🌑capitulo 8🌑

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Ya entendía porque los humanos se preocupaban, o se alteraban al despertar solos en la cama luego de tener aquella noche "apasionada" se sentía como un ligero vacio en el pecho, como eso que hacían y haciamos llamar soledad. Y si, esa palabra le quedaba perfecto al sentir esa gran cama vacia, pero eran cosas de humanos y el no debía sentirse como un humano. Levantó la mirada sentandose y observó al ser moreno investigando en los cientos de libros de aquella biblioteca.

Ahora que lo pensaba, ¿Porque su habitación era una biblioteca? Normalmente en los templos solían tener el lugar de descanso y luego el lugar de información aparte, pero este tenía todo junto.

Tomó la sabana color negro y trato de enrollarsela en el cuerpo de manera en que cubriera su pecho y todas sus partes, menos su espalda para tener disponibilidad de volar.

Voló y se acercó hasta el, y se sentó en uno de los bordes de los estantes sin decir absolutamente nada, solo observando como fruncía el ceño mientras leía, ¿Que era lo que le molestaba? Porfin levantó su mirada mirando al pequeño ser que recien se había levantado.

¿Interesado?—Señalo el libro, Hinata asintió con una sonrisita emocionado, una de las culidades del pequeño angel era que era muy curioso.—Los libros se reenscriben en ciertos momentos constantemente, aveces mostrando pequeñas aperturas en la historia.—

¿Porque se reenscriben?—movió sus pies entretenido mirandole con cierto brillo en sus ojos.

La historia de la creación del mundo en si es muy larga, siempre se descubren detalles que nisiquiera el 0,001% de todos los seres en este mundo saben. Y hay cosas que nadie pero absolutamente nadie sabe, o tal vez alguien de quien no sepamos ni su existencia. Y los grandes errores que vivimos ahora son causa de esas cosas que no sabemos nisiquiera que existen. Y mi deber es encargarme de todos los errores.—Shoyo asintió comprendiendo.

Es increible, no entiendo porque le temen todos los seres de aquí.—Kageyama sonrió y guardo el libro buscando otro.

Lo mismo me preguntó, los humanos me clasifican de una forma tan vulgar a mis criaturas y a mi.—

—Ellos suelen guiarse y clasificar todo lo que es colorido y tiene luz sobre la palabra "bueno" y a la oscuridad como si fuera el sinonimo de "maldad", pero son solo seres ignorantes, aveces la maldad esta hasta el la luz.—Suspiro cerrando sus ojos y cuando volvió a abrirlos el mayor sostenía un libro entre sus manos en signo de que se lo entregaba.

Lo tomó con cuidado y pasó la mano por la tapa quitando un poco de polvo leyendo el titulo "El amor" miró a Kageyama que le miraba al igual buscando alguna expresión en este sabiendo si lo que hacía era correcto para el menor.—nunca leí este libro y Se que eres cupido y seguro sabes todo sobre "el amor", pero quien sabe tal vez encuentres algo que no sepas... trata que no te lo descubran.—Hablaba serio, pero juraría notar cierto tono de cariño, pero seguro era algo de su propia y tonta imaginación.

Te digo algo ironico... No se literalmente nada del amor. Gracias te lo agradezco mucho.—Carcajeó, mostrando una sonrisa llena de color, y por primera vez se pudo ver un pequeño sonrojo en el diablo, pero era casi inotable.

[...]

Para decir la verdad, no debía de pasar mucho tiempo en la otra parte, seguro si lo descubrían tendría penalizaciones, el era un cupido y su trabajo era enamorar, no pasarsela del lado del inframundo, si debía tener un compañero logicamente tenia que ser del paraíso.

Pero su compañero era jodidamente sexy, no lo podia negar. Pero mientras no lo atrapen, no había nada de malo, ¿no?

Y ahora solo terminaba de leer aquel libro que le había regalado Kageyama, era la primera vez que le regalaban algo. Pero bueno, había reforzado su creencía de que el amor existía, aunque en aquel libro decía simplemente decirse que dependía de las persona, era algo que no se podía saber si era cierto. Pero parecía existir o fingir existir.

Sonrió emocionado y embobado, con que simplemente existiera le hacía feliz, aunque no fuera confirmado, el hecho de que haya posibilidades le hacía completamente feliz.

Ademas de que si el no pudiera encontrarlo o que en esa dimención no lo hubiera, el se sentía bien con que en otros lado si, aunque no fuera para el.

Suspiro, terminando con su trabajo, creo que habia sido el dia con más flechazos exitosos que tuvo, tal vez le felicitaran aquel día. Y tal vez hoy podría volver, aunque no sabía si hacerlo, ya que estaba nervioso ya que supuestamente debería ponerlo dentro.

Tal vez debía quedarse por unos días en el paraíso, todo el mundo introduce esas cosas en su interior, pero el del diablo, seguramente le perforaría eso llamado pulmon.

Oi oi, esta semana mejoraste más de lo normal, ¿más descansado Shoyo?—Le codeó su compañero.

Estoy como nuevo nada más que eso.—Le guiño el ojo y Nishinoya carcajeó.

Oí que Sugawara ha tomado la decisión de reencarnar.—El pelinaranja le miró confundido, este sabía que si un dios o un ser importante podía ser reemplazado, e incluso si deseaba podía ir al mundo de los mortales, pero sin capasidad de volver al paraíso.—Hay rumores de que es por amor y el unico que fue expulsado hasta la tierra fue un demonio llamado Daichi, ¿crees que Sugawara haya tenido un amorio?.—

—¿Por amor?—Miró su arco, el cual este mismo traía supuestamente lo recien nombrado, ¿un dios podía sentir amor? ¿El lo tenía? Estaba realmente confundido, ¿era posible que haya amor en estas dimensiones? Cada vez sus posibilidades aumentaban, con una preocupación en el pecho pero a la vez una pequeña alegría.

¿Shoyo?¿Me estas escuchando?¡hey cabeza hueca hola!—

—Me tengo que ir.—Voló rapidamente hacía otro sitio sin escuchar ninguna otra palabra del otro angel.

Amor... ¿Donde había amor?

Cupido y Satan [kagehina]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora