Heridas Abiertas || ChrisErick (Segunda Parte)

Capítulo 10

Por el lado de Erick

-estás bien?

-s-si tranquilo

-Ven- le extendió su mano para que se levantara- de verdad lo siento, no sabía que...

-no...no te preocupes, fue mi culpa por haber venido hasta aquí

-pero yo te dije que vinieras, es mi culpa

-tranquilo, no pasó nada- le sonrió torcidamente- es mejor que me vaya, no quiero darte más problemas

Erick suspiró- está bien, de verdad perdona todo lo que pasó

-no te preocupes- acarició levemente su hombro y se alejó para irse

Apenas Zabdiel abrió un poco la puerta para salir, esta terminó de abrirse de golpe empujándolo un poco hacia atrás; al recuperar su postura pudo ver que Christopher acababa de entrar super agitado y cerró dando un portazo muy fuerte.

Posteriormente pegó su espalda a la puerta y se dejó resbalar por esta hasta llegar al piso y abrazarse a sí mismo mientras lloraba y temblaba.

-Zab pasa alg...¡¿Christopher?! -se acercó rápidamente hasta su pareja- Chris que pasa?

- ¡NO! ¡SUÉLTAME!

-Chris mírame

- ¡ALÉJATE DE MI!

-Chris- acarició con suavidad su mano llamando su atención- por favor mírame- cuando el contrario le obedeció un escalofrío pasó por su cuerpo

Sus ojitos miel estaban rojos y de estos no dejaban de salir lágrimas, todo su cuerpo temblaba de una manera descontrolada, se notaba que apenas podía respirar y estaba más pálido de lo normal.

-no dejes de mirarme en ningún momento- trataba de sonar lo más tranquilo posible para no alterar de nuevo al castaño, pero en el fondo le dolía muchísimo verlo así- inhala y exhala con calma, a ver, uno- tomó aire con él- y dos- lo soltó y repitieron el proceso cinco veces más hasta que la respiración del castaño se reguló un poco. Sin embargo, sus ojos aún reflejaban miedo y una que otra lágrima seguía escapando de ellos

-l-lo siento

-no hiciste nada, no lo sientas- acarició su rostro y le sonrió, siendo correspondido con un fuerte abrazo- quieres agua?

Chris asintió y antes de que Erick se fuera a la cocina, Zab interrumpió- si quieres yo voy

- ¡NO! -gritó el castaño sobresaltándolos a ambos- digo...amor podrías ir tú? Por favor

-claro, ya regreso- el pelinegro se dirigió a la cocina dejando solos a los dos chicos

-que pasa Chris? ¿Tienes miedo de que te envenene o algo por el estilo? -rio amargamente mientras que el nombrado tragó saliva con fuerza

Luego se levantó del suelo y se acercó a Zabdiel hasta quedar lo suficientemente cerca- te largas ya, no te quiero en mi casa- dijo entre dientes

-ya me iba de todas maneras, no quiero estar cerca de ti...enfermo- rio y el castaño le levantó la mano dispuesto a darle una cachetada que lo dejara mirando para atrás, pero la llegada de Erick al lugar lo interrumpió

-que pasa

-nada Erickin, yo ya me iba

-oh, bueno, nos vemos luego entonces

-claro- se acercó para despedirse con un beso en la mejilla y salió de la casa

-ten- le extendió el vaso con agua- ya te sientes mejor?

-sí, gracias

Guardaron silencio por unos minutos hasta que Erick se animó a hablar de nuevo- ¿me quieres contar que pasó?

Flashback

-me extrañaste Chris? -el nombrado seguía retrocediendo hasta que tropezó y cayó nuevamente al suelo

-a-aléjate de mi

-tranquilo lindo, no te voy a hacer nada- se acercó un poco y el castaño retrocedía a la par aún sin levantarse del suelo, hasta que quedó contra una pared

-n-no...tu...tú estás muerto- El contrario se agachó frente a él y acarició su mano haciéndolo temblar- no es posible

-si lo es, no te asustes lindo

-déjame en paz

-jamás haría eso- sonrió torcidamente- ¿quieres recordar los viejos tiempos? -lo acorraló más contra la pared, tomó su mano y le entregó unas pastillas

Christopher lo miró perdido por un segundo y después sus ojos se incendiaron de rabia. Como pudo lo empujó lejos suyo y lo desequilibró con una patada. Tiró las pastillas al piso y al ver todo lo que estaba pasando entró en pánico y salió a correr hasta la casa.

Fin del flashback

-Chris

-ah?

-estás bien?

-eh sí, sí, no te preocupes- tomó un poco de agua

-te...te pregunté algo

-yo...-suspiró- podemos hablar más tarde de esto?

-claro, no te preocupes- se iba a levantar del sofá, pero el castaño, en un movimiento rápido, lo jaló del brazo y lo sentó sobre sus piernas

-lo siento- dijo de repente después de que se quedaron unos segundos en silencio

-por?

-por lo que pasó hace un rato...no quise tratarte así

-no pasa nada amor, también fue culpa mía- le dio una sonrisa ladina

-estamos bien?

-eso te debería preguntar yo a ti, desde ayer estás enojado y...

-de mi parte estamos bien...-lo interrumpió- me molestó que no me prestaras atención, pero ya sé por qué fue y no hay lío. Además, no puedo estar enojado contigo- le robó un beso y le sonrió

-vemos una película?

-claro, por qué no?

Se levantaron del sofá para dirigirse hasta la habitación y durante lo que restó de tarde se la pasaron viendo entre películas y series. En la noche pidieron algo para comer y no se despegaron del televisor en ningún momento hasta que, sobre las 2am, ambos sintieron que el cansancio empezaba a invadirlos, por lo cual cortaron su maratón de series y se dispusieron a descansar.

Erick se quedó dormido rápidamente mientras se dejaba abrazar por Chris, pero este mientras se quedaba dormido recordó el acontecimiento de la tarde que lo desequilibró totalmente. Él mismo se sorprendía de su manera de reaccionar frente a la situación, pero como no hacerlo si literalmente tuvo a la persona que casi le destruye la vida de frente.

A pesar de haberlo vivido en carne propia, aún tenía esa duda tormentosa de por qué Sebastián seguía vivo.

Es que era ilógico.

¿Cómo pudo escapar de un auto que estaba siendo consumido rápidamente por las llamas sin que absolutamente nadie lo hubiera visto?

Erick se removió un poco y se giró para quedar frente a frente con Chris sacándolo de sus pensamientos – qué pasa, no tienes sueño? -cuestionó somnoliento y se abrazó más a él

-solo estaba pensando en algo- besó su frente- descansa

-tu igual- acarició un poco su brazo y se volvió a acomodar para seguir durmiendo

Chris lo miró y suspiró para luego cerrar sus ojos y empezar a relajar todo su cuerpo hasta caer en un profundo sueño.

No se quería atormentar con este tema.

Quería vivir tranquilo, pero no estaba cien por ciento seguro de que pudiera hacerlo.