| 44 |

38 7 0
                                    

Lima estaba pensativa por unos momentos pero luego respondió.

—Nos hace falta personal ágil y hábil, quizá tú logres penetrar su barrera.

—No lo sabremos hasta que lo intente.

Al mencionar barrera, asumo que es toda una fila de personas con escudos muy resistentes.

—Bien, te llevaré a la zona de guerra, pero antes tienes que ponerte este uniforme.

—Ah, no lo quiero. Es muy pesado, no me gusta el azul y esta horrible.

—Si no lo usas mis aliados te verán como enemigo, así que deja que quejarte y pontelo de una vez.

—Que fastidio... ¿Y porque es tan pesado?

—El traje te da resistencia contra ataques de todo tipo. ¡Te podría salvar la vida!

—Ya me lo he puesto, vámonos.

Antes de que Lima utilizara su cristal de teletransportación, una voz familiar se oyó por detrás.

—¡Maestro! –Exclamó Miruhi sujetándome el brazo.

—Ah, es cierto... Miruhi, dile a los demás que nos volveremos a ver en 1 semana.

—Ese uniforme... ¡¿No estarás pensando ir con ellos o si?!

—Ese no es asunto tuyo.

—Iré contigo.

—No. Ya te dije que eres demasiado deb...

Miruhi comenzó a temblar y sujetarme con más fuerza el brazo... Al parecer teme que vuelva a ser lastimado como la última vez que me enfrente a unos miembros de Línea Sangre. Su voz se entre cortó... se aguantaba las ganas de llorar.

¿Realmente se está preocupando por mi?...

Lima comenzó a verme insegura.

—Quizá lo mejor es que no vayas Fla, esta guerra está muy intensa.

—Ya he tomado mi decisión, no pienso retractarme.

—¡No! ¡Maestro no vayas porfavor!

Es la primera vez que una persona me pide con tanta intensidad algo... no se me hacia justo solo dormirla de un golpe en la nuca.

Siempre fue entrometida desde la primera vez en que la conocí. Apareció de la nada, y me comenzó a llamar Maestro sin razón alguna. Se preocupa por los demás, como aquella vez que fue a ayudar a un pueblo plagado de monstruos, a pesar que temblaba y no tenía poderes, ella estaba ahí... O cuando se puso frente a una banda de asesinos en donde sabía que iba a perder, tan solo para protegerme...
En la prisión, repentinamente apareció y logró entender mis intenciones cuando traté de alejarlos a todos...

O quizá... ¿La habré conocido mucho antes? Las personas actúan por interés, pero hasta ahora no encuentro que necesidad tiene ella conmigo.

—Voy a regresar, lo prometo.

Miruhi elevó su cabeza con su rostro húmedo por sus lágrimas y pupilas dilatadas.

Le di una palmada en la cabeza y volví a repetir lo que dije.

—Voy a regresar, lo prometo.

Esta vez viendo fijamente en sus ojos para que pueda entender mi determinación en mis palabras.

—Pero...

—Nada de peros, es algo que debo hacer.

—No quiero... no quiero, no quiero, no quiero. Verte otra vez en cama todos los días soñando que despertabas cada día pero no era así... al amanecer, al medio día, al anochecer... no respondias... no quiero eso de nuevo, me duele de solo pensarlo... Maestro... yo...

Legión-INDDonde viven las historias. Descúbrelo ahora