Capítulo 7

901 56 27
                                    

Melissa estaba recostada con su alfa, Mark, con una sonrisa en su rostro. Su tercer bebe venía en camino. Después de tener a Lottie, habían esperado dos años para que la omega quede embarazada nuevamente, pues también tenías muchos problemas económicos, pero no podían evitar querer tener más hijos. Ellos siempre habían querido una familia grande.

El pequeño Louis ya tenía cinco años y Lottie casi tres años años. Ellos ya habían decidido que la siguiente se llamaría Felicity, pues justo esa tarde le habían dicho que sería una niña. La pareja estaba tan emocionada que no escucharon los pequeños pasos que entraban en su habitación.

Mami, ¿ya vendrá mi heranita?preguntó el pequeño Louis mientras se subía a la cama de sus padres.

Hola, Boo. – saludó Mel acariciándole la mejilla a su hijo. Todavía no, amor, y se dice hermanita.

Pero ya quiero que venga. Louis hizo un puchero.

Ya falta poco, amor. Mel soltó una risa, su hijo era tan tierno. Ve a jugar con Lottie, ya debe haber despertado de su siesta.

No quiero, mami. – negó el pequeño. Lottie siempre me lastima cuando jugamos.

Tiene dos años, Lou. Seguro no lo hace con esa intención.

Ya lo sé, mami. – el oji-azul arrugó la nariz frunciendo el ceño Es que duele, no me gusta jugar con ella.

Mark frunció el ceño. Su hijo siempre había sido muy delicado, no es que le molestara ni mucho menos. Él sabía que siempre había una posibilidad que su hijo sea un omega, es solo que no pudo evitar emocionarse cuando le dijeron que su hijo era un varón, imaginó que sería un alfa fuerte y grande.

Ellos amaban mucho a Louis, demasiado, y siempre lo harían, se presentara como se presentara. Mel dijo desde el momento en que Louis nació, que sería un omega. Era un bebe tan pequeño y delicado, era una dulce criatura.

Conforme Louis fue creciendo, se hacía cada vez más evidente a que casta pertenecería. A pesar de que siempre le gustó el deporte, desde que empezó a caminar, le agarró un gusto particular al fútbol, pero lo jugaba de una manera más delicada.

A penas tenía cinco cortos años, pero se podía apreciar su casta. Todavía no se sabía con seguridad hasta que le llegue su primer celo, pero, para sus padres, estaba más que confirmado que su primogénito sería un omega.

Igual anda a ver como esta tu hermana, Boo. Ayúdame con eso, ¿sí, amor? el pequeño asintió, mientras su madre le regalaba un pequeño beso en la frente.

Cuando el pequeño salió de la habitación de sus padres a pasos apresurados, se creó un nuevo silencio. Para Mel era un silencio cómodo, mas no para Mark.

Amor... – empezó el alfa, mientras acariciaba el vientre de su omega.

Dime, alfa.

Tenías razón. Nuestro Lou es completamente omega.

Te lo dije. Mel alzó la vista, y le dio un beso en los labios a su alfa. Siempre tengo razón, no lo olvides. dijo sonriente acostándose en el hombro de su esposo.

La vida es muy difícil para hombres omega, Mel. – el alfa frunció el ceño, – Me preocupa mi cachorro.

Estará bien, alfa. – la omega le acarició el pecho a su alfa. – Nuestro pequeño omega es fuerte.

El Click - Omegaverse L.SDonde viven las historias. Descúbrelo ahora