Era de extrañarse que alguien no terminase llorando al verle, o tiemble de punta a punta, pero por alguna razón aquel demasiado brillante angel le dirigió la palabra siquiera, la primera vez que se lo encontró se le notaba el miedo, pero era obvio ello, pero le sorprendió el hecho de que se disculpara con tanta facilidad. En todos sus viajes por cientos de años hacía el paraíso casi nunca se cruzó con un ser de aquel mundo que no fueran los dioses, todos al ver su entrada corrían por temor a su poder. Ya era demasiado que los mortales les trataran como un malo y que los de su propio mundo le tuvieran miedo ya era algo que le irritaba.
Pero que podía decir, le irritaba todo en si.
Y el sexo por mucho tiempo fue complicado, con demonias que ni lo querían, y que lloraban del miedo o decían que no podían soportar tal cosa, y un día no se levantó más cansado de todo lo que le rodeaba.
Pero ese mismo día se volvio a encontrar con aquel destacado pelinaranja, el cual se relajo ante el, y fue el unico hecho que le dio tanta intriga a aquel ser tan poderoso.
Ahora el que quería matarse era Shoyo, el cual había despertado en una cama enorme con aquel pelinegro a su lado, era realmente enorme, y se veía bien durmiendo, hasta los más poderosos dormían de vez en cuando. ¿Como escaparía de ahí? Mejor dicho ¿Como demonios viviría con lo que acababa de pasar? Pero solo fue de una vez, y no volvería a ocurrir, eso lo tenía asegurado el cupido.
A paso sigiloso salió de la cama y de la habitación, se sintió victorioso de poder salir sin que se despertara, pero la realidad era que el contrario ya estaba despierto desde que este abrió los ojos, era idiota como para pensar que alguien como el con tan buen oido no le iba a escuchar marcharse. Pero no le iba a detener, si lo que quería la criatura era irse, se lo permitía sin ninguna queja.
Para ser justos al aletear sus alas se sentía completamente ligero, aún con más energía, ¿Acaso así se sentía liberar todas sus descargas completamente? Con razón lo hacían todos todo el tiempo, ademas de como se sentí- Se golpeó el rostró al instante que pensó aquello completamente rojo. A decir verdad le dolía ligeramente el trasero y eso que solamente había metido un dedo.
Pero que cosas pensaba, no era el idiota degenerado de su amigo Nishinoya.
Recogió su arcos y flechas rapidamente antes de llegar tarde a su tarea laboral, no quería continuar teniendo un mal regimen ademas de tener pocos ingresos en flechas a las personas, aunque tampoco quería flechar a solo una persona, y no llegar a flechar a la otra, era su miedo, aunque algunos cupidos esten acostumbrados a esos comunes errores, se veía doloroso para aquellos mortales en aquel mundo.
Le gustaba el porque los seres humanos practicaban las relaciones sexuales, no tenían necesidad de hacerlo por obligación ni nada de eso, lo hacían por amor, o simplemente porque se sentía bien. Le gustaría a el que fuera simplemente por amor y tener ello... Aunque si tuviera su primera vez por placer no se enojaría, No quería que fuera solo para eliminar la energía en exceso.
—Casi llegas tarde.—Le regañó Akaashi un compañero de el bastante serio, y claramente el mejor ranqueado de todos los cupidos, el flechaba mucho y el 90% de las veces funcionaban perfectamente, quería ser como el, aunque el no estaba a disposición de ningun dios, y simplemente pasaba tiempo con el hijo de uno de los dioses que de vez en cuando se mandaba algún desastre.
—Me quede dormido me disculpo.—Mintió y el pelinegro se limitó a asentir.
—Desde hoy a la mañana el Señor Sugawara te busca. Ve y yo me encargó del poco trabajo que tenías.—Hinata le abrazó agradecidó y salió volando nervioso de lo que su dios podría llegar a decirle, pero se tranquilizo al ver como le sonreía apenas le vió, si hubiera hecho algo mal supondría que le miraría con esa cara de seriedad aue asustaba en ese rostro amable.
—Hey, no apareciste en toda la mañana, supuse que estarías cansado, no es facil ir y volver de allí. Justo acabo de recibir un mensaje del diablo.—Se tensó al escuchar ello, ojala que no haya dicho nada a su mayor, no quería arruinar su confianza y su reputación con este.—Se ve que le caiste muy bien, pidió que te siguiera mandando a ti, normalmente mandaba a volar a todos los angeles y hadas que mandaba hasta allí, pobres los aterrorizaba. Tengo una entrega medicinal para el, ¿Quieres ir? Podría ser tu nuevo trabajo de medio tiempo, no flecheas mucho ultimamente—Fue como un golpe bajo para el contrario, era como decirle que hacía mal su trabajo.
Tenía verguenza y miedo de volver allí, pero no quería decepcionar al peligris.
—Claro no tengo problema.—Si había problema, pero todo por tener una mejor colocasión en este paraiso tan doloroso y aburrido para el. Agradeció por aquella oportunidad y se volvió a retirar. Topandose con el casi unico amigo que tenía, Nishinoya.—¿Y tu que?¿Otra vez te permitieron andar sin hacer nada molestando?—
—Alguien no volvió a nuestra madriguera anoche y con mucha energía, ¿Quien te dio como cajón que no cierra?—El pelinaranja le golpeó molesto ¿No podía tomarse las cosas enserio y meterse en sus asuntos?—¡No me digas! ¡Lo hiciste con alguien del otro mundo!—Se tiño de rojo tapandole la boca para que no gritase nada, aún se encontraban cerca del palacio de su dios.—Ay Shoyo, no creí que llegarías tan lejos, y ensima a la ilegalidad.—
—¿Ilegal?—
—O no, tal vez solo el deseo sexual sea aprobado, pero es pecado sentirse atraido por alguien de un distinto mundo o dimensión, que divertido—Carcajeó mientras Shoyo le miraba asustado.—Son solo mitos, no te asustes, nunca ubo un caso de que un angelito mantenga cierto tipo de relación con alguien del inframundo.—
Hinata suspiro algo tranquilo, despues de todo no volvería a pasar lo de el y Satan, aunque por un momento en su cabeza lo deseo.
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Cupido y Satan [kagehina]
Fanfiction¿Y si juntaban a Satan y Cupido que tan mal podría salir? Contenido Lemon/+18/hard Contenido Kagehina No se permiten adaptaciones sin mi concentimiento.