demonio ¿No?

Introdució un dedo derrepente sacandole un gran gemido de dolor y placer, a la vez sintiendo algo de calma dentro de todo el dolor, tal vez su cuerpo anteriormente le había pedido atención ahí.—¡Ah, n-no saquel-!—No le dejo continuar hablando y comenzó a introducirlo y sacarlo repetitivas veces.

Le divertía ver y escuchar a aquel angel derretirse de placer en su regazo, tal vez aquel problema no había sido tan malo despues de todo. Intentó introducir otro dedo más, sin exitó, era demasiado estrecho aquel pelinaranja, y continuó solamente con uno de sus dedos, los cuales eran largos y grandes para la vista de Hinata, algo que no creía que cabiera dentro de si.

Tocó el pequeño punto G del angel y este nisiquiera tuvo momento de reaccionar cuando pegó un gran gemido soltando mucho esperma. El diablo miro aquel liquido en el suelo, quien lo diría, hasta su semen brillaba.

Observó al cuerpo ensima suyo el cual había caido desmayado luego de ello, tal vez se había excedido para alguien con tan poca experiencia. Pero ahora lo que le preocupaba y parecía demasiado raro era que tenía una erección el mismo, cosa que hace bastantes años no había podido levantarlo ni en chiste y ahora llegaba el momento donde debía de liberar aquella energía. Aunque no tuviese problema en acumularla.

¿Como era que se le habia parado por un ser tan insignificante del paraiso? Hasta se había comprado esa inutil posición que no llegó ni a probarla por aquel tonto engendro.

Cupido y Satan [kagehina]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora