SEXUALMATCH.JP es una de las webs de citas más populares de Japón. Javier Fernández lleva un tiempo en el país pero no consigue congeniar con nadie así que decide hacerse una cuenta. Por probar no pasa nada, ¿no? ¿o sí?.
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Después de salir del cine Miki y yo anduvimos por las calles para aprovechar el poco rato de Sol que quedaba en la tarde. Ya era la tercera vez que quedábamos y era más que evidente que ambos nos gustábamos. Quizá a ella se le notaba más que a mí pero consideraba que hacíamos buena pareja, aun así todavía no habíamos hablado nada sobre qué tipo de relación teníamos y menos aún sobre a dónde llegaríamos. Pero lo que sí sabía es que me sentía a gusto a su lado. Su pequeña y cálida mano apretaba la mía con decisión mientras paseábamos en dirección al metro, la cita acababa ahí.
-Javi, me encantaría verte el sábado que viene.- Dijo Miki con una mirada suplicante.
-Lo siento Miki pero no puedo, estoy ocupado.-
-¿Sí? ¿Has quedado con alguien más? No me digas que te ves con otra mujer...-
Tragué saliva. No era con una mujer que digamos pero en ese momento una fugaz mentira pasó por mi mente. Ni siquiera sé por qué lo hice.
-No es eso.- Le dije cogiéndole de la mano y besando el dorso de ésta. -Tengo que hacer horas extra en el trabajo, pero te prometo que cuando pueda te hago un hueco.-
-¿Me lo prometes?.-
-Por supuesto.-
Posé ambas manos sobre sus mejillas y le besé dulcemente. Fue un primer beso suave y delicado. Ella no se esperó aquello puesto que en Japón es difícil ver por las calles a las parejas besándose pero creí apropiado hacerlo aunque no sé muy bien por qué, quizá quería asegurarle de que no había nadie más que ella y que, con suerte, con ese beso se creería mejor mi mentira.
Todo el trayecto de vuelta a mi casa fue tan rápido que apenas me di cuenta de que estaba metiendo las llaves en la cerradura. No paraba de darle vueltas al tema, ¿por qué había hecho eso? ¿por qué no simplemente le dije que ya había quedado con un amigo? ¿por qué esa necesidad de mentirle? No me entendía ni a mi mismo así que decidí pedir consejo a la única persona en esa ciudad con la que había forjado una confianza sólida.
-Yuzu, necesito comentarte algo. No paro de darle vueltas a algo que hice.
+¿Qué ocurre?
-Miki me pidió quedar el sábado siguiente pero le dije que iba a hacer horas extra.
+¿Cómo que horas extra? ¡Pensé que habíamos quedado!
-Y así es Yuzu. Por eso no entiendo por qué le mentí.
+Esto... no sé qué decirte.(＞n＜)
-Yo no suelo ser así, no me gusta mentir. Pero por algún motivo que desconozco no he podido decirle que ya había quedado.
+Quizá te da miedo Miki. ¿No sientes que puedas ser sincero con ella?
