🌒Capítulo 12🌒

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Sugawara puso aquel cupido ensima de una mesa, la cual estaba hecha de un frío mármol blanco, le quitó aquel pedazo de tela con el que había sido cubierto anteriormente y comenzó a inspeccionarle,en si uno de sus poderes era rastrear los males/ malestares y solucionarlos en el cuerpo de cualquier ser vivo.

Comenzó pasando sus manos por la cabeza, frunciendo un poco el ceño, bajando un poco hacia su barriga deteniéndose allí y poniendo una expresión que asustó al más poderoso. Le miro de una forma indescriptible y simplemente se relajó y siguió bajando buscando algún que otro problema.

Suspiro tomando un pequeño frasco y haciendo que el dormido lo ingiriera, para luego dirigirle la palabra a Kageyama.

Que raro tu trayendo a alguien, normalmente con tus anteriores aventuras hacias que los trajeran tus súbditos cuando sucedía algo hace siglos, ¿Algo en especial con este Ángel?—Trataba de molestarle un poco más bien, no le interesaba en absoluto, o tal vez si un poco, la curiosidad siempre le mataba.

No, ve al punto.—El peligris sonrio acariciando los cabellos de aquel cupido que aún dormitaba ahora un poco mejor y con la respiración normal, mientras a su vez pasaba la llema de sus dedos por todo su vientre.

Nada de que preocuparse... Solo eliminó demasiada energía que sus defensas bajaron demasiado. Nada que vuelva a ocurrir, es obviamente frágil para su primera vez, me sorprende que haya aguantado contigo. Pero ten asegurado que para la próxima vez estará mucho mejor, ya no creo vuelva a ocurrir.—Suspiro tranquilo, no quería saber que consecuencias podría traerle si dañaba a alguien del otro lado de su mundo.—Pero solamente un consejo, mantenlo alejado de cualquier dios por un tiempo. Podría traerte problemas.—No comprendió muy bien del todo,pero era totalmente obvio que no iba a decirle nada más.—Bien, llegó mi hora, cuídalo bien, y... Si puedes termina todo lo que hay del lado de la luz.—El contrario se marchó.

Y kageyama entendió muy bien lo dicho, o algo así, siempre que solía haber corrupciones o cosas indebidas que no debían ocurrir en aquel lugar, y entendía que lo dijo lo más indirectamente para no caer en problemas, y no ser lo que denominan traidor.

Con total cuidado dejó al Ángel allí y se marchó tratando de no cruzarse aquel ser miserable que odiaba, pero para su suerte, allí estaba con una sonrisa ,obviamente falsa, esperándole casi cerca de aquella entrada que dividía sus dimensiones.

¿A que se debe tanto alboroto tan temprano? Por el bien de todos los seres aquí... Ya sabes, no presentarte aunque sea necesario.—Kageyama chasqueó la lengua quedando a pocos centímetros de aquel dios.

Metete en tus asuntos, y cuídate, recuerda que yo soy el único que puede desterrarte si cometes un minimo error.—Amenazó pero el contrario solo carcajeó palmeando su hombro.

Ninguno de los dos somos inocentes Tobio, ninguno de los dos.—Se marchó por fin dejándole completamente solo. No le iba a meter miedo a él para nada, pero después de todo el era el ser más poderoso de todo el universo.

[...]

Mmm... ¿K-kageyama?—Despertaba con dolor de su cabeza, parecía estar en su "hogar" y su mejor amigo le miraba con una cara pícara.

¿Quien es Kageyama?¿Tu demonio seductor? ¿El que te dejó así?—Hinata se sonrojo y le golpeó.—Por alguna razón tienes permiso de trabajar cuando a ti te plazca, eso me dijeron. ¿Con quién firmaste un pacto? ¿Con el diablo o que?—

—ay cállate.—Sus caderas aún dolían ligeramente pero su energía parecía estar completamente al máximo, ¿el diablo le había traído hasta su hogar? Recordaba estar muy mal y solamente verle un momento cuando le despertó en los apocentos de el.—Saldré.—

¿de nuevooo? Ya casi nunca pasas tiempo aquí, parece que ya formas parte del inframundo o algo así, ¿tan bueno es el sexo?—

Demasiado bueno.—Le guiño el ojo y le escucho gritar mientras se iba de allí. Era la primera vez que le aceptaba algún hecho de todas las preguntas pervertidas que le hacía. Respiro hondo y agradeció que fuera de noche para volver a ver a su compañero sexual. Recordó como se preocupó ligeramente cuando no se encontraba bien, lo único que recordaba almenos, o como había tratado de no dañarle anoche, su corazón se sentía cálido.

Ahora solo no quería verlo solo por sexo o satisfacción, solo quería verle y escucharlo. Apreto su mano en su pecho, ¿Desde cuándo su corazón palpitaba de aquella forma solo por pensarle?

¿Tal vez eso era lo que se sentía estar enamorado?¿eso era amor de su parte?

Carcajeó, tal vez, pero si así lo era, estaba realmente jodido, era algo casi completamente imposible, un cupido, con el diablo ¿qué clase de tonto cuento era ese? Uno verdaderamente ridículo.

Cupido y Satan [kagehina]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora