🌑capitulo 5🌑

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Y era tonto decir que no estaba nervioso, veía a gente hacer cosas sucias miles de veces, ¿Porque se sentía tan nervioso? Tal vez porque ahora era el el que viviría ello o tal vez porque tenía miedo del ser al cual se había involucrado.

Juraba que en ese momento no podía ni extender sus alas para volar un poco, estaba tan tensó y nervioso que apenas podía caminar. Y eso que el era alguien que se la jugaba y hacía todo con total confianza. Pero esto, era totalmente distinto.

¿Uh?¿No esta?—Dijo confundidó al escuchar como uno de sus demonios que debía ser un sirviente le avisaba el angel que este había salido. Maldito idiota, lo hacía venir hasta allí y nisiquiera estaba.

Si, eso dije.—Respondió con molestía.—Creo que tienes permitido entrar a su habitación, por si quieres esperarlo, pero dudo que vuelva.—Hinata asintió dudando en si quedarse o marcharse, pero alfin y al cabo se adentró en esta, era la segunda vez que entraba allí, pero la anterior vez que estuvo por allí nisiquiera se tomó el tiempo de observar el lugar.

Tecnicamente toda la habitación era de un color bordo y con detalles color dorado y plateado, una gran cama y luego las paredes en si eran estantes llenos de libros, solo los seres importantes en su mundo tenían asceso a los libros en su mundo, era la primera vez que veía uno o miles. Los estantes llegaban hasta el techo, sin saber si tenía permitido el leer algo, aleteó leyendo los titulos de cada uno de ellos. Aunque por su cantidad no podría leer todos los titulos.

Estaban todos los mandamientos, todas las realidades, todos los hechos sobre toda la creación del universo y de sus mundos, la creación de cada una de las leyes, la creación de cada una de las especies y su información, estaba literalmente todo allí.

Con valentía tomó uno de ellos, sobre la verdadera creación del mundo que le hacían llamar tierra de los mortales, comenzó a leer sin importarle lo que enrealidad le llegaría a pasar si leía un libro. Apenas llegó a leer diez paginas encantado mientras volaba por la altura en la que había cogido el libro.

Por mucho que leas siempre faltan cosas en los libros.—Hinata se asustó y soltó el libro de golpé, y Kageyama con rapidos reflejos lo tomó antes de que cayera.

Y-yo l-lo siento, s-se que no esta p-permitido...—Hablaba nervioso tratando  de justificarse por romper una de las reglas más obvias de todo el universo.

Tranquilo, aquí puedes romper las reglas que quieras. De hecho estoy en contra de varias, pero los primeros dioses impusieron las reglas y no se puede hacer nada.—Se sintió más tranquilo y le vió menos duro que los del paraiso.

¿Usted no fue el primer diablo señor?—Preguntó bajando un poco siguiendo al contrario que comenzaba a bajar.

Claro que no, se podría decir que soy el hijo del hijo del diablo. Aunque es muy raro que un dios o un diablo sea reemplanzado, normalmente es por muerte en las miles de guerras del pasado.—Hinata le prestaba atención a cada una de sus palabras, casi nunca se le permitía aprender de otra cosa que no sea sobre su trabajo laboral. Este notó su atenta atención a todo lo que sentía, y solamente estaba contando idioteses, no le estaba ordenando nada, ¿Porque le prestaba tanta atención? Era lo que se preguntaba Kageyama.

¿Cuantos años tiene usted, Kageyama?—Se atrevió a preguntar mientras este pasaba disimuladamente su mano por su espalda y hasta dejarla en su cintura porfin tocando ambos el suelo con los pies.

Al menos ochocientos años.—Fue un golpe internó para Hinata que apenas tenía cincuenta años allí.—¿Que dices si te muestro algunas cosas que he aprendido en estos 800 años de experiencia?—Mordió su oreja y le pegó enseguída a su cuerpo de golpé.

Estaba demasiado tranquilo desde que llegó y le vio y ya le pareció raro que con lo que habían acordado no hubiera hecho nada.

Tomó de su barbilla y pegó sus labios salvajemente a los suyos, introduciendo su lengua al instante sin tenerle compasión o consideración de que este era demasiado torpe para su primera vez en todo. Lo llevó hasta su cama y lo subió ensima suyo dejando sus pequeñas piernas una a cada costado suyo.

Separaron sus labios dejando un pequeño hilo de saliva entre ambas bocas, mientras Hinata jadeaba más que el contrario quien apretaba su trasero destacaradamente, no estaba acostumbrado a que le toqueteen tanto repentinamente.

Volvió a unir sus labios y adentró ambas manos dentró de aquellas prendas blancas que poseía el menor, una por su pecho para jugar con aquellos botones rosado y la otra por su trasero acariciando su entrada sin introducir nada. Gemía levemente en su boca mientras apretaba con la poca fuerza que tenía sus grandes y anchos hombros.

Pellizco uno de los pesones sacandole un gritito al Angel el cual le prendió completamente al mayor, provocandole otra erección, desde que le citó no sabía si se le iba a poder levantar pero alli estaba, se levantó denuevo.

Le acostó en la cama con brusquedad y empujó desde su espalda haciendo que todo su pecho y rostro queden apoyados en las sabanas negras y levantó su trasero a la vista del mayor. Rompió aquellos shorts y su ropa de encaje a la vez dejandolo al desnudo. ¿Porque tan desesperado?

Paso su lengua por la entrada de este la cual comenzaba a fluir liquidos y de un golpe introdució su larga lengua dentro de este.—¡Ahh!—Gritó de golpé, mientras pequeñas lagrimas se escurrieron por sus mejillas y un notorio rubor en su rostro aumentaba.

Movió de forma juguetona su lengus dentro de este, Shoyo temblaba ante aquellos movimientos, pero no dolia tanto, nisiquiera tuvo que acostumbrarse a este como la vez pasada ante sus dedos. Una de las manos grandes de este comenzó a atender aquel miembro pequeño palpitante.—No lo hagaahs a la vez... porque... ¡Ah!—Acabó poco despues, pero a Kageyama le importó en absoluto y continuó jugando en el interior de este.

No tardó mucho en sacar su lengua de el, dejandole respirar un poco, pero fue totalmente lo contrario introdució un dedo al instante, golpeando su punto apenas entró, se encontraba bastante dilatado por su anterior interrumpción, y asi que decidió introducir otro dedo. Lloriquió y gimió a su vez ante estos, su mente se encontraba en blanco. Le volteó sin sacar aquellos dedos de su interior haciendo que le mirase, el cual mientras le atendía estaba atendiendose a si mismo con su propia mano.

Se sorprendió al ver el tamaño del miembro de Kageyama, no creía que le llegase a entrar alguna vez esa cosa. Otro dedo se adentro en el ya impidiendole el poder pensar en cualquier cosa, su mente estaba en blanco y se retorcía en la cama mientras gemía una vista gloriosa para Satan. Por alguna razón le encantaba demasiado como reaccionaba y lloriqueaba ante todo lo que le hacía. Era totalmente distinto ante las demas experiencias que tuvo, ademas de que este nisiquiera le estaba tocando y estaba el doble de prendido.

Hinata acabó denuevo y Kageyama apoyó su frente en el cuello de este mordiendolo y dejando algunas marcas en este, poco despues este libero todo su esperma en aquella pequeña criatura, haciendole acabar por una tercera vez al instante al pequeño.

Tal vez la proxima vez podría llegar a metersela. Fue lo que pensó el pelinegro tratando de recuperar la respiración y limpiando las lagrimas de Shoyo, el cual aún estaba conciente con los ojos cerrados.

Todavía tenía mucho a lo cual acostumbrarse, mucho, demasiado.

Cupido y Satan [kagehina]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora