Soy el diablo

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A la mañana siguiente Chloe y Lucifer fueron al trabajo como de costumbre. Resolvieron el caso sin ninguna complejidad y antes de marchar a casa, Lucifer entró en el laboratorio para hablar con Ella.

-Lucifer ¿te puedo ayudar en algo? – preguntó Ella sorprendida al ver entrar a Lucifer a esas horas.

-Sí, me gustaría invitarte esta noche a mi ático – contestó Lucifer mientras Chloe entraba por la puerta, escuchando lo que él había dicho.

Ella lo miró confundida por la proposición que Lucifer le había hecho y dirigió la mirada hacía Chloe para pedir un poco de ayuda.

-Se refiere a tomar algo los tres, esta noche. Hace mucho tiempo que no salimos – añadió Chloe sonriendo forzadamente.

-¡Ah! – exclamó Ella sonriendo – me apunto.

-Perfecto – contestó Lucifer con su típico tono de satisfacción – te esperamos allí a las diez.

Lucifer y Chloe fueron directos al ático para esperar allí y cenar juntos, ya que ella había dejado a Trixie con su madre para poder resolver lo de Ella.

-¿Sabes más o menos como vas a hacerlo? – preguntó Chloe sentándose en el sofá.

-Lo cierto es que no – contestó Lucifer sirviendo dos copas de ron – improvisaré sobre la marcha.

-¿Estás nervioso?

-Un poco – dijo él dándole el vaso a Chloe y sentándose al lado de ella.

-No te preocupes, ya verás como saldrá todo bien. Ella es fuerte – contestó Chloe intentando calmar sus nervios y posteriormente, dio un sorbo a su copa de ron.

-Se me ocurren ciertas cosas para poder relajarme – añadió Lucifer lanzando una mirada lujuriosa a Chloe.

-¿Ah sí? – contestó ella siguiéndole el juego y dejando su copa encima de la mesa.

Lucifer asintió con la cabeza y se acercó para besar a Chloe en los labios. Se fundieron en un acalorado beso mientras Chloe se colocaba sentada sobre él. Lucifer le quitó la camiseta y recorrió su espalda con sus largos dedos, haciendo que Chloe se estremeciera bajo su toque. A continuación, fue recorriendo su cuello dándole pequeños besos y algún que otro mordisco suave. Chloe comenzó a desabotonar su camisa y acabó tirando de ella, haciendo que los botones saltaran.

-¡Detective! – exclamó él quitándose la camisa con ayuda de Chloe – no sabía que estabas tan ansiosa.

-Calla – contestó ella besando de nuevo a Lucifer en los labios.

En un movimiento rápido, Lucifer colocó a Chloe tumbada en el sofá y aprovechó para quitarle los zapatos y los pantalones. Después se colocó encima, besando su boca para ir bajando lentamente por su cuello, sus pechos, su estómago; hasta detenerse en sus muslos.

-Dime detective – dijo él colocándose entre sus piernas - ¿Qué es lo que deseas?

-A ti – contestó Chloe acariciando la cabeza de Lucifer.

Lucifer sonrió y comenzó a dar pequeños besos entre los muslos de Chloe, para después quitarle la ropa interior. Acarició con sus manos el centro de ella para después pasar por sus pliegues e introducir un dedo dentro. Chloe echó la cabeza hacia atrás mientras Lucifer introducía un segundo dedo para enviarle vibraciones de placer sobre sus paredes internas. Con la mano libre, comenzó a desabrocharse el cinturón y a bajarse los pantalones.

-Ya estás lista para mí – añadió alejándose de ella para quitarse la ropa que le quedaba.

Chloe hizo un gesto con los brazos, llamándolo hacía ella para besarlo mientras él se colocaba encima e introducía su miembro dentro de ella. Comenzó a dar embestidas lentas, para después añadir intensidad. Chloe arañó su espalda, haciendo que Lucifer profiriera un grito placentero. Continuó durante un rato y después se apartó de ella para cogerla por los muslos y colocarla encima de él mientras ella lo rodeaba con las piernas.

-Vamos a continuar en el jacuzzi detective, quiero recrear la famosa escena – añadió él sensualmente mientras la llevaba a fuera.

Al terminar, ambos se vistieron y tomaron algo para cenar mientras se hacía la hora de quedar con Ella.

A las diez y media, las puertas del ascensor se abrieron dejando ver a la señorita López, que al parecer venía muy animada.

-Perdonad chicos por el retraso, vine antes pero me encontré abajo a Maze y se empeñó en que me tomara una copa con ella – se disculpó Ella entrando al interior del ático.

-No pasa nada, no hay prisa – dijo Lucifer haciéndole un gesto con la mano hacía la butaca - ¿te apetece tomar algo?

-Otro vaso de ginebra, que es lo que tomé con Maze, así no mezclo - dijo Ella sentándose en la butaca.

Chloe, que se encontraba en el baño cuando vino la señorita López, salió por la entrada de la habitación saludándola y sentándose en el sofá, enfrente de ella. Lucifer le dio la copa a Ella y se sirvió para sí mismo una copa de whisky antes de sentarse al lado de Chloe.

-Siento como si pasase algo – mencionó Ella viendo como Lucifer y Chloe la miraban desde el sofá.

-No pasa nada Ella – contestó Chloe – pero Lucifer tiene algo que contarte.

-Sabía que algo había – añadió Ella en tono victorioso - ¿Qué ocurre?

Lucifer miró a Chloe y esta le cogió la mano, haciéndole ver que no estaba solo en esto, así que cogió aire y se dispuso a contarle todo a Ella. Le volvió a decir que él era el diablo y le habló sobre su hermano Miguel y lo que estaba haciendo.

-Miguel ¿no? Muy bíblico todo – rio Ella – todo tiene sentido si tu eres el diablo.

-Es el diablo Ella – interrumpió Chloe antes de que Lucifer prosiguiera – es la verdad.

-¿Tú también Chloe?

-Sé que no me crees, por eso te lo voy a demostrar – dijo Lucifer volviendo su rostro serio – y por favor, no te asustes.

-Lo intentaré – contestó Ella bromeando.

Lucifer giró la cabeza hacía Chloe, buscando una mirada de aprobación por lo que iba a hacer y tras recibirla, se volvió hacía Ella cambiando sus ojos de color marrón a rojo. La sonrisa de Ella comenzó a desvanecerse y su rostro se tornó completamente serio cuando Lucifer sacó su cara demoniaca delante de ella.

-No puede ser – atinó a decir Ella con un ligero tartamudeo en sus palabras.

Lucifer desvaneció su cara demoniaca y volvió a su habitual rostro para que Ella no se incomodara más de lo que ya estaba. Chloe agarró con fuerza la mano de Lucifer para darle todo su apoyo, ya que veía tristeza en su mirada por lo que acababa de hacer y no quería que él se sintiera así.

-Entonces es verdad – dijo Ella después de un rato en silencio, asimilando lo que acababa de ver.

-Si – se limitó a decir Lucifer suspirando.

-¡Qué pasada! – exclamó Ella volviendo a generar una sonrisa en su cara.

Lucifer y Chloe se miraron mutuamente en silencio, sorprendidos y confundidos por la reacción de Ella.

-Al final tenía razón – prosiguió Ella levantándose de la butaca – no eres tan malo como la historia te pinta. Ni siquiera te conocen.

Lucifer y Chloe se levantaron también del sofá, asimilando lo bien que se lo había tomado Ella, mientras esta se acercaba a Lucifer para darle un abrazo de los suyos. Por una vez, Lucifer aceptó sin rechistar el abrazo y se lo devolvió, agradecido porque ella no se asustara de su verdadero ser.

-Me lo tienes que contar todo – dijo Ella separándose de él – tengo muchas preguntas que hacerte.

-Te las contestaré todas señorita López – respondió Lucifer riendo.

Desde el infierno con amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora