Capítulo 16

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"Sujeto 813"

Día 165.

Broly casi había sentido su dolor cuando le colocó la nariz en su sitio aferrándola con los dedos de sus grandes manos. Él no solía ser empático ni tampoco compasivo, pero algo había en Bra que le instaba a no desear su sufrimiento, a repelerlo e incluso a protegerla de él. Le colocó el brazo con mayor dificultad porque sus sollozos incontrolables le molestaban hasta provocarle un claro dolor de cabeza. Después de semejante espectáculo Bra ocupó la cama donde él dormía y Broly, incómodo, se dejó caer a los pies de la misma, escuchando su errática respiración. Odiaba que llorara. Odiaba que cualquiera lo hiciera, pero sobre todo odiaba que alguien lo hiciera porque su padre fuera un cabrón sin escrúpulos. Tarde o temprano Bra tendría que darse cuenta de que su padre era como todos, especialmente Vegeta. No era una novedad.

—¿No piensas decir nada?— preguntó ella tras un rato de intensos llanto.

—¿Qué demonios quieres que diga? Ya te lo avisé.— respondió tajante.

—Algo más aparte de eso, mono estúpido— lo insultó, irritada por semejante respuesta.

—Que dejes de llorar. Me molestan tus lloriqueos—

—¡Eres un completo idiota, Broly!— el susodicho pataleó ligeramente. Su cola daba golpecitos contra el suelo en un intento por controlar su rabia. —Dime algo que me consuele, solo eso—

Broly alzó la cabeza al techo, sin tener la más mínima idea de qué debería decir. Sospechaba que mencionar que eran las seis de la mañana y que quería dormir no le sentaría bien. Por un momento pensó en ir a buscar otro Yeti para arrancarle la piel y ofrecerle la carne de regalo, pero volvió a caer en la cuenta de que eso no era adecuado. Por lo que había visto en la tele, las chicas humanas preferían joyas, flores o viajes en cruceros antes que carne recién cazada. Sabía que Bra no era una humana normal y corriente, pero también sabía que no le gustaba la carne cruda y que lo que más adoraba que le regalaran era ropa y zapatos. Él no entendía esa extraña obsesión con la ropa, así que menos entendía todavía esos nombres de diseñadores raros. De hecho ni siquiera estaba seguro de saber qué era un diseñador de moda.

Broly se cruzó de brazos y apoyó la nuca sobre el colchón donde ella estaba tumbada. La luz estaba apagada y como en el planeta Tierra hacía años que la luna había desaparecido, la oscuridad era total.

—No sé hacer eso. Normalmente soy yo el que hace llorar, no el que consuela— reconoció finalmente, pero su alumna, por la que todavía albergaba algo de enfado por su última discusión, no pensaba darse por vencida. La realidad era que quería que él la abrazara otra vez, pero estaba segura de que Broly no se movería por iniciativa propia. Aunque parecía haber renunciado a hacerle daño, se notaba a leguas que seguía enfadado, y no sería él el que diera el primer paso. Bra abrazó la almohada y le dio la espalda. Sus ojos atravesaron la ventana, que apenas se distinguía del resto de la habitación.

—¿Es que no has llorado nunca y alguien se ha acercado a ti para consolarte, Broly?— ella sabía la respuesta incluso antes de que él respondiera. Sabía que había llorado porque lo había visto con sus propios ojos en ese video en el que destruía el planeta Boburria, pero no sabía por qué y, desde luego, dudaba que alguien lo hubiera consolado.

—No— aseguró él con un tono impersonal y distante.

—Pero habrás querido que lo hicieran, ¿no? Que alguien te abrazara y te consolara cuando llorabas, ¿verdad?— Broly dejó escapar un gruñido con el que le dio a entender que el tema no le gustaba. Bra apretó los dientes y controló sus sollozos a duras penas al percatarse de que habían vuelto al principio, cuando él le hablaba con gruñidos y simples gestos animales.

INSTINTO ANIMAL [Broly x Bra]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora