Capítulo 19

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Los héroes de Ciudad Satán

Día 195.

Trunk entró en el cuarto de baño justo después de que los guardias, "amablemente", acompañaran a los peces gordos hacia el exterior después de una importante reunión en la que, debía admitir, no había sido el colmo de la cortesía. Una vez solo en el baño pensó en sus obligaciones, en el marcado estrés de las últimas semanas tras la desaparición de su padre y de su hermana, y posteriormente de su madre, que no había vuelto a casa desde que se fue en busca de su Vegeta. Trunks sabía que estaba bien porque podía notar su ki junto al de su padre muy a menudo. Buena señal con un claro significado: se habían reconciliado y estaban viviendo una especie de Luna de Miel previa a la boda, un momento no muy propicio para hacerlo teniendo en cuenta que Goku seguía en unas condiciones pésimas, y de seguir así, no podría luchar contra los boburrianos, o al menos no en óptimas condiciones. Eso solo significaba una cosa. El guerrero más poderoso ahora era Vegeta. Y por lo tanto, gran parte de lo que sucediera con los boburrianos dependía de él. A Trunks se le ponían los pelos de punta de solo pensarlo y una pregunta que había empezado a rondar en su cabeza desde hacía semanas volvió a aparecer.

¿Qué haría Mirai Trunks?

De alguna manera preguntárselo se había convertido en su obsesión. Había oído hablar tanto de él, y tan bien... y sabía perfectamente que su personalidad no coincidía en absoluto con la de él. Solo lo había visto dos veces, una cuando era un bebé tan pequeño que ni siquiera lo recordaba, y otra con diez años aproximadamente. Llegó de visita y pasó una corta temporada con ellos. Pudo ver al Héroe, con mayúsculas, frente a él, hablando y sonriendo, saludando cándidamente a pesar de todo por lo que había pasado en el futuro. Le acariciaba la cabeza muy a menudo y él siempre se revolvía arrogantemente. Un comportamiento inmaduro y egoísta, pero plenamente justificado. Mirai Trunks era tan diferente a él, que no podía creer que fueran la misma persona. Había dejado un hueco en las expectativas de sus padres demasiado grande y Trunks se retorcía por ello. Era muy consciente de las diferencias que había. Él nunca podría alcanzar al Héroe.

Como mucho, podría alcanzar al Homicida.

Salió del cuarto de baño para volver a encargarse de las tareas de su madre en su ausencia, pero en cuanto abrió la puerta, una sorpresa precipitada hizo que se sobresaltara y diera un salto hacia atrás.

—¡SORPRESA!— gritaron los empleados de la corporación más apegados a él, los ayudantes de su madre, los guardaespaldas, las secretarias e incluso las limpiadoras. En cuestión de segundos el despacho había sido decorado con carteles alegres, globos de colores y con grandes fuentes de comida en la mesa presidencial. Marron, frente a él, con una gran sonrisa en la cara, le miró con inocencia mal disimulada. —¡FELIZ CUMPLEAÑOS, JEFE!— volvieron a gritar. Trunks no supo qué decir. Debía confesar que estaba tentado de dar media vuelta y encerrarse en el baño nuevamente para no salir hasta que la fiesta hubiera acabado, pero con Marron frente a él regalándole una de las sonrisas más bellas que le había visto nunca, no se atrevió a dar media vuelta.

Era cierto, era su cumpleaños. Su cumpleaños número treinta, en realidad.

—Oh...— fue lo único que pudo decir, ruborizado frente a tanta gente que, aunque conocía bastante bien en un ambiente tan familiar como era la corporación, solo conseguían tensarle. Pero Marron estaba allí, y estaba seguro de que todo lo había organizado ella. Solo su amiga de la infancia podía ser tan detallista. —Qué... qué sorpresa— murmuró. Cuando ella se le acercó y le abrazó, toda alegría, felicitándole y dándole las gracias por nacer, Trunks no consiguió relajarse, pero sí perder la noción del tiempo y el espacio. Mirai Trunks era un Héroe con mayúscula, sí, pero no tenía ni a Marron ni a Goten, y mientras ellos estuvieran allí, Trunks podía darse por satisfecho.

INSTINTO ANIMAL [Broly x Bra]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora