🌔Capitulo 17🌔

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Los presentes comenzaron a murmurar completamente asustados por lo recién dicho, ambos bandos en si estaban planeando un nuevo mundo. El silencio después de unos segundos se hizo presente y otra vez la voz del más demandante allí volvió a sonar.

Señor Oikawa, representante de los dioses y el paraíso, ¿tiene con qué defenderse?—El recién nombrado se paró con una sonrisa y se tomó un respiro, como si en su rostro tuviera todas las respuestas a todo lo dicho, como si estuviera totalmente despreocupado.

No.—El bullicio comenzó a resonar en un instante, y este aún se mantenía con una sonrisa y totalmente tranquilo. Si admitía su propio crimen que llevaría a su destierro, ¿entonces qué tenía para el?¿que tramaba?—No creo que haya manera de defenderse a todas acusaciones de Satan. Yo, y todo aquel perteneciente a este acto del paraíso, nos declaramos culpables. Y si así lleva a nuestro completo destierro, si el señor Satan, esta dispuesto a recrear todo un mundo nuevo por si solo.—Finalizó.

Se declara culpable a cada dios, para concretar, es decisión totalmente suya Señor Satan. El desterramiento de cada ser provocante de ello o el manejo de ellos mismos. ¿Esta dispuesto a manejar esta situación? Tiene el completo poder para poder crear y sanar un nuevo mundo. Recuerde que si lo lleva a su mismo fin usted tendrá severas consecuencias.—Kageyama asintió aún algo preocupado sabiendo que todavía quedaba algo.

Ordenó el destierro de estos mismo. Me creo completamente capaz de manejar toda situación y llevar el mundo a un bien.—

Entonces así concreta el caso.—Finalizó, ¿así nada más? ¿No quedaba nada?¿ nisiquiera se iba a resistir? ¿No iba a decir nada? ¿No iba a arruinarle de alguna forma? De todas formas respiro totalmente tranquilo, se había preocupado en vano, o al menos así creía.

Señoria, antes de mi completo destierro del paraíso, me gustaría presentar un caso. De un ser completamente peligroso.—El juez sedio su palabra, cualquier caso podía ser evaluado, no importaba que pronto ya no perteneciera a ese mundo. De todas formas el que tomaba una decisión era el Juez y Satan. Mientras no lo acusen a él mismo.

La sirueta de un pequeño ser se hizo presente en la sala, siendo arrojado al medio donde todos pudiesen verle. Y la cara de Kageyama se heló completamente al ver que no era ni más ni menos que Hinata. Dirigió una mala mirada hacia Oikawa el cual sonreía aun cada vez más.

—Todos sabemos que Satan tiene poderes extremadamente grandes, hasta incluso muchos inconocibles para el mismo. Y muy pocos saben que el amor es una fuente de poder peligrosa, tan peligrosa que puede hacer que cosas inexplicables y horribles puedan crearse.—Camino hasta el pequeño cupido tomando su muñeca y alzandola.—Satan estuvo relacionándose con este Cupido.—El pelinegro casi estuvo apunto de levantarse para quitarle al menor de manos pero su súbdito le detuvó.—De una forma o otra, Satan, embarazó a este ser. Pero es una de las muestras de su vomito, no dio ni más ni menos que la maldad en su interior.—

Con sus pequeñas manitos se sostuvo la panza asustado mirando a Tobio que tenía la misma expresión en su rostro que el.

Y Satan maldijo en su interior, al no darse cuenta que alguno de los del inframundo trabajaba para Oikawa. Pero lo hechos ya estaban hechos.

La oscuridad nace en su interior, algo mucho peor que lo que enfrentamos día a día.—Entregó cada análisis hecho.—Doy como idea el desterramiento de este cupido, su alma podrá vivir en calma en la tierra, y no será contaminada por lo que nace en su interior. O podríamos sacarlo de su interior, pero su alma podría ser dañada incorregiblemente, haciendo que deje de existir de cualquier sitio provocándole cualquier tipo de problema a Satan. Se lo dejo a el Señor Kageyama lo que decida, después de todo, solo soy un ex dios, el cual comenzará su vida en la tierra apartir de ahora. Eso es todo señoría.—

Sonrió antes de retirarse, ahora sabiendo que significaba esa sonrisa.

Si yo me voy, me llevaré algo tuyo conmigo.

Lo que lleva en su interior no le veo problema hasta que no nazca. Cualquiera de las dos opciones prefiero que la tome el dueño de su propia alma.—Hinata se quedó helado mirando el suelo, perdido en todo lo dicho, lo habían llevado ahí sin explicación alguna, y luego le tiraban todo ello de la nada.—Pequeño cupido, cualquiera opción que elija debe ser tomada ahora, cada segundo que se reproduce ello en su interior es peligroso.—

Las lágrimas en su rostro comenzaron a caer en silencio tocando su vientre. Una vez había deseado tener un hijo, pero así no, y lo que estaba en su interior no era un hijo.

Si elijo la tierra, ¿Tengo posibilidad de volver aquí?—Se atrevió a preguntar sin dejar de llorar pero con su rostro completamente serio.

Tendrían que pasar cientos de años, y tal vez si pasan no cumplirías con los requisitos, pero hay una probabilidad. O también la otra opción puede ser más resgiosa pero... hay una pequeñísima posibilidad que salga bien.—Hinata apretó los puños y ya estaba completamente decidido en que hacer.

Aunque su corazón doliese y su mente esté algo confusa, tomaría la decisión más clara en la que le guiaba su corazón y mente.

Cupido y Satan [kagehina]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora