– Lou, ya despierta. – sintió como Lottie lo empezó a mover. – Hoy empiezas la universidad y ni creas que vas a llegar tarde.
Louis se removió entre las sábanas de su cama. Esa noche había sido tranquila. Desde la última vez que Lottie lo encontró en el baño llorando, no había despertado por las pesadillas.
Ya habían pasado varios días y se sentía más tranquilo. Pero, aun así, se sentía un poco ansioso por el inicio de las clases. Iba a empezar en la mitad del año universitario. Mientras todos ya se conocían, él recién iba a entrar. Tenía miedo, y más por ser un omega. Él sabía que los tiempos habían cambiado, que ya no es tan tabú ver a un omega hombre, pero el mundo aún está lleno de gente muy mala con mente retrograda.
Se levantó de la cama a regañadientes y se dirigió al baño. Se cepilló los dientes y se lavó la cara. Abrió la gaveta de pastillas y se tomó dos. El doctor le seguía recetando aquellas pastillas para poder sobrellevar todo por lo que pasó. No le gustaba mucho tomarlas, lo hacía sentir incómodo, y más aún que hacían que su dulce olor a algodón de azúcar y limón, un olor poco usual en omegas por el hecho de tener una fruta ácida, apenas se percibiera. A él no le gustaba mucho su olor ya que lo encontraba un poco empalagoso, pero vamos, era un omega.
Esas pastillas habían detenido las pesadillas y se sentía menos triste. Aunque también habían movido todo su calendario de celo. Se suponía que su celo era el pasado fin de semana. Y todavía ni sentía los indicios que ya se aproximaba. El doctor le dijo que era normal, y él, con tal de no sentirse como antes, haría cualquier cosa.
Se cambió y bajó por las escaleras, percibiendo un rico olor a panqueques con canela. Tal y como los hacía su madre, Melissa. Sentía un hueco en el corazón, pero no podía llorar. No sabía si era por las pastillas o porque simplemente se había quedado sin lágrimas.
– Buenos días. – habló Louis mientras le daba un beso en la cabeza a su hermana. – ¿A qué hora se fue papá?
– Salió justo antes que despertaras, te desea un buen primer día.
Ninguno de los dos dijo más. Se concentraron en terminar su desayuno. El silencio era cómodo, ya que ya estaban acostumbrados.
– ¿Necesitas el auto hoy? – preguntó Lottie con la boca llena.
– En realidad no, si quieres déjame en la universidad y luego te lo llevas.
– Perfecto, lo necesito para luego de la escuela hacer unas cosas.
– Si, no te preocupes. – encogió los hombros. – Me puedo regresar en bus.
Louis se levantó de la pequeña mesa que tenían en la cocina con sus platos de sobras y se dispuso a lavarlos.
– Gracias, Boo. – dejó su plato en el regadero y le dio un beso en la mejilla a su hermano. – Ya hay que salir, no queremos llegar tarde.
Lottie se dirigió a la puerta principal mientras Louis seguía lavando. Acabó y agarro su mochila para dirigirse al auto.
Hoy sería un largo día.
-----
Louis bajó del auto después de darle un beso a su hermana y desearse buena suerte mutuamente. Entro al campus y lo primero que lo recibió fue un sinfín de olores, al grado de marearlo. Los últimos meses solo había estado con el olor de su familia y de su terapeuta, y llegar a ese nuevo lugar repleto de emociones y olores nuevos solo lo dejaron más nervioso.
Comenzó a caminar para dirigirse a su aula. No se sentía perdido, había visto el mapa del campus hasta aprenderse el camino a todas sus clases de la semana. Pero si seguía con la sensación de mareo. No había estado presente bajo olores de alfas más que el de su padre por mucho tiempo. Los sentía olores tan fuertes y le disgustaba. Al igual que los dulzones olores de, en su mayoría, omegas mujeres. Se sentía una combinación de olores en todo el ambiente y eso solo le daba náuseas. Quería irse de ahí.
ESTÁS LEYENDO
El Click - Omegaverse L.S
Hayran KurguHarry Styles es un alfa puro. Tan amable como guapo, siempre ha sido aquel alfa encantador. Él solo quiere enamorarse y vivir una hermosa historia de amor, a la cual llegan unos hermosos ojos azules que le comienzan a dar sentido. Louis Tomlinson es...