Heridas Abiertas || ChrisErick (Segunda Parte)

Capítulo 29

Esa voz era inigualable.

-Te acuerdas de mí? -cuestionó con un tono burlesco

-qué quieres Sebastián

-A ti no evidentemente, tu solo eres mi carnada

-en serio sigues creyendo que Chris va a volver a ti? Pensé que eras mas inteligente

El contrario le dio un golpe haciéndolo girar su rostro con brusquedad y posteriormente su nariz comenzó a sangrar un poco- no te busques una muerte pendeja, porque a ti no te tengo ni un poquito de pena

-sígueme amenazando todo lo que quieras, pero dudo que en realidad hagas algo de lo que dices, tu eres mucha palabra y poca acción- recibió otro golpe

-tienes suerte de que te necesito para lograr mi objetivo, porque te juro que por mi fuera te mato aquí y ahora- dijo mientras caminaba por el lugar

-claro

-quieres ponerme a prueba? -sin darle tiempo para responder, se dio la vuelta, sacó un arma de la parte trasera de su pantalón y disparó hacia la pared que había detrás de Erick sobresaltándolo- ay, te asusté?

-maldito infeliz...cuando vas a entender que Christopher NO TE AMA

- Eso es lo que tú crees, tú le lavaste el cerebro para que volviera contigo, todo ese drama de hacerte el dolido, que necesitabas tiempo, haciéndote el importante para que él te rogara y estuviera todo el tiempo detrás de ti. Christopher siempre está sufriendo por tu culpa, no te das cuenta?

Erick se quedó en silencio.

-ahora no vas a decir nada? Bien, pero te aseguro que Chris estaría mejor conmigo y voy a hacer lo imposible para que eso se cumpla...tienes los días contados Colón

(...)

Ya iban más de doce horas desde que Erick desapareció y Christopher sentía que iba a perder la cabeza en cualquier momento.

No había comido ni dormido absolutamente nada, sabía que esto era algo planeado y solo se le ocurría una persona culpable.

No podía ir a la policía reportar la desaparición hasta que se cumplieran por lo menos 24 horas ni muchos menos denunciar un posible secuestro sin pruebas y no se le ocurría que más hacer.

Se sentía tan inútil en estos momentos.

De pronto escuchó su teléfono sonar y corrió a buscarlo pensando que podía ser Erick.

-hola?

-Chris, tiempo sin escucharte

-Dónde está Erick?

-de que hablas mi amor?

- ¡no me llames así!

-está bien, no te enojes

-contéstame, dónde está Erick

-no sé de qué hablas

-DEJA DE MENTIR MALDITA SEA

-bájale al tono si quieres volver a ver a tu noviecito vivo

-llegas a hacerle algo y te juro que yo mismo te mato

-no le voy a hacer nada solo si sigues mis ordenes

-no tengo por qué hacerlo, me tienes harto, cuando me vas a dejar en paz?

-nunca te voy a dejar en paz Christopher, nunca...a menos que vuelvas conmigo

-que vuelva? Tu y yo nunca fuimos nada

­se escuchó un fuerte suspiro del otro lado de la línea- yo te avisaré qué debes hacer para que a Erick no le pase nada...ah, y ni se te ocurra llamar a la policía

-o si no qué

-o si no tu amado se muere, tú decides

La llamada se cortó y Christopher estalló de la rabia tumbando las cosas que se encontraban cerca de él mientras las lágrimas se cumulaban en sus ojos amenazando con salir.

-todo es mi culpa maldita sea