| 28 | Un Nuevo Camino

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La sonrisa de Ferd se fue luego de escuchar aquella noticia, comenzó a ver a Zusu y luego al cielo, después dió un respiro leve. Intentó sonreír nuevamente pero su rostro se entristeció sin poder camuflarlo.

Astolfo se acercó a ellos y le dió un golpe con un dedo en la cabeza de Tima.

—¡Auchaa~! –se cubrió la cabeza y volteó a ver al culpable– Eso me dolió Asti... Uguu~

¡¿Se va a poner a llorar sólo por ese golpe?! Pensé que sería más fuerte pero después de todo sigue siendo una mocosa.

—No tomes decisiones por tu cuenta, ya te lo he dicho varias veces y llámame comandante Astolfo.

—Pero... ¡pero pero!

Astolfo suspiró cansado.

—Si la escogiste como tu aprendiz no puedo negarme... –dirigió su mirada a Ferd– esa es nuestra política, cuando un miembro tiene un aprendíz, está obligado a unirse a nosotros.

Ferd se puso de pie esperanzado.

—Entonces... ¡¿Entonces podría ser tu alumno, Señor Astolfo?!

—No, lo siento.

Otra vez cayó al suelo desilusionado.

—Sin embargo... hay otra forma de unirte, y es demostrando tu fuerza física y mental. Así que mientras esa niña entrena, deberás esforzarte para ser 100 veces más fuerte de lo que eres, sólo si quieres seguir a su lado.

Ferd no lo dudó ni un segundo.

—Prometí estar siempre con Zusu, ¡lo haré así tenga que nadar hasta lo más profundo del mar o estar cerca del volcan más peligroso del mundo! ¡Yo...!

—Más te vale que así sea, por que realmente eso forma parte de la prueba.

—¡¿Ehhhhh....?!

—Bueno, eso es todo... Ahora tenemos que irnos. Mucha suerte a todos.

—¡Nos vemos, cuídense! –exclamó Tima activando un cristal de teletransportación.

Mientras se desvanecían, Astolfo miró fijamente a Blend diciendo unas alentadoras palabras.

– Me ha sorprendido todo tu esfuerzo, has crecido bastante. 

Blend quedó bastante sorprendido y en un segundo se puso de rodillas con una sonrisa.

—¡Muchas gracias Señor Astolfo!

Entiendo a que se refiere. Cuando conocí a Blend en aquella cabaña era tan solo un cobarde, pero ahora, parece alguien más... alguien más fuerte...

—Hey Asti, ¡despídete con todos, no seas grosero!

—Que me llames comandante Astolf~

Y ambos desaparecieron por completo del lugar.

—¿Hmm bueno, ahora que hacemos? –dije cruzando los brazos.

Iani se acerco a mí con una sonrisa.

—¿Qué te gustaría hacer Fla?

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