¿De vuelta?

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Lucifer la levantó en peso, agarrándola de los muslos, mientras Chloe se agarraba a su cuerpo con sus piernas y manos. Nada más pasar la puerta del cuarto, cerraron sin hacer mucho ruido y Lucifer bajó con cuidado a Chloe, dejándola de pie en frente suyo. Mientras la besaba, desató su bata y se la quitó despacio, tirándola hacía un lado. Chloe hizo lo mismo con la chaqueta de él y después fue desabrochando los botones de su camisa lentamente hasta quitársela por completo. Acarició sus músculos pasando su mano por la parte de arriba de su cuerpo, mientras él le quitaba la camiseta de tirantes que cubría la parte de arriba, dejando sus pechos desnudos. Lucifer la contempló con deseo unos segundos para después agarrarla de la cintura y colocarla con cuidado en la cama, quedando él encima. La besó de nuevo brevemente y bajó dando besos por su cuello hasta llegar a sus pechos. Chloe se retorcía de placer. Después siguió bajando por su estómago hasta llegar al pantalón corto que ella vestía. Se puso de rodillas y tiró de él para bajárselo, bajándole también al mismo tiempo la ropa interior. Agarró las piernas de Chloe y las levantó para introducir su cabeza en medio. Comenzó a besar sus muslos internos lentamente mientras ella daba ligeros gemidos de placer, para proseguir en sus labios inferiores. Introdujo su lengua mientras masajeaba su clítoris, demostrándole todo lo que el diablo sabía hacer. Chloe comenzó a gemir más fuerte, pero sin hacer demasiado ruido. Lucifer levantó la mirada para contemplarla y sonrió antes de proseguir. Después de un rato, volvió a colocarse de rodillas y se desabrochó el cinturón. Chloe se incorporó para desabrocharle el botón de los pantalones mientras lo besaba con pasión.

-Quítatelos – susurró ella.

Lucifer asintió con una sonrisa apetitosa, deseando hacerlo para ella. Se puso en pie, se quitó rápidamente los zapatos, los calcetines y los pantalones. Chloe se acercó de rodillas al borde de la cama para sentarse y bajarle a él poco a poco la ropa interior, dejando ver su enorme erección. Chloe agarró su miembro con una mano y lo masajeó de arriba hacia abajo lentamente para luego hacerlo más rápido. Lucifer soltó un gemido de placer y sujetó los brazos de ella, levantándola a su altura, para tenerla frente a frente y comenzó a besarla frenéticamente. Mientras tanto, Chloe giró su cuerpo con el de él, colocando a Lucifer de espaldas a la cama y sin separarse, lo empujó suavemente acostándolo en la cama y quedando encima de él.

-Me gusta que tomes el control detective – mencionó Lucifer colocando sus manos en la cintura de Chloe.

Ella comenzó a moverse encima de él, haciendo que él siguiera sus movimientos con las caderas. Al principio rápido, para luego moverse lento y rápido de nuevo. Había pasado tanto tiempo desde que lo habían hecho la última vez, que solo querían disfrutarse mutuamente de nuevo. Al terminar, ambos extasiados, se abrazaron en la cama.

-¿Te quedas a dormir? – preguntó Chloe acariciando su barbilla.

-Sí, pero mañana temprano me iré – respondió él.

Chloe levantó su cabeza para mirarlo con ojos de tristeza. No quería que él se marchara, aunque sabía que tenía que cumplir con su deber.

-No me mires así detective – dijo él riendo ante la tierna mirada de Chloe – te prometo que volveré.

Chloe sonrió satisfecha con la repuesta y le dio un tierno beso de buenas noches. Durmieron abrazados toda la noche, como si no quisieran despegarse el uno del otro, pero cuando comenzaron los primeros rayos del sol, Lucifer cumplió su palabra. Se despertó antes que ella y con mucho cuidado la apartó, dejándola en la cama. Se vistió sin hacer mucho ruido, la contempló una vez más y le dio un suave beso en la cabeza. Cuando iba a abrir la puerta de la habitación, la voz recién despierta de Chloe lo hizo detenerse.

-¿Lucifer? – preguntó Chloe sin abrir los ojos mientras palpaba la cama con las manos, buscándolo.

Lucifer se acercó a la cama y se sentó, agarrando una de las manos de Chloe.

-Buenos días detective, como ya sabes me tengo que ir.

-¿Ibas a ir te sin despedirte? – preguntó ella con los ojos ya abiertos y acercando su cuerpo a él.

-No me gustan las despedidas y además, estabas tan a gusto durmiendo, que no quise despertarte.

Chloe hizo una mueca de disgusto y se incorporó para estar a la altura de él, rodeando sus brazos sobre la nuca de Lucifer.

-Te voy a echar de menos – dijo ella besándole una vez – vuelve pronto por favor.

-Yo también - contestó él acariciándole el cabello – volveré lo más pronto posible.

Lucifer salió por la puerta mientras Chloe contemplaba como se iba tristemente. Llegó enseguida al infierno y se aseguró de que todo marchaba correctamente. Mientras tanto, Chloe volvió a acostarse, ya que todavía era demasiado pronto para llamar a Trixie y preparar el desayuno. Se quedó dormida de nuevo hasta que sonó el despertador para ir a trabajar.

Una semana y media después, cuando Chloe llegó a comisaría como cualquier mañana normal y corriente, se percató que había alguien sentado en su escritorio, de espaldas a ella, que le resultaba familiar.

-Lucifer ¿por qué no me has avisado que venías?

-Detective, te estaba esperando – contestó él – he perdido mi móvil, por eso vine aquí directamente.

Chloe se extrañó. Eso no era propio de él y si hubiera querido ir a verla podría haber ido a su casa como la otra vez.

-Me alegro de verte – añadió ella quitando hierro al asunto – has vuelto pronto.

-Sí, es que te echaba de menos – contestó él sonriendo – y además, esta vez he venido para quedarme más tiempo.

-¿Cómo es posible? – preguntó ella confundida - ¿Quién se ocupará del infierno?

-Los demonios están contenidos y han aprendido la lección. No te preocupes por ello.

Chloe no terminó de quedarse satisfecha con la respuesta que él le había dado, pero aún así le alegraba tenerlo de vuelta como de costumbre.

-Entonces, pongámonos en marcha con el nuevo caso - finalizó ella cogiendo los documentos de la investigación. 

Desde el infierno con amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora