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—Pensamientos de Aislem—

No necesito recuerdos... quiero seguir así, dormir por siempre.
Los brazos cálidos de mamá a mi lado, la cobija caliente y un poco de aire fresco que entraba por la ventana semi abierta.

Desearía que nunca llegase el día de mañana.

Cada vez que trato de recordar vagamente algo, mi cabeza comienza a chillar con un sonido muy molesto, cada vez que deseo algo, mi cabeza vuelve a lastimarme nuevamente. Solo puedo pensar en el presente.
Mi presente es estar aquí con mi mamá a mi lado.

—Mamá... ¿Donde estas?

—Otra vez la misma pregunta –una pequeña risa se le escapa– Aquí estoy.

—Mamá... ¿Estás ahí?

—Estoy a tu lado.

—Mamá... ¿Estas aquí?

—Siempre estoy aquí.

La vuelvo a abrazar escondiéndome en su regazo mientras me da pequeñas caricias en la cabeza.

Me gustaría estar así por siempre, aunque sé que no eres mi verdadera mamá, cuando trato de recordar, el ruido no me deja pero siento diferente a cuando mamá me mimaba. Aún así... no quiero ver nada, no quiero saber nada, estoy bien así. No quiero que nada cambie.

—Porfavor... quédate a mi lado y no me dejes otra vez.

Mamá al escucharme decir eso se quedo en silencio hasta sentir unas gotas cálidas sobre mi mejía, entonces me abrazó más en su pecho, ocultando su rostro de mí.

—Me quedaré siempre a tu lado, yo te protegeré. –dijo ella, cubriéndose la boca con una mano, haciendo el esfuerzo de no escapar un llanto.

Podía sentir a mamá temblar pero luego todo se calmó y el sueño nos cubrió esta noche.

La noche pasó muy rápida, no recuerdo que soñé... pero desperté de un salto al oír una explosión muy fuerte por la ventana.

—¡¿Are?! ¡¿Que fue eso?!

Mamá soltó una risa por mi reacción, ella estaba con un traje azulino, lista para salir.

—Son fuegos artificiales. ¡Hoy hay un gran festival! ¡Vamos mi Ais! ¡Tienes que vestirte para salir!

—¿Are? ¿Festival?

Por alguna razón, solo podía elevar mi cabeza hasta ver los labios de mi mamá, pero mi mente no me permitia subir más mi visión.

Salimos de casa tomados de la mano hacia la entrada de la ciudadela.

—¿Recuerdas este lugar Ais?

—Si intento recordar duele, pero siento que me gusta estar aquí.

—Vamos a cruzar por esta calle y llegaremos.

Cuando dimos la vuelta, mi mente dejó de nublarme la vista...
...Todo estaba lleno de colores y muchas personas alrededor, las tiendas recibían a muchas personas y todos gritando alegremente "¡Acérquese aquí! ¡Vean este truco!"  "¡Vengan tenemos super descuentos!"  "¡Todos aquí, no se pierdan estos dulces de miel!"

Todos estaban muy entusiasmados. Las personas caminaban sonriendo y hablando entre unos con otros.

¡Todo el mundo parecía feliz!

Ais, ¿recuerdas esa tienda?

—Es el señor de las manzanas acarameladas, pero ahora tiene ¡diferentes colores y formas!

Legión-INDDonde viven las historias. Descúbrelo ahora