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Las armas de Ferd resplandecían como si la luz solar se alojara en ellas, aunque fue por unos segundos antes de desvanecerse.

Frente a él, lastimado por partir a la mitad un árbol de cedro con más de 100 años de antigüedad, árbol que representaba la referencia más clara para llegar al hospital, el guerrero de armadura dorada, dañado severamente, estaba curando sus heridas.

Mantenía una mirada fija sobre Ferd bastante enojado, pero cuando de pronto vio a sus aliados acercarse a la escena, se calmó, y luego de girar la cabeza de izquierda hacia el frente, dando una especie de señal, varios soldados de la élite de Línea Sangre se pusieron frente a Ferd.

Todos salían de callejones y arbustos cercanos.

—Esta es una orden directa. Mátenlos, no dejen que ninguno escape, derramen su sangre. —Dijo Zumi y entonces, 30 personas con armaduras de todo color y forma, comenzaron a correr hacia Ferd.

No eran guerreros de rango bajo.
Sus niveles de fuerza estaban entre los 40 y 50.

Todos tenían los ojos muy abiertos y sujetaban sus armas con mucha fuerza.

Aunque estén mal organizados y cada uno vaya a pelear de forma independiente.
La cantidad siempre sería una desventaja para Ferd.

Tras la emboscada, Miruhi se puso en guardia pero antes de lanzar algún hechizo, su magia se detuvo. Y no fue porque alguien lo había impedido, su cancelación fue autónoma. Y aunque intentará crear algún ataque no podía concentrarse. Sus brazos temblaban, ¿era temor? Ella a pesar de sus miedos siempre fue capaz de usar magia, pero está vez no podía...
...¿Porque?

La respuesta estaba frente a sus ojos.

Sin titubear o dudar sobre sus acciones, tomando en consideración de que no es posible la resurrección y la gran preocupación de perder una vida...

...Ferd, el danzante de espadas, arremetía de forma compulsiva contra todos los miembros de Línea Sangre.

Se movía tan rápido que cuando los 2 guerreros con garrote y escudo fueron contra él, Ferd avanzo entre ellos y sus cabezas se separaron de sus cuerpos.
Luego, tomo ambas cabezas de sus cabellos y los lanzó contra 2 espadachines que por reflejo del susto de ver la cabeza de uno de sus camaradas frente a él, los hacía dudar de si cortarlas con sus espadas sería lo correcto... Pero está fue una oportunidad, y Ferd pasó frente a ellos cortándoles los brazos los cuales tomó y lanzó hacia dos direcciones, bloqueando un ataque de flechas y otro de fuego.

Ambos espadachines gritaron del dolor pero fue por unos segundos, ya que Ferd sacando ambas espadas, atravesó ambas cabezas, dándoles una muerte instantánea. Después corrió hacia el arquero, usando el cuerpo de uno de los espadachines cómo escudo y luego de dar un salto muy alto, una de sus espadas se lanzó contra la cabeza del arquero el cual, ya muerto, dejó caer su cuerpo de rodillas con la cabeza hacia arriba. Él solo tuvo que caer en su dirección para recuperar su espada. Luego corrió atravesando a varios guerreros hasta llegar a los magos y por último a los curadores que, por más que tratasen en revitalizar a algún aliado, era imposible ya que Ferd les daba una muerte instantánea.

Debido a su gran velocidad, nadie podía alcanzarlo, para poder localizarlo de entre todos sus camaradas, tenían que estar quietos y usar su máxima concentración.

La ubicación de dónde provenían los gritos de quienes morían, la trayectoria de las flechas y conjuros, que cambiaban de posición de un lado a otro, como si hubiesen múltiples enemigos...

Y cuando lo localizaban, cuando encontraban su posición de entre la multitud, era demasiado tarde.

Sus cabezas caían lentamente al suelo degollados.

Legión-INDDonde viven las historias. Descúbrelo ahora